La Justicia Federal de Paso de los Libres procesó y embargó a los nueve integrantes del Ejército por la muerte del soldado cordobés Matías Chirino durante un ritual de iniciación en 2022. Su familia cuestionó la resolución y reclamó que se agraven las figuras penales impuestas. Los integrantes del Ejército fueron procesados por homicidio culposo y abuso de autoridad sin prisión preventiva.
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A través de una resolución de 70 páginas en las que describió los hechos y las responsabilidades de cada uno, el juez federal de Paso de los Libres, Gustavo del Corazón de Jesús Fresneda, procesó por homicidio culposo y abuso de autoridad sin prisión preventiva y embargó por montos de 500.000 pesos a los nueve integrantes del Ejército Argentino que habrían participado de la muerte de Chirino en un establecimiento militar de esa localidad de Corrientes.
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En este marco, la familia del soldado cordobés hoy consideró que el juez falló “de manera contradictoria” e “irracionalmente” por considerar que la “figura dolosa del abuso de autoridad quedó absorbida por el delito de homicidio culposo y no por el delito doloso de homicidio simple o agravado”.
Ezequiel Chirino, papá de Matías, expresó que “está convencido de que la Cámara Federal de Corrientes y/o la Corte Suprema de Justicia de la Nación, enderezarán el proceso que ha torcido Fresneda”, dijo a través de un comunicado de la familia entregado a Télam por su abogado, Fernando Novo. “Haciendo una comparación, es como si alguien hubiera asfixiado o envenenado a un tercero que luego muere sin que llegue un médico o la ayuda de un tercero a tiempo, pero el tribunal lo juzga no por la asfixia o por el envenenamiento sino porque el delincuente 'no cuidó' a la víctima luego de haberla asfixiado o envenenado”, explicaron los familiares.
Asimismo, lamentaron “otra nueva afrenta del juez Fresneda, que se suma a la inacción inicial, a la excesiva demora en proveer a las medidas probatorias y a la tardanza en expedirse sobre la situación procesal de los imputados”. Y subrayaron que “la familia está viviendo una situación parecida a la vivida por la familia del soldado Carrasco hace unos treinta años”.
El fallo de Fresneda comprende los procesamientos para el capitán Claudio Andrés Luna (35), el capitán Rubén Darío Ruiz (35), el capitán Hugo Reclus Martínez Tarraga (34), el teniente Darío Emmanuel Martínez (31), el teniente Exequiel Emmanuel Aguilar (31), el teniente Franco Damián Grupico (26), el subteniente Facundo Luis Acosta (26), el subteniente Gerardo Sebastián Bautista (31) y la subteniente Claudia Daniela Cayata (34).
Todos fueron responsabilizados en primera instancia como coautores por los presuntos delitos de homicidio culposo -que tuvo como víctima al soldado cordobés Matías Ezequiel Chirino- y abuso de autoridad en perjuicio de sus pares Jorge Manuel Chaile y Rufino Ezequiel Meza.
La muerte del soldado Chirino
El hecho tuvo lugar en el interior del Casino de Oficiales del Grupo de Artillería de Monte 3, ubicado sobre el kilómetro 10 de la Ruta 117 de la localidad correntina de Paso de los Libres, el 19 de junio de 2022, durante un ritual de iniciación desarrollado entre las 00:30 y las 6:30, según consta en el expediente al que tuvo acceso Télam.
Según la investigación, orientada por el fiscal federal Fabián Martínez, se pudo determinar que los subtenientes Chirino, Chaile y Meza, debían presentarse y comenzar a prestar funciones, por orden del segundo jefe de la Unidad, a las 7:30 del día 20 de junio de 2022, pero finalmente por instrucción del Subteniente Facundo Luis Acosta, debieron arribar antes de lo previsto, a las 20:15 horas del día 18 de junio de 2022.
Entre el horario de ingreso y las 00:30 horas del día 19 de junio de 2022, se constató que en el interior del quincho de oficiales y sus inmediaciones, en el marco del "bautismo", los acusados ahora procesados “prevaliéndose de la autoridad que tenían (…), en desprecio a la integridad física y moral de sus camaradas Matías Ezequiel Chirino, Jorge Manuel Chaile y Rufino Ezequiel Meza le impartieron órdenes arbitrarias y maltratos”, dice el expediente.
Detalla que los maltratos consistieron en “obligarlos a ejecutar diferentes tareas denigrantes, como ordenándoles previamente al arribo al cuartel que debían organizar una cena para ello y durante la noche debieron hacer comprar diferentes bebidas alcohólicas y gaseosa, cigarrillos y comida a pedido de los sindicados”.
Y que “luego y con el estómago vacío los conminaron a beber alcohol en exceso, extendiéndole sus copas, una de ella conteniendo vino con abundante sal, bajo la orden ´tome, tome´ provocando que perdieran el conocimiento”.
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Asimismo, les exigieron que se colocaran la ropa de verano ante temperaturas de entre 4 y 2 grados y se sumergieran a la pileta del casino de oficiales cuya agua se encontraba sucia, por un tiempo de treinta segundos aproximadamente.
Los jóvenes, que debieron dejar sus teléfonos celulares sobre la mesa para que no contaran lo que ocurría, fueron obligados a comer con las manos fideos hervidos, mientras los superiores disfrutaban de una picada y un asado, según se desprende del dictamen conocido hoy.
Asimismo, “les obligaron a comprar, cocinar y serviles, les requirieron que cantaran y/o recitaran la oración del soldado, la reseña histórica de dicha Unidad, la misión del Ejército Argentino y cuando se equivocaban les ordenaban que corrieran alrededor del quincho y/o de hacer flexiones de brazo”, expresa el dictamen.
A medida que fueron perdiendo el conocimiento por la intoxicación alcohólica y las demás circunstancias de maltrato, los soldados fueron dejados sin asistencia sobre colchones en el piso, sin calefacción en la habitación de Chaile, hasta que a las 6:09, la enfermera de la unidad, Sargento Clara Fernández- recibió un llamado telefónico del Teniente Grupico solicitando que concurra a la Unidad para asistir a uno de los nuevos oficiales “que se había pasado de alcohol”.
Según la autopsia realizada a Chirino, murió por broncoaspiración tras vomitar en estado de inconsciencia y estando acostado, mientras que se registró 1,45 gramos de alcohol por litro de sangre, indica la resolución.
En su declaración indagatoria, la subteniente Cayata describió una situación que da cuenta de la tradición de los maltratos como ritual de bienvenida a los soldados nuevos, al decir que la noche de los hechos investigados volvió al quincho “porque me acordé cómo fue mi recibimiento hace un año atrás, en junio del 2021 y como no me había gustado lo que pasé en ese momento, yo no quería que ellos pasaran por lo mismo”.
En tanto que la familia depositó hoy sus expectativas en las próximas instancias de la causa hasta condenar “a quienes, drásticamente, hicieron que la vida de Matías fuera muy corta”, señalaron.