Qué es la fiebre porcina africana: síntomas y cómo se contagia

El Senasa emitió un Alerta sanitario "por la potencial propagación de la Peste Porcina Africana (PPA)", la conocida enfermedad denominada fiebre porcina. Cómo es la enfermedad que aún no cuenta con una vacuna para enfrentarla.  

10 de noviembre, 2021 | 11.14

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) declaró este miércoles el “alerta Sanitario” en todo el territorio argentino por "la potencial propagación de la Peste Porcina Africana (PPA)", la conocida enfermedad denominada fiebre porcina. Ante el temor de la llegada del virus, autoridades de sanidad y calidad agroalimentaria ordenaron reforzar medidas preventivas en fronteras como también en los controles de ingreso aéreo y marítimo al país para evitar el ingreso de la peste.

Según la Oganización Mundial de Sanidad Animal (OiE), la peste porcina africana, conocida como la fiebre porcina, es una enfermedad hemorrágica fuertemente contagiosa que afecta a cerdos domésticos y silvestres, ocasionando graves pérdidas económicas y productivas. Está afección es causada por un virus ADN de la familia Asfarviridae, que también infecta a las garrapatas del género Ornithodoros.

Fiebre porcina: Cómo es su transmisión y contagio

Según expertos, la epidemiología de la peste porcina africana es compleja y varía según el entorno, el tipo de sistema de producción, la presencia o ausencia de garrapatas vectores de transmisión, el comportamiento humano y la presencia o ausencia de cerdos silvestres.

Pero las rutas de transmisión pueden incluir:

  • contacto directo con cerdos, domésticos o silvestres, infectados
  • contacto indirecto, a través de la ingestión de material contaminado (por ejemplo, residuos de alimentos, piensos o desechos)
  • fómites contaminados o vectores biológicos (garrapatas blandas del género Ornithodoros).

Sobre la tasa de mortalidad y los signos clínicos, la OiE detalla que estos pueden ser diversos dependiendo del tipo/especie de porcino como también del grado de contagio. Están los cuadros agudos de la enfermedad que se caracterizan por fiebre elevada, depresión, anorexia y pérdida de apetito, hemorragias (enrojecimiento de la piel de las orejas, abdomen y patas), abortos en las cerdas preñadas, cianosis, vómitos, diarrea y muerte al cabo de 6-13 días (o hasta 20 días). La tasa de mortalidad puede llegar al 100%.

Mientras que los cuadros subagudos y crónicos de la enfermedad las causan virus moderados o menos virulentos, que producen signos clínicos menos intensos que se pueden manifestar durante periodos más prolongados. Las tasas de mortalidad son más bajas, pero pueden oscilar entre el 30 y el 70%. Los síntomas de la enfermedad crónica incluyen pérdida de peso, fiebre intermitente, problemas respiratorios, ulceraciones crónicas de la piel y artritis.

Cómo detectar casos de fiebre porcina

Según la organización de sanidad animal, "las sospechas de peste porcina africana pueden basarse en la observación de signos clínicos, pero el diagnóstico se debe confirmar mediante pruebas de laboratorio, en particular para diferenciar esta enfermedad de la peste porcina clásica". 

Al no existir ninguna vacuna autorizada contra la peste porcina africana, la prevención es clave para evitar la propagacion de este virus. La prevención en los países libres de la enfermedad depende de la adopción de políticas apropiadas de importación y medidas de bioseguridad, que impidan la introducción de cerdos vivos y de productos porcinos infectados en zonas libres de peste porcina africana. Esto incluye que se garantice la eliminación adecuada de los residuos de alimentos de los aviones, buques o vehículos procedentes de países afectados y la vigilancia de las importaciones ilegales de cerdos vivos o productos porcinos provenientes de países infectados.

En el caso de brotes y en los países afectados, el control de la peste porcina africana puede ser compleja y deberá adaptarse a la situación epidemiológica específica. Se pueden llevar a cabo medidas sanitarias clásicas, como por ejemplo la detección temprana y la matanza humanitaria de los animales; la limpieza y desinfección; la zonificación y el control de los desplazamientos; la vigilancia y la investigación epidemiológica detallada y las medidas estrictas de bioseguridad en las explotaciones.

"Como se observó en Europa y en algunas regiones de Asia, la transmisión de la peste porcina africana parece depender en gran medida de la densidad poblacional de jabalíes y su interacción con sistemas de producción porcina con bajos niveles de bioseguridad", remarcar la entidad Internacional. Es por eso que sostiene que "el conocimiento y buen manejo de la población de jabalíes, y una buena coordinación entre los Servicios Veterinarios y las autoridades de la fauna salvaje y forestales son necesarios para prevenir y controlar la peste porcina africana de manera exitosa".