Un grupo de policías ingresó a un barrio de las afueras de la ciudad de Frontera, en el oeste de Santa Fe, para realizar un allanamiento y posterior demolición de un búnker apuntado por la Justicia por narcomenudeo. Sin embargo, al arribar al inmueble, los efectivos no sólo cruzaron disparos con presuntos "soldaditos" que aguardaban en el sitio sino que, al ingresar a la casilla en cuestión, descubrieron que funcionaba como un aguantadero clandestino donde encontraron los restos faenados de animales robados.
El operativo se realizó ayer por la mañana en una casa ubicada en la Calle 8, en el barrio El Eucaliptal, en Frontera, a 260 kilómetros al noroeste de Rosario. Al llegar, los efectivos fueron recibidos por un grupo de personas que abrió fuego desde distintos puntos. Luego de cruzar disparos con las fuerzas de seguridad, se ocultaron en el campo. Tras la balacera no se registraron heridos, según informó el medio local Rosario 3.
Al ingresar al búnker que funcionó como puesto de venta de drogas, el personal de la Policía de Investigaciones (PDI) y los funcionarios del Ministerio de Justicia y Seguridad de Santa Fe que se presentaron para constatar y derrumbar el sitio hallaron otro ilícito: dos vacunos faenados de manera rudimentaria y sin refrigeración, colgados desde el techo. Se trataba de 700 kilos de carne vacuna de animales que habían sido robados en un predio en la localidad de Josefina, a pocos kilómetros de Frontera, departamento santafesino de Castellanos.
El único detenido tenía antecedentes y una pena cumplida
Dentro del inmueble fue detenido Jorge Ñañez (25), conocido como “Pelu”, quien había sido arrestado en el pasado por varios delitos contra la propiedad y violencia de género, según informaron medios locales. Además, en 2020, fue sentenciado a una pena unificada de cuatro años por once legajos penales relacionados con robos. Una vez arrestado, Ñañez fue trasladado luego a la alcaidía de Rafaela por parte de la PDI.
A fines de diciembre, a pedido de los fiscales Franco Carbone y Fabiana Bertero, el juez Nicolás Stegmayer autorizó el derribo de dos inmuebles y el bloqueo físico de un tercero, todos vinculados a actos de violencia y al microtráfico de drogas en Frontera, una ciudad que limita con Córdoba. Se trataba de construcciones ubicadas en los barrios San Javier, San Roque y Colegiales (El Eucaliptal, donde ocurrió el hecho), indicó el Ministerio Público de la Acusación en un comunicado.