Bajante del río: como hizo Paraná para que sus habitantes no se queden sin agua

El Gobierno declaró la "emergencia hídrica" en el Río Paraná y desde la Municipalidad de la capital entrerriana lanzaron una solución inmediata clave para ayudar a la gente.

27 de julio, 2021 | 21.14

Como se conoce hace varias semanas, las ciudades costeras al río Paraná viven la peor crisis hídrica en ochenta años. En consecuencia, también se vieron afectadas las tomas de agua corriente que abastecen a los vecinos y a las vecinas del lugar. A partir de esto, desde la Municipalidad de Paraná llevaron adelante una ingeniosa obra para mantener la prestación del servicio a la población. La bajante, advierten los expertos, empeorará en los próximos meses.

La capital de Entre Ríos cuenta con dos plantas potabilizadoras de agua: la planta Echeverría -sin inconvenientes- y la planta Ramírez, que abastece al 15% de la ciudad. Esta última presentó, a causa de la bajante histórica, diferentes dificultades en la bomba de captación de agua del muelle uno, que es la que está más cerca de la orilla.

Por esta razón, desde el Municipio desarrollaron una solución que permite que se pueda brindar el servicio de agua a toda la ciudad. Se construyó un dique al que se lo alimenta con la instalación de dos bombas más, que sostienen el nivel de agua adecuado para el funcionamiento de la bomba principal que abastece a la planta.  

En paralelo, se prepara el traslado definitivo de la bomba ubicada en el muelle histórico. Esta obra está planificada para su concreción en el plazo de unos 60 días y demandará una inversión de 80 millones de pesos. "Con esta obra vamos a independizarnos de la altura del río", aseguró el intendente de Paraná, Adán Bahl, en diálogo con El Destape. "Problema con el abastecimiento de agua no vamos a tener. Aunque el río baje de los dos metros, no vamos a tener problema para captar agua", afirmó.

La responsabilidad ciudadana fue clave para complementar esta solución desde el equipo técnico de la ciudad: se pidió, a todos aquellos sin inconvenientes en el servicio de agua, que lleven un uso consciente y prudente del recurso, para que a nadie le falte un servicio esencial. "La crisis hídrica en el Río Paraná es una enorme invitación a la reflexión plural en torno a la situación ambiental, la sobre utilización de nuestros recursos naturales y fundamentalmente, un alerta roja sobre las conductas individuales en materia de consumo, derroche, generación de residuos, reciclamiento y formas de vida amigables con el ambiente", señaló Bahl.

El gobierno nacional decretó el "Estado de Emergencia Hídrica" por 180 días en la cuenca del río Paraná. Esta involucra a las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones y Buenos Aires. Se propuso, desde los ministerios de Trabajo y Desarrollo, adoptar todas las medidas necesarias para preservar la continuidad de la actividad productiva y la conservación de los puestos de trabajo en los sectores más afectados.

Estudian cómo impacta la bajante del río Paraná en el agro y el ambiente

Desde el Técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) elaboraron un proyecto emergente para determinar los efectos sobre los sistemas de producción y el ambiente tras la pronunciada bajante en los diferentes territorios. Según los diferentes profesionales, no solo es grave por la pronunciada bajante, sino también por su prolongación en el tiempo y su impacto no solo se observan sobre el cauce, sino que se propagan en lo profundo de los territorios aledaños al río.

“La Cuenca del Paraná es un sistema complejo -represas, humedales, planicies aluviales, lagunas, delta- y de mucha extensión territorial", manifestó Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA. Además expresó que la normalización de su régimen hidrológico "llevará tiempo y dependerá de la regularización de las lluvias". No solo se deberán recuperar los niveles hídricos de todos los reservorios naturales y represas sino también el nivel de reserva de agua en el perfil del suelo de cinco estados del Brasil.

Para cerrar, dejaron en claro que es muy probable que la situación de emergencia se mantenga durante los próximos meses del año. "Es un indicador de la gran problemática que el cambio global y climático genera sobre el elemento del agua", explicó el hombre del CIRN. Entre algunos de los principales impactos productivos se puede mencionar la ganadería de islas, bajos y de áreas de ribera afectadas por la baja disponibilidad y calidad del forraje, así como por la falta de agua para bebida, los problemas en la captación de agua por las arroceras; también afecta a la apicultura dado el impacto en la floración de especies nativas o por la aparición de especies invasoras, la pesca comercial y la artesanal, y demoras para el traslado de madera en zonas del Delta.