José Antonio Rangel Moyeton (30), de nacionalidad venezolana y profesión barbero, fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de su pareja, Mayerling Mariana Blanco Bravo (25), asesinada en abril de 2021 en su departamento del barrio porteño de Flores. El barbero le propició 47 puñaladas luego de que ella decidiera terminar la relación que mantenían. Según fuentes judiciales, tenía antecedentes por homicidio en su país de procedencia.
La condena fue determinada por el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional (TOC) N° 17 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el delito por el que fue imputado fue "homicidio doblemente agravado por haber sido cometido contra una persona con la que mantenía una relación de pareja y por haber mediado violencia de género". Los jueces a cargo del TOC, Juan Giudice Bravo, Pablo Vega y Silvia Guzzardi, darán a conocer los fundamentos el próximo viernes 3 de marzo. Más allá de esto, coincidieron con la fiscal María Luz Castany que en su alegato había pedido la pena máxima.
"Este caso es un femicidio íntimo: está acreditado que eran pareja. Estos femicidios se caracterizan por antecedentes de violencia previos: psicológicos, físicos, verbales, económicos, más allá de si la víctima denunció o no", explicó la representante del Ministerio Público. A su vez, durante el alegato, Castany repasó los testimonios que varias personas dieron en el juicio y que mostraban el nivel de violencia en el que vivía la joven.
Entre los testigos que brindaron declaración fue clave el de una vecina del edificio, quien además cuidaba del niño de tres años mientras Mariana trabajaba. La mujer aseguró que varias veces la vio golpeada y que la propia víctima le contó que Rangel Moyeton era adicto y que discutían muchísimo. Una situación similar describió la coordinadora del lugar donde trabajaba la joven, quien notó en una oportunidad una marca en el ojo. Para la fiscalía, dicho moretón fue consecuencia de un golpe que el hombre le dio a su pareja. "Me duele más a mí que a ti, créeme", le escribió el condenado en un chat del 8 de abril de 2021, 10 días antes del asesinato, cuando ella le mencionó el ojo morado.
Asimismo, la fiscal Castany indicó durante su alegato: "El contexto de violencia se pudo reconstruir y también quedó evidenciado que la víctima intentaba justificar a su pareja y minimizaba lo que pasaba". Por otro lado, mencionó otros chats del agresor donde aseguraba que si no estaba con él "no era con nadie" y hasta amenazó con quitarse la vida si lo dejaba. "El móvil del femicidio tuvo que ver con que Mariana no quería estar más con él, por eso ella mostró los mensajes y después pasó lo que pasó", manifestó la funcionaria judicial. Además remarcó que el imputado "le infringió un sufrimiento excesivo e inneceario" a la víctima, basándose en la autopsia y las lesiones contemporáneas a la muerte.
Sobre el cierre de su preentación, la fiscal habló de la importancia de dar una condena con perspectiva de género, no apuntar a la mujer como responsable de la violencia de género que se le propició y evitar los estereotipos y prejuicios de género, que "en el sistema judicial tienen gravísimas consecuencias porque pueden hacer que los jueces interpreten erróneamente las leyes", recalcó. Y concluyó: "Estaba planificando matarla, como si fuera un objeto de posesión".
Rangel Moyeton mató a su pareja Blanco Bravo dentro del departamento que compartían juntos, sobre la calle Yerbal al 2900 en Flores, el 18 de abril de 2021. La joven le había manifestado, durante varios días, que deseaba separarse por la violencia que sufría en el vínculo que compartían. Ante esto, el hombre tomó un cuchillo y la apuñaló, al menos 47 veces, en la cabeza, cuello, pecho y brazos. La más grave de las heridas, según la autopsia, fue en el tórax que le ocasionó una lesión en el pulmón y la pleura, lo que generó una hemorragia interna y externa.
El cuerpo de Mayerling Mariana Blanco Bravo fue encontrado por su cuñada, hermana del agresor luego de que una vecina del edificio se comunicara con la policía tras escuchar una nueva discusión entre ambos. A su vez, contó que el hijo de la pareja había presenciado el femicidio. El hombre, ahora condenado a perpetua, fue detenido cuatro días después en un hotel del barrio de Balvanera.