El 13 de julio de 2006 fue un día que quedó en la historia de Argentina. Un grupo de cinco delincuentes entraron al Banco Río en la sucursal de Acassuso (San Isidro) y se hicieron de 19 millones de dólares. El escape cinematográfico y los detalles casi coreografiados de la secuencia delictiva sellaron a sus integrantes para siempre en la memoria colectiva.
Hay muchas versiones sobre "El Robo del Siglo", pero lo que se sabe con certeza es que los ladrones cavaron un túnel durante dos años, entraron con armas de juguete, simularon una toma de rehenes, pidieron pizzas y gaseosas y después se escaparon con 19 millones de dólares, de los cuales solo se pudo recuperar un millón. A pesar de huir con éxito, uno a uno los ladrones empezaron a caer tras la denuncia de Alicia di Tullio, pareja de Rubén Alberto de la Torre, integrante de la banda.
Quién es quién en el robo del siglo
Fernando Araujo - El ideólogo
Fernando Araujo fue el gestor del plan durante dos años, mientras fumaba marihuana y pintaba cuadros. Fue uno de los guionistas de la taquillera película El robo del siglo, vista por más de dos millones de personas, y su camino seguirá por esa senda: escribir, pintar, viajar (cuando se pueda), enseñar artes marciales y dejar atrás el asalto que imaginó una noche en solitario.
Araujo nunca perteneció al ambiente delictivo. De hecho vivía cerca del banco que robó. Pero una posibilidad era que después del golpe quisiera seguir en el rubro, como ocurre con robabancos que no pueden parar porque es como un tónico vigorizante.
Sebastián García Bolster - El “ingeniero”
Sebastián García Bolster, que nunca se hizo cargo de haber participado, volvió a arreglar autos, motos y jet ski. Sus compañeros resaltaron siempre su inteligencia para revolver la logística o cualquier problema técnico. Al igual que Araujo, le dieron ganas de probar en el cine. Tiene ideas que no piensa ejecutar en el delito, sino en la ficción.
Rubén Alberto de la Torre
Rubén Alberto de la Torre, contra todos los pronósticos, no volvió al delito. Si antes se reunía con malandras a hablar de “hazañas” delictivas, ahora se rodea de jóvenes cineastas. “Beto”, cuya esposa Alicia di Tullio delató a la banda porque estaba convencida de que él se iba a fugar con la plata y su joven amante, actuó en la serie Un Gallo para esculapio, dirigida por Bruno Stagnaro y protagonizada por Peter Lanzani y Luis Brandoni. Y aparece en el Robo del Siglo, con Guillermo Francella y Diego Peretti. Además participa de otro rodaje donde aparece con armas de juguete, como las que usó en el robo.
Desde los 13 años, De la Torre dedicó su vida al delito. Integró las tres bandas más míticas de los últimos 35 años. La banda de las corbatas, la superbanda y la banda del robo del siglo. En el robo fue el primero en entrar.
Julián Zalloechevarría
Julián Zalloechevarría se encuentra actualmente en libertad. Pasa el tiempo con su esposa y su nieto. En el pasado, aseguró que le gustaría abrir un restorán o bar temático sobre el robo del siglo. En el robo se ocupó de robar los dos autos que usó la banda y fueron abandonados.
Luis Mario Vitette Sellanes
Luis Mario Vitette Sellanes pasa en la actualidad sus días en Uruguay, donde atiende una joyería. Es autor del libro El ladrón del siglo (Ed. Planeta). Vitette, además de cavar el túnel mano a mano con Araujo, fue el encargado de negociar con el policía del Grupo Halcón durante dos horas.
El Fantasma
El ladrón “fantasma” sigue su vida. No se puede decir mucho, salvo que trabaja y hasta la pandemia llevaba a sus hijas a la escuela y al cine. En ese período de peste, las ayudó con las clases virtuales. Casi no salió de su casa porque es un paciente de riesgo. Tiene 70 años. .
El séptimo
Nunca habló ni apareció. Es uruguayo y al parecer siguió en el delito hasta que lo detuvieron en otro país. Le prometió a su hija que no volverá a robar. Tiene setenta años y una vida delictiva que tuvo su auge cuando robó en Italia.
Si es verdad que están retirados, los siete exmiembros de la banda rompieron ese axioma según el cual el delincuente de raza nunca se retira. Y que su destino es la cárcel o morir a balazos policiales. Todos ellos se juramentaron vivir alejados de la criminalidad.
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