En la vasta geografía argentina, donde la cultura y la fe se entrelazan de formas únicas, el culto a la Difunta Correa ocupa un lugar especial. Originario de la provincia de San Juan, este culto popular ha trascendido las fronteras provinciales para convertirse en un fenómeno nacional.
La devoción a esta figura legendaria se ha convertido en un pilar de la religiosidad popular argentina, atrayendo a miles de devotos cada año. Pero, ¿quién fue la Difunta Correa y por qué su historia ha calado tan hondo en el corazón del pueblo argentino?
¿Quién fue la Difunta Correa?
Deolinda Correa, más conocida como la Difunta Correa, es una figura que se ha ganado un lugar en la historia y la religiosidad popular de Argentina. Nacida durante las Guerras de Independencia, Deolinda vivió en una época de conflictos y agitación. Su marido, Clemente Bustos, fue reclutado forzosamente durante las guerras civiles, y ella, decidida a seguirlo, emprendió un viaje llevando en brazos a su hijo pequeño.
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La travesía fue dura y peligrosa, atravesando el desierto de San Juan. Desafortunadamente, Deolinda murió de deshidratación a mitad de camino, pero cuando arrieros la encontraron unos arrieros, su hijo seguía vivo, alimentándose de su pecho. Este hecho se considera el primer milagro atribuido a ella y marcó el inicio de su devoción. La historia de la Difunta Correa es una mezcla de leyenda y fe, de sacrificio y milagros. Los devotos creen que ella realiza milagros e intercede por los vivos, y es por eso que su santuario en Vallecito, San Juan, se ha convertido en un lugar de peregrinación masiva.
El culto a la Difunta Correa en la actualidad
En la actualidad, el culto a la Difunta Correa sigue siendo fuerte y vibrante, y ha trascendido las fronteras de la provincia de San Juan. Los devotos, que incluyen desde arrieros hasta camioneros, llevan botellas de agua a sus santuarios como ofrendas para que ella cumpla sus pedidos, simbolizando la sed que ella sufrió. Durante fechas especiales como Semana Santa, el Día de Todos los Santos y la Fiesta Nacional del Camionero, el número de fieles aumenta considerablemente.
El santuario en Vallecito, San Juan, es un punto de encuentro para los creyentes, donde se pueden ver exvotos y testimonios de agradecimiento por favores recibidos. Además, la devoción a la Difunta Correa ha sido objeto de estudios antropológicos y sociológicos, lo que demuestra su relevancia en la cultura argentina. Aunque también vale mencionar que el culto ha trascendido las fronteras, con devotos en países vecinos como Uruguay y Chile. Se han erigido altares en distintos puntos del país y del extranjero, lo que habla de la magnitud de esta devoción.