Néstor Soto fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de Catalina Gutiérrez bajo un juicio por jurados populares que se llevó a cabo en la Cámara de lo Criminal y Correccional de 11° Nominación de Córdoba. Como parte de las estrategias de la defensa para evitar la perpetua, el joven se autodenominó "homicida, pero no femicida" y quiso demostrar que, en realidad, "se le apagó la tele" y así evitar ser juzgado por un caso de violencia de género.
Sin embargo, el fiscal Marcelo Sicardi realizó los alegatos que definieron la sentencia posterior. En él, mostró anotaciones que Néstor Soto realizó en su celular sobre Catalina que evidencian la violencia implícita que existía de él hacia ella.
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Con el Tribunal, el acusado y los familiares observando, Sicardi expuso cómo en sus notas Soto desplegaba todos los sentimientos hacia ella. “Sobre la pana esta, no sé de dónde le agarré tanto cariño. Literalmente siento que no se lo merece, no quiero decir que hay gente que es merecedora de mi cariño, pero hay personas a las que no trato como trato a Cata. Es una persona tan pasajera”, leyó el fiscal.
Muchas de esas anotaciones, redactadas en tercera persona, revelan qué pensaba de su vínculo: “Le diste ese cariño a Cata G., a Orne y viste cómo son capaces de dártelo. Te estás encariñando sin saber por qué”.
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Un mes antes del crimen, incluso le dedicó anotaciones con los títulos "amigo invisible cata" y "teamocati". Para Sicardi, el marco del femicidio es claro: “La relación de Zaza (novio de la víctima) con Catalina puso en jaque el vínculo con Soto. Él estaba celoso de Zaza porque Catalina le dedicaba tiempo a él”.
En ese sentido, el crimen de Catalina fue, para el fiscal, en contexto de violencia de género. "Soto ejercía una tremenda violencia psicológica con todas sus amistades cercanas mujeres”, expresó.
Cree que sus dichos forman parte de la estrategia para evitar la perpetua pero que, las pruebas recabadas, indican lo contrario: “Se trató de un manojo de mentiras, manotazos de ahogado para escapar de la perpetua”.
“El golpe tan fuerte le produjo el desmayo a Catalina. Es allí donde Aguilar Soto hace un click en la cabeza y empieza la motivación homicida. Catalina desmayada es inmovilizada con cinta adhesiva en sus manos. Digo desmayada porque la propia resistencia hubiera impedido que le pueda atar las manos. Y luego la estrangula con un lazo”, contó, sobre cómo la asesinó.
Sin embargo, la estrategia encabezada por su abogada Ángela Burgos Niño no dio sus frutos y finalmente Soto fue condenado a prisión perpetua por los jueces Susana Frascaroli, Horacio Carranza y María Gabriela Rojas Moresi, del Tribunal II, que convalidaron el veredicto emitido por un jurado popular.
El intento fallido de su defensa: instalar que fue un homicidio y no un femicidio
Ángela Burgos NIño, abogada defensora de Néstor Soto quiso convencer al jurado popular que el joven la asesinó, pero sin mediar violencia de género. De esta forma, buscaba evitar la perpetua de su defendido y que solo fuera condenado por "homicidio simple". Sin embargo, los argumentos no fueron suficientes.
"Él no es un criminal, no planeó matar a Catalina. Todos somos susceptibles y posibles de ser homicidas, estafadores", fue la insólita jusitificación que brindó Burgos durante sus alegatos. "Néstor Soto es un estúpido. Esta es una generación de pendejos estúpidos y es la peor generación que la sociedad nos pudo haber brindado", concluyó.
Entre las estrategias utilizadas, utilizó como medidad de prueba las redes sociales de Soto. Con esa maniobra, quería demostrar el vínculo que tenían la víctima y él. Esto fue advertido por la hermana de Catalina, Lucía, que advirtió en su Instagram, previo a la sentencia: “Por favor ayuden a difundir. Pidió al jurado popular que revisen ese Instagram como prueba cuando ella (Burgos) ya lo había manipulado”.
Según su versión, los defensores de Soto modificaron publicaciones realizadas por Néstor hacia Catalina para torcer la opinión del jurado popular. “El asesino pensó que si editaba la el único video fijado que tiene en su cuenta iba a ganarse al jurado, pero en la descripción figura que se editó hace 10 horas”, explicó Lucía.
Por el contrario, para el fiscal Sicardi, las pruebas demostraron que esto "tiene un solo nombre: violencia de género en su modalidad psicológica”. Además, afirmó que "hubo un contexto de violencia de género" previo al femicidio y ninguno de sus amigos y amigas “lo conocía en realidad”.