La Navidad de los que viven al margen: el trabajo de las organizaciones para ayudar a los que menos tienen

Si bien la economía muestra signos de recuperación, aún queda una enorme porción de la población bajo la pobreza. Son personas que sobreviven gracias a las organizaciones sociales y no gubernamentales que, en casos, salvan literalmente la vida de miles. En las fiestas, el trabajo y la solidaridad se multiplica.

24 de diciembre, 2021 | 17.57

La crisis social, asociada al delicado momento económico que atraviesa el país, se ha agudizado en los últimos años. Si bien la actividad económica muestra signos de recuperación y los niveles de empleo han crecido, aún queda una enorme porción de la población que vive al margen. Y que muchas veces no logran siquiera ser contemplada por las políticas del Estado destinadas a sectores vulnerables. Es más, no parece ser visible a los ojos del propio Estado. Son personas que sobreviven gracias a la mano solidaria de organizaciones sociales y no gubernamentales. Desde un plato de comida hasta la ropa, pasando por el oído paciente y el calor de una cobija, despliegan operativos que, en casos, salvan literalmente la vida de miles.

En la ciudad entrerriana de Paraná, como en toda capital, no es la excepción. El número creciente de personas en situación de calle se ha hecho evidente. Duermen en plazas, bancos o entradas de viviendas. Deambulan por la ciudad, pidiendo una colaboración o simplemente errando. Algunas de ellas han sido albergadas en centros de atención, que en ocasiones no son suficientes. Y comen, a veces, gracias al plato de comida que reparten voluntarios de ONGs.

Con las Fiestas, las muestras de solidaridad suelen multiplicarse. Las entidades que todo el año trabajan para mejorar la calidad de vida de quienes menos tienen, se encargan de que el fin de año pueda ser atravesado con la dignidad que todos merecen. Colectas de juguetes o comidas especiales suelen ser habituales.

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Fernanda es integrante de Suma de Voluntades, una organización sin fines de lucro que hace años se dedica a ayudar a quienes viven en la marginalidad. Y dos veces por semana, en un operativo diagramado, reparten viandas a personas que no tienen hogar. La demanda, en el actual contexto, se ha elevado notablemente: "Antes hacíamos 80 y sobraban. Hoy hacemos la misma cantidad y a veces nos quedamos cortos. Duele, pero se acercan muchos que no están dentro de la lista y no nos queda mal, nos cuesta muchísimo tener que decirles que no. Con la salida de la pandemia, las flexibilizaciones y la posibilidad de volver a transitar, muchas personas que antes eran difíciles de encontrar, hoy están en la calle otra vez".

La entidad ha participado de iniciativas solidarias, tales como festivales o el Once por Todos -actividad que cada año realiza Canal Once- y gracias a ello ha logrado engrosar su stock de comida: "Nosotros podemos cocinar gracias a los insumos que nos acercan solidariamente. Muchas personas, anónimas, todos los meses hacen una provista y la acercan. Sin ellos, sería imposible. Nosotros hacemos realidad el plato, pero detrás de cada plato está la mano desinteresada de cientos".

Suma de Voluntades también desarrolla una amplia tarea en barrios marginales de Paraná. Concretamente, en los que están en la zona conocida como el Volcadero. En esa zona, hay merenderos, que hoy cumplen una tarea incluso más importante que la de sólo alimentar niños y niñas: "Antes venían los chicos, ahora vienen las familias completas. Redoblamos el esfuerzo, e intentamos colaborar con todos". A esa tarea se suma acompañar, mirar y escuchar: "Es lo que más nos queda. Ese agradecimiento, conocer sus historias, entenderlos, darles la mano. Son seres humanos como nosotros, que precisan ayuda. Y que son invisibles para muchos. Para nosotros no. Ahí donde no llega el Estado, tenemos que llegar nosotros. No podemos pasar por al lado y mirar para otro lado".

En ocasión de las Fiestas, Suma de Voluntades desarrolla desde 2014 una iniciativa que tiene como objeto que niños y niñas de barrios marginados accedan a un juguete. Lo hacen a través de un sistema de padrinos y madrinas, que voluntariamente se inscriben y le cumplen el deseo de tener su regalo a cientos de chicos. “Empezó en los barrios San Martín, Mosconi viejo y Antártida, fue un largo recorrido. En un principio nos costó muchísimo que los chicos hagan la cartita, decían que papa Noel nunca les traía lo que pedían. De esa conversación, nos preguntamos, ‘¿y si logramos que crean en Papá Noel?’. Ese año la entrega de regalos fue algo mágico, no parábamos de llorar. Papá Noel había llegado. Esa magia continúa todos los años”, explicó a El Destape, Melisa, otra de las voluntarias de la ONG.

Gracias al programa, cientos de regalos se reparten todos los años. Y 2021 no es la excepción, porque 821 obsequios serán entregados esta Navidad: “Se nos infla el pecho de la emoción. Nos da esperanza, porque es un claro ejemplo de que unidos podemos hacer cosas maravillosas”.

Otra de las organizaciones que desempeña una labor similar es el Banco de Alimentos. Se trata de una asociación que tiene como principal meta reducir el hambre y mejorar la nutrición, evitando el desperdicio de comida. A través de un modelo eficiente y sistematizado, gestiona y coordina el rescate de alimentos que, por algún motivo, perdieron el valor comercial, pero que están aptos para consumo humano. Luego, lo distribuyen de manera segura a personas que lo necesitan.

"Coordinamos la donación de alimentos por parte de la industria, distribuidores de alimentos, supermercados, mercado frutihortícola y los mismos productores. Con la ayuda de muchos voluntarios, los clasificamos y almacenamos en nuestros depósitos para luego distribuirlos de manera trazable y segura entre organizaciones comunitarias dónde se asisten a personas que lo necesitan", explicó a El Destape, Paz, integrante del Banco.

Gracias a la entidad, se colabora con la alimentación de más de 26 mil personas, de las cuales más del 60% son menores de edad. Se llega a ellas a través de 143 organizaciones sociales ubicadas en Paraná, Concordia y Gualeguaychú, como comedores comunitarios, merenderos, iglesias y hogares.

Paz indicó que, con la pandemia, los pedidos se multiplicaron: "Comenzamos en 2019 asistiendo a 62 organizaciones sociales. A pocos menos de un año, comenzó la pandemia y nos encontramos con una inmensa demanda de nuevas organizaciones informales que surgían. Ollas populares y comedores se constituyeron en domicilios privados de los vecinos de los barrios, por ejemplo. Ante esta necesidad, si bien no contaban con los requisitos exigidos por los Bancos de Alimentos, a nivel nacional y con el aval de la RedBdA, decidimos acompañarlos".

En la etapa más delicada de la crisis, el Banco de Alimentos asistió a 191 organizaciones, llegando a 33 mil vecinos de Paraná y Concordia: "De asistir, en su mayoría, a niños y adolescentes, los comedores se vieron con la necesidad de comenzar a asistir a la familia completa. El Banco de Alimentos, de incrementar al doble la cantidad de kilos entregados a cada organización". Pero a la par de la demanda, también crecieron las colaboraciones: "Se fueron sumando más donantes y mayor cantidad de kilos, empujándonos a crecer exponencialmente en la recepción, clasificación y entrega. De 3 mil kilos que brindábamos a las organizaciones en 2019, pasamos a más de 25 mil kilos entregados por mes en 2020". Actualmente, el Banco de Alimentos alquila un depósito, tiene un staff de personas y más de 20 voluntarios, para asistir a 143 organizaciones.

En ocasión de las Fiestas, el Banco recibió una donación especial de 525 kilos de pollo, que serán distribuidos para la cena de Nochebuena de cientos de organizaciones de Paraná. Fue de la mano de Calisa, empresa que colabora habitualmente con la iniciativa. También accedieron a 8 mil kilos de sandía, en Concordia, que serán repartidos en barrios de la localidad. “En estas fechas especiales, las donaciones suelen verse reforzadas e incrementadas”, apuntó Paz.

No sólo en zonas marginales se practica la solidaridad en las Fiestas. Walter Minigutti, párroco de la Iglesia "Santo Domingo Savio" de Paraná, encabezó una colecta navideña que se llevó adelante con el objeto de colaborar con los usuarios del Hospital Escuela de Salud Mental de la capital.

"Hace más de una década que soy capellán y siempre me ha gustado acompañar, como en una suerte de padrinazgo. Con ropa, calzado, elementos de higiene y, en este caso, golosinas, hemos volcado la solidaridad de la gente en esta institución", indicó. Minigutti señaló además que, un porcentaje de los 70 usuarios de la Escuela, pasan allí las Fiestas: "Se emocionan, se sienten queridos, valorados. Cuando reciben ese regalo la festividad es muy importante para ellos". Pan dulce, budines, turrones y otros elementos propios de la canasta navideña serán distribuidos este 24 de diciembre, en las vísperas de las celebraciones de Nochebuena.

Concordia, la ciudad más pobre del país

Los últimos datos en torno a la pobreza siguen mostrando a Concordia como la ciudad más pobre entre las 31 que estudia el Indec.. El último relevamiento del Indec, dado a conocer hace pocos días, encontró a la Capital del Citrus con más de la mitad de sus habitantes en esa condición: 56,1%. Se trata de una cifra aún mayor que en el primer semestre de 2020, cuando regían las medidas sanitarias más estrictas en el marco de la pandemia, que pulverizaron el marcado de trabajo: era de 52,2%. Significa también un salto de 6,5% en relación al cierre del año pasado, y coloca a 91.126 vecinos en la pobreza.

El otro dato alarmante son los 25.559 concordienses que viven en la indigencia, con necesidades básicas insatisfechas. Son el 15,8% de la población, un 3,8% más que en el primer semestre del año pasado y un 7,6% en comparación con el segundo semestre.

En Paraná y alrededores, por su parte, la pobreza bajó, aunque menos de un punto: fue de 37%, un 0,7% en la variación interanual. Asimismo, sí es una caída relevante en relación al cierre de 2020, cuando trepaba al 40,9%. En la capital y alrededores 104.307 pobres. También 23.947 indigentes, que son el 8,5% de la población, un 2,2% más que el mismo período de 2020. También significa un incremento de 2,8% respecto de fines del año pasado, cuando era de 5,7%.