Un policía de Córdoba asesinó en la madrugada del domingo a su esposa, también policía, y con éste ya son 12 los femicidios cometidos en la provincia en 2021. El caso de la sargento Silvia Carolina Figueroa (37), asesinada en su casa de Alta Gracia por el teniente Carlos Suárez (42); ocurrió exactamente una semana después de que otro efectivo de la Policía de Córdoba también asesinara a su esposa, esta vez en Silvio Pellico, un pueblito del sudeste provincial. Ambos femicidas, después de cometer sus crímenes, se suicidaron.
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El sábado a la noche, mientras cenaban, el teniente Suárez comenzó a discutir con su esposa Silvia. La discusión siguió en la habitación del matrimonio; y tras los gritos, vinieron los golpes. Ella ya les había dicho a sus compañeros de la Departamental Santa María, donde también trabajaba su esposo, que era víctima de violencia de género. Pero no había denuncia formal.
El matrimonio tenía dos hijos, el mayor de 21 y la menor de 20; los cuatro vivían en una casa de Godoy Núñez al 700, de barrio 25 de Mayo en Alta Gracia, 37 kilómetros al sur de la ciudad de Córdoba. Cuando comenzó la golpiza en la habitación, entró la hija del matrimonio para intentar salvar a su mamá de otra paliza. Ahí fue cuando vio a su papá apuntándole a su mamá con su pistola reglamentaria y disparar cuatro veces.
Al escuchar los disparos, los vecinos fueron hasta la casa del matrimonio y vieron salir al hombre en su automóvil a toda velocidad. Cuando ingresaron, vieron a la mujer asesinada. Socorrieron a los hijos, los sacaron de la vivienda y llamaron a la Policía. Agentes de la Departamental Santa María de la Policía, vieron a su compañera asesinada y dieron el alerta para detener a su otro compañero, prófugo.
El fiscal de Alta Gracia, Alejandro Peralta Ottonello, a cargo de la investigación informó que “el suceso se habría originado en una discusión de un matrimonio de policías, un varón de 42 años y una mujer de 37. El hombre fue hallado momentos después muerto en cercanías de un cementerio parque”. El fiscal agregó que “estamos en plena etapa investigativa para dilucidar cómo se desencadenaron los hechos. Estamos, aparentemente, ante un homicidio seguido de suicidio”. Desde la Fiscalía agregaron que uno de los disparos hirió en la mano a la sargento Silvia Figueroa, por lo que se supone que quiso defenderse y evitar su muerte.
Pese a que la víctima les había comentado a sus compañeros policías de las agresiones sufridas por parte de su esposo; desde la Fiscalía de Alta Gracia señalaron oficialmente que no había denuncias previas de violencia de género.
La referente feminista y concejal de Villa Allende, Marta Banegas Sarmiento, señaló a El Destape que “en una semana tuvimos dos nuevos femicidios en Córdoba, los dos cometidos por miembros de la Policía de la Provincia. A estos dos casos les debemos sumar otros dos cometidos a principios de 2021 por un efectivo de la Policía Federal y por un piloto de la Fuerza Aérea. Uno de cada tres femicidios en Córdoba fue cometido por efectivos policiales o militares, lo que da una muestra de que el machismo y el patriarcado están enraizado en las fuerzas. Tenemos a una mujer como la comisario general Liliana Zárate Belletti al mando de la Policía de Córdoba, ¿qué le va a decir la jefa de Policía a los hijos de estas dos mujeres asesinadas en sólo siete días?”
Banegas Sarmiento también advirtió: “¿Por qué los efectivos policiales llevan sus armas a sus domicilios cuando no están de servicio? ¿por qué los gabinetes psicológicos de la Policía no advierten el estado mental de sus efectivos? En el caso de Alta Gracia, tenemos a dos policías involucrados, pero fue el hombre y no la mujer quién utilizó su arma para asesinar. Eso nos debe hacer reflexionar qué Policía tenemos, qué Policía es la que viene formando el Gobierno de Córdoba desde hace 20 años. Esta misma Policía que mata a nuestras mujeres es la que asesinó por la espalda a Blas Correas y a Joaquín Paredes, dos adolescentes”.
Una heroína
En mayo pasado, Silvia Figueroa, la sargento que trabajaba en la línea de emergencia 101 de la Policía cordobesa en la Departamental Santa María, había sido noticia porque le salvó la vida a una beba que se estaba asfixiando. Esa vez, Silvia y su compañera del 101, Lorena González, guiaron a una mujer para que le realizara maniobras de compresión abdominal a su hija, conocidas como Maniobra de Heimlich. Tras varios minutos de desesperación, la mujer, ayudada por teléfono por las dos mujeres policías, pudo salvarle la vida a su hija.
Nacida en Olta, provincia de La Rioja, Silvia había venido a Córdoba en busca de un futuro. En la Escuela de Policía conoció a quién sería su marido y asesino. Además de trabajar en el servicio de emergencia 101 de la Policía cordobesa, la mujer asesinada, trabajaba en el servicio telefónico de atención al cliente de una tarjeta de crédito.
En las redes sociales los compañeros y amigos de la víctima dieron sus muestras de consternación. Incluso, una alta fuente de la Policía confió a El Destape que los policías que llegaron a la escena del crimen quedaron shockeados al ver a la víctima.
Otro polifemicida
El pasado lunes 4 a la madrugada, otro policía de la localidad de Silvio Pellico, un pueblito de menos de 1.000 habitantes ubicado a 178 kilómetros al sudeste de esta Capital y a 37 de Villa María, asesinó a su esposa y se suicidó.
Cerca de las 3 de la madrugada, los policías del destacamento de Silvio Pellico llegaron hasta la casa del sargento primero Ezequiel Seia (35), en la calle Intendente Conrero s/n alertados por los vecinos: en el comedor yacían el cadáver del policía y de su pareja Romina Depetris (34).
Una hija de la mujer fue quien pidió auxilio a los vecinos. Tras despertarse por los disparos, la chica vio a su mamá asesinada y al policía también muerto. Agarró a su hermanito de seis años de edad -hijo del Depetris y Seia- y corrió a lo de sus vecinos a pedir ayuda.
El femicida prestaba servicios en la comisaría de La Playosa, otro pueblo de la zona. Luego de asesinar a su pareja, el sargento primero Seia se suicidó con su pistola reglamentaria.
El 11 de febrero Ivana Módica (47) fue secuestrada, asesinada y desaparecida por Javier Galván (44), un piloto de la Fuerza Aérea Argentina. Ocho días después, cercado por las pruebas, el femicida Galván confesó dónde había escondido el cadáver de la víctima.
Apenas 72 horas después de la desaparición de Ivana Módica, el 14 de febrero, los cordobeses se estremecieron por la noticia de otro femicidio: ese día Miriam Beatriz Farías (45), ingresó al Instituto del Quemado con 40% del cuerpo con quemaduras y las vías respiratorias muy afectadas. La mujer vivía en Saldán, una ciudad pegada a Córdoba junto a su pareja Jorge Juárez (49) un suboficial de la Policía Federal, chofer de jueces federales. Estaba separada de un matrimonio anterior y sus hijos de 20 y 25 años que vivían en Villa María -150 kilómetros al sudeste de esta Capital- no la podían ver porque Juárez no se lo permitía. El policía había prendido fuego a su víctima y la encerró en su casa para que no pudiera pedir ayuda. Tras estar internada grave desde el domingo 14, el jueves 18, Miriam Farías murió.
La fiscal Bettina Croppi había imputado al policía federal Juárez por lesiones gravísimas y cambió la acusación a homicidio doblemente calificado por el vínculo y violencia de género.
En la Legislatura
El legislador alfonsinista Dante Rossi del bloque de la Unión Cívica Radical (UCR) le dijo a El Destape que “tenemos dos nuevos femicidios cometidos por policías en sólo una semana”; y que “cuando ocurrió el caso de Romina Depetris, hace una semana, presentamos nuevamente un pedido de informes a la Policía de Córdoba y al Tribunal de Conducta Policial para conocer cantidad de policías imputados por femicidio, cuántos tienen denuncias judiciales por violencia familiar y sobre qué medidas que se estén tomando al respecto”.
Rossi coincidió con la referente feminista Marta Banegas Sarmiento en que “en el ámbito de las fuerzas de seguridad como la Policía de Córdoba, los casos de violencia familiar son aún más peligrosos, por la tenencia del arma reglamentaria por parte de los agresores”; y reclamó al Gobierno de Córdoba “para que la Provincia declare la emergencia por violencia de género por el término de un año, de acuerdo a un proyecto de ley presentado en febrero del corriente año, a los efectos de paliar y revertir el número de víctimas. Córdoba tiene el triste record de ser la segunda provincia con más femicidios de la Argentina y el Gobierno no toma el tema como política de Estado. Actúa para el marketing y la publicidad en un asunto tan sensible”.