Entre Ríos: alertan que se disparó 40% la demanda de alimentos y denuncian que Nación no envía ayuda

Comedores y merenderos de distintos puntos de la provincia se muestran en estado de alerta y movilización. Continúan los brutales recortes en asistencia alimentaria desde el Gobierno de Milei.

09 de febrero, 2024 | 19.30

Coordinadores de comedores y merenderos de distintos puntos de Entre Ríos se hallan en estado de alerta y movilización, en medio de los brutales recortes en asistencia alimentaria que se vienen registrando en este tipo de entidades dedicadas a colaborar con un plato de comida para aquellos que más los necesitan. Desde las organizaciones aseguran que al menos hace cuatro meses que no tienen módulos enviados por Nación, sumado a un congelamiento absoluto de partidas que no se han ejecutado en la materia. Por eso mismo esta semana estuvieron en la capital de la provincia participando de la jornada nacional "Cocineras contra el Hambre", destinada a visibilizar esta problemática.

A ese contexto se le suma la crisis social derivada de una inflación imparable, que arroja a miles a diario a la pobreza. Esos mismos deben resignarse a que, con la suba constante, especialmente en alimentos, llega un punto en el que no pueden parar la olla y deben buscar ayuda de aquellos que desinteresadamente ponen el hombro para poder comer. En casos, personas con trabajo pero cuyos ingresos se han diluido tanto que ya no alcanzan para lo básico. En otros, jubilados que han visto cómo sus haberes no dejan de licuarse día a día.

En ese escenario, se calcula que la demanda en merenderos ha aumentado alrededor del 40%. Así lo indicó Julián Jarupkin, referente de Libres del Sur en la provincia. La organización articula con 54 comedores en todo el territorio entrerriano y, si bien intentan hacer valer cada peso con el que cuentan y cada alimento que cocinan, creen que ya no pueden "estirar" más.

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"La comida y el presupuesto de Nación no llegan", aseguró el dirigente barrial, antes de recordar que la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, recibiría a "los que tuvieran hambre", antes de obviar una fila de 20 cuadras de vecinos que se acercaron a su cartera justamente, en esa condición. "Debería ser un poco más sensible con quienes menos tienen y apostar a que el crecimiento de Argentina se haga con todos adentro", finalizó.

Pedro Benítez coordina Por una Sonrisa, un comedor y merendero ubicado en la zona de Bajada Grande de Paraná, que atiende a 200 personas por día, con comida y leche. En contacto con El Destape, aseguró que registran con alarma un crecimiento exponencial de la demanda diaria, incluso de personas asalariadas que deben asistir porque lo que ganan lo deben derivar a otras necesidades. "Desde diciembre en adelante ha sido enorme la cantidad que se han sumado. Pasamos de 120 raciones a 200 en dos meses. En las últimas horas justamente tuvimos que reunirnos para decidir si seguíamos con este esquema o no, porque los recursos son cada vez menos y las bocas son cada vez más", indicó.

Por una Sonrisa brinda una cena lunes, miércoles y viernes y una merienda los martes, jueves y sábado. Hasta hace un tiempo, la mayoría de los asistentes eran niños. Hoy, se han sumado padres de esos niños e incluso adultos mayores: "Gente que conocemos del barrio, que siempre tuvo trabajo en blanco, está viniendo porque se ha quedado sin empleo. Obreros de la construcción, por ejemplo, que con el parate de la obra pública hoy tienen que salir a hacer una changa pero no les alcanza, están asistiendo a comer con nosotros. Algunos nos han expresado incluso que están decidiendo si compran los útiles para los nenes para la escuela o si van al supermercado. La situación es angustiante".

El merendero de Bajada Grande se sostiene gracias al trabajo voluntario de cinco personas y con aportes de dinero de vecinos para comprar alimentos, insumos que donan comercios de la zona y dos envíos municipales: la Copa de la Leche y el Refuerzo Alimentario. "Desde octubre no vemos más al camión de la Nación, que nos traía comida que nos ayudaba a sostener un ritmo de asistencia constante. En el medio empezó a venir más gente y hemos tenido que llegar al punto, incluso, de decirle a algunos que ya no quedaba nada. Por suerte siempre alguien tiene un paquete de arroz o fideos a mano y se lo damos para que lo hiervan en su casa. Lo que está pasando es ciertamente lamentable".

Brian González es coordinador de cuatro merenderos ubicados en los barrios La Colina, La Bianca, Cipo y Sarmiento de Concordia y le contó a El Destape que la situación en esa localidad es parecida: "Desde hace meses venimos registrando un crecimiento constante de personas que asisten, especialmente niños. Ahora, también padres o familiares más grandes, que se han quedado sin trabajo o que tienen uno pero que no pueden costearse un plato de comida. La situación es angustiante".

En total, González y otros voluntarios atienden a unos 200 nenes que asisten regularmente a buscar un complemento nutricional que los ayude a pasar el duro contexto que se atraviesa: "Empezamos en la pandemia con un solo merendero y fuimos abriendo otros en esa época, cuando mucha gente se quedó sin trabajo. Ahora, la situación es parecida a la de aquel momento. Las familias están sufriendo mucho y personas que vinieron y dejaron de asistir, están volviendo". La asistencia, a la par, prácticamente se cortó: "Nos manejamos con un fondo que reunimos entre nosotros, porque la Municipalidad tras el recambio de gestión cortó la ayuda que nos daba. En ocasiones, íbamos a Paraná a buscar algo de que lo llegaba desde Nación, que ahora también se dejó de enviar. Así que hemos buscado alternativas, como elaborar panificación o empanadas y vender, para de ese modo contar con lo necesario para comprar insumos".

Para finalizar, el joven voluntario concordiense reflexionó: "La verdad la estamos pasando mal, hay cada vez menos trabajo, vienen familias a contarnos que hay días que no tienen para comer. Y cuando lo mínimo no está garantizado, es muy difícil que todo lo demás que conlleva el mantenimiento de un hogar funcione como corresponde. Es todo muy difícil, triste y no vemos que nada vaya a mejorar en el corto plazo".