El Gobierno porteño dirigido por Horacio Rodríguez Larreta echó más nafta este lunes al conflicto con los estudiantes al denunciar penalmente a los padres o familiares que autorizaron a cada uno de los jóvenes que participan de las tomas de al menos seis escuelas en reclamo por mejoras en las viandas y en contra de las prácticas laborales obligatorias y no rentadas en empresas privadas y dependencias públicas. Lejos de responder a los llamados al diálogo de los alumnos, la ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, también adelantó que prepara una demanda civil para que esos mismos familiares paguen por los salarios de los docentes y no docentes durante todos los días que duren las tomas y no haya clase.
“Estamos denunciando penalmente a las familias que están autorizando e ingresando con sus hijos a las escuelas que se tomaron”, afirmó la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, en diálogo con LN+. “Hay menores de edad en un edificio público con adultos que desconocemos. Esto es responsabilidad de las familias que autorizan a sus hijos a estar ahí. En el 2018 hubo 40 familias que fueron procesadas en la justicia porque esto es un delito. -continuó la ministra y le advirtió a los estudiantes que participan de las tomas- Van a tener que recuperar cada día de clases que pierden, dejan de tener la posibilidad de participar de otras prácticas educativas, otras series estudiantiles y salidas pedagógicas; pierden todo ese tipo de beneficios; y obviamente, al perder días de clases, pierden oportunidades de aprender e instancias de recuperación”.
Estudiantes de al menos seis escuelas secundarias de la ciudad de Buenos Aires en las que se mantienen tomas y otras medidas de lucha por parte del alumnado - el Lengüitas, la Escuela de Cerámica N°1, el Mariano Acosta, el Lorca, el Liceo y el Mariano Moreno-, que reclama mejoras en el sistema educativo porteño, coincidieron en destacar que el principal problema es "la carencia de diálogo" con las autoridades y que no se tiene en cuenta a la comunidad educativa y a los estudiantes en particular "con los reclamos ni con las propuestas".
"El principal problema es la no consulta a las comunidades educativas, la carencia de diálogo y de acercarse a los colegios y a los pibes a ver qué pasa. Tomamos el colegio y la única respuesta de (Soledad) Acuña fue un tuit, no se acerca a tener un espacio de diálogo con nosotros", aseguró a Télam Catalina, integrante del Centro de Estudiantes del Mariano Acosta, que desde el viernes sostiene una toma de la institución en reclamo de mejores condiciones edilicias y viandas en mayor cantidad y calidad.
Y continuó: "Todo problema que podamos señalar del sistema educativo actual nace de que no se nos consultan las cosas, que no se habla con las comunidades educativas y que no se nos tiene en cuenta con nuestros reclamos ni con nuestras ideas".
Horas después, Acuña, en diálogo con LN+, respondió a esta acusación y, como ya pasó en el pasado, contó una historia diferente a la que relatan los estudiantes y los docentes: “No soy una ministra que no dialoga, lo que no voy a hacer es aceptar la violencia y la coacción a través de una toma. No vamos a dialogar con estudiantes que estén tomando escuelas. Tuvimos la oportunidad de dialogar todo este tiempo y se negaron. Lo que es claro es que empiezan a regir otras reglas del juego”.
Según un comunicado del Gobierno porteño, solo en el caso de la toma de Mariano Acosta, ya fueron demandados ocho familiares de estudiantes.
Pese a que Acuña sostuvo que intentó dialogar con los estudiantes antes de que escalara el conflicto, estudiantes de las distintas instituciones educativas porteñas coincidieron en que fueron "reiterados" y no tuvieron éxito los pedidos al Ministerio de Educación porteño para mantener espacios de diálogo en los cuales se pueda abordar "de manera conjunta" los problemas que atraviesan las comunidades educativas.
"No solo tenemos reclamos, también tenemos propuestas. No venimos simplemente a señalar el error, tenemos un colegio y una educación que soñamos, que pensamos y que queremos, pero no se nos escucha", sostuvo Catalina del Mariano Acosta. Y aseveró: "Los pibes, los docentes y las familias quedamos relegados de la educación".
Ante la "sostenida" falta de respuestas de la cartera educativa, Catalina aseguró que queda en evidencia que "no hay interés en mejorar la educación y el foco está puesto en términos de marketing y electorales".
En el mismo sentido, Eliana, la vicepresidenta del Centro de Estudiantes de la Escuela de Cerámica N° 1, dijo a Télam que hace más de una década "venimos pidiendo la ampliación del edificio, que se cae a pedazos, tiene goteras y partes de las escaleras rotas". "Los trabajos se nos arruinan y los hornos también; arreglarlos sale 80.000 pesos. Con esfuerzo de los padres tenemos que salir a bancar los arreglos edilicios, cuando en realidad es el gobierno el que nos lo debería dar", aseguró.
En tanto, el Centro de Estudiantes del Instituto de Educación Superior "Juan Ramón Fernández" anunció que llevarán adelante un pernocte en la noche del martes y un "semaforazo" a partir de las 12 horas del miércoles, en las calles Callao y Córdoba, junto a la Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas Nº 1 "Roque Sáenz Peña".
Cuáles son los reclamos
Entre los principales reclamos, los alumnos y alumnas afirman que "con hambre no se puede estudiar", exigen que se apruebe el proyecto de "Ley Integral del Derecho a la Alimentación Adecuada en las Instituciones Educativas" y piden que con inmediatez se comiencen a "otorgar viandas dignas para todo nuestro alumnado", según indicó el centro de estudiantes a través de un comunicado
También sostienen la consigna "No a las Acap (Actividades de aproximación al mundo del trabajo y a los estudios superiores)", que consisten en prácticas laborales obligatorias para los alumnos del último nivel secundario de la Ciudad de Buenos Aires.
"Creemos inadmisible que se nos niegue el derecho a la educación al perder horas irrecuperables de clase y que se nos sea puestos en riesgo al no ser acompañados por profesores responsables a las prácticas", agregaron en el texto.