Por qué no hay poner imanes en la heladera: el peligro que esconde

Poner imanes en la heladera es mucho más riesgoso de lo que se cree: cuáles son los peligros de hacerlo, según los expertos.

18 de septiembre, 2024 | 13.28

Poner imanes en la heladera es una práctica muy común en todos los hogares, no solamente de Argentina y América Latina, sino también en otras culturas. Sin embargo, lo que la mayoría de las personas no saben es que hacerlo puede ser muy perjudicial.

Las personas suelen poner imanes por el simple hecho de aportarle un detalle a la decoración de la cocina, aunque también pueden usarse para sostener anotaciones o recordar números telefónicos de negocios. A pesar de su utilidad, es importante saber por qué no se aconseja tenerlos.

La empresa española Endesa, líder en el sector eléctrico en España, argumentó que "los campos magnéticos de estos imanes son tan insignificantes que ni siquiera atraviesan la puerta de la heladera”, y que por esta razón, no es cierto el mito de que dañan los electrodomésticos. Sin embargo, esto no es tan así: en muchos casos, los electrodomésticos sí se dañan. 

Algunas heladeras de primera generación, que tienen pantallas táctiles en las puertas, sí se pueden dañar con la energía que emiten los imanes. Además, en otros casos, si se colocan muchos imanes en las puertas se puede generar un peso que dificulte el cierre adecuado. De esta forma, la heladera tiene que hacer un esfuerzo extra de energía para poder funcionar, generando un daño a largo plazo.

El truco que nunca falla para que el freezer no se llene de hielo

El freezer es un espacio muy importante de las heladeras por su capacidad de ser refrigerante de alimentos y es fundamental tenerlo bien cuidado para evitar que sus paredes se llenen de hielo, para prevenir inconvenientes en su funcionamiento. Para que eso no suceda, existe un truco muy sencillo que permitirá que tu heladera siga funcionando con normalidad y no consuma más energía de la habitual.

Lo primero que hay que hacer es la parte más trabajosa, ya que implica descongelar el freezer para que salga el hielo de las paredes. En caso de que las paredes de hielo no se despeguen con facilidad, se puede usar una espátula o un cuchillo (con mucho cuidado) para rascar y desprender el hielo, aunque no es la opción más recomendable.

Imanes en la heladera: los peligros de tenerlos.

Una vez que la heladera está descongelada y no tiene ningún alimento adentro -estos deben ser consumidos para que no se pierda la cadena de frío y se pongan malos- el truco para que no se genere hielo en las paredes del freezer es muy simple: tan solo hay que guardar los alimentos en contenedores herméticos o envolverlos en papel film transparente. De esta forma, no se escapa la humedad de los alimentos y esto hará que no se formen capas de hielo.

También, otro consejo para evitar que el freezer se llene de hielo es no abrir demasiado el congelador ya que el aire que ingresa adentro tiene humedad y al condensarse en las paredes se congela y se engrosa en una capa de hielo, que si es gruesa puede traer inconvenientes como el mayor aumento eléctrico del aparato y la dificultad para limpiarlo.

Alerta: si no desenchufás este electrodoméstico después de usarlo, se puede incendiar tu casa

El uso de la tostadora, un electrodoméstico común en la mayoría de los hogares, requiere una atención particular en cuanto a seguridad. En principio, es crucial desenchufarla después de cada uso para evitar posibles riesgos de incendio dado que este dispositivo funciona mediante resistencias eléctricas que alcanzan temperaturas elevadas para dorar el pan. Es por esto, que si el aparato queda enchufado, estas resistencias pueden seguir calientes, lo que aumenta el riesgo de que las migas o restos de pan se incendien.

Por otro lado, mantener la tostadora conectada de forma continua puede provocar una sobrecarga en el sistema eléctrico de la vivienda, elevando así el riesgo de incendio. Los componentes eléctricos del electrodoméstico, si no se desenchufa, también están sujetos a posibles fallos, que podrían generar cortocircuitos y, consecuentemente, incendios.

Otro aspecto a considerar es el consumo innecesario de energía. Dejar la tostadora enchufada, incluso cuando no está en uso, contribuye a un gasto adicional en electricidad y puede llevar a un sobrecalentamiento del aparato. Por lo que desenchufarla después de utilizarla es una medida de prevención sencilla pero efectiva que ayuda a garantizar la seguridad en el hogar y a reducir costos energéticos.

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