Guadalupe Bargiela tiene 22 años, es ciega de nacimiento y la semana pasada fue despedida, junto a otras 165 personas, de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), que tiene sedes a los largo y ancho de nuestro país. Su testimonio resonó fuerte ante los medios de comunicación y trascendió las pantallas cuando dijo "las personas ciegas sí la vemos” en medio de las protestas que encabezaron los trabajadores del sector por los despedidos en el Estado. "Es un ajuste brutal. El director ejecutivo actual, Diego Spagnuolo no sabe de discapacidad, la gestión no sabe de discapacidad - denunció la joven - "no solamente es falta de sensibilidad, sino que es también un avasallamiento contra los derechos humanos. Es violento, porque las personas con discapacidad no podemos conseguir cualquier laburo. Yo que no veo, no puedo laburar de cualquier cosa. Entonces ahora, ¿cómo consigo laburo?". Dejó en claro que no le tiene miedo al régimen libertario y que como militante por los derechos humanos permanecerá en las calles luchando el tiempo que sea necesario.
Con respecto a la nueva gestión denuncia que hace meses que no se implementan las políticas, el organismo está inactivo y están poniendo gente a dedo que no son personas con discapacidad. Lo que se vive es un proceso de ajuste y desmantelamiento bajo el falaz argumento de la ineficiencia de una estructura “inflada” con personal que "no iba a trabajar o no podían justificar sus labores”, cuando en realidad el organismo funcionaba con 1.380 trabajadores para todo el país. Asimismo Bergiela sostiene que este gobierno tiene una perspectiva médica asistencial de la discapacidad: “Entienden de que somos objetos de cuidado y no sujetos de derecho ni sujetos políticos. De los que entraron ahora la mayoría tienen una perspectiva que nos infantiliza una mirada que responde al modelo de prescindencia de siglo XIX, una mirada que busca exterminar a las personas con discapacidad, asfixiarlas, desordenarles la vida”.
“Lupe”, como le dicen sus afectos, vive sola en Moreno y está en segundo año de la carrera de Derecho de la Universidad de La Matanza. Entiende que su discapacidad no la define, por el contrario prefiere definirse desde su rol activo de militancia: “Yo provengo de la sociedad civil, soy militante por los derechos de las personas con discapacidad, soy peronista, soy feminista, milito desde los 12 años”, expresa. En la Agencia, donde trabajaba desde 2020, estuvo en las áreas de Juventud y discapacidad, donde su tarea era promover y desarrollar capacitaciones, y durante el último tiempo trabajó respondiendo mails sobre trámites de pensiones, certificados de discapacidad, acceso a transporte y diferentes consultas que se llegaban por WhatsApp o a la casilla de correo. En ese sector originalmente se desempeñaban cinco personas ciegas que respondían cerca de 200 mails por días, y actualmente quedan tres lo que significa una respuesta más lenta e ineficiente.
“En ANDIS echaron 165 compañeros y compañeras de todo el país y de todas las áreas: comunicación, pensiones . Entre esos hay un montón de compañeros con discapacidad que trabajaban un montón, incluso una embarazada, algunos con más de 20 años de antigüedad, concursos ganados por cargos, médicos. Al área ‘Orientando derechos’ que es de asesoramiento legal la desarmaron completamente, la desparecieron. Ese área de la Agencia asesoraba legalmente a personas con discapacidad, por lo que hoy solamente quedó en pie el programa de Acceso a la Justicia pero depende del Ministerio de Justicia - relata Guadalupe – el objetivo del gobierno es el desguace, no creo que puedan cerrarlo porque hay mucha militancia en discapacidad, pero sí desguazarlo afectando directamente los derechos de las personas con discapacidad desde las asesorías legales, hasta otras cuestiones como el acceso a una obra social o el programa federal Incluir salud, las pensiones”.
Lo paradójico es que no hubo una comunicación formal de recursos humanos sino que la joven se enteró de su desvinculación a través de un mail generalizado que se envió desde la Agencia: “A mí me mandaron un mail que encima no se podía leer con mi lector de pantalla, y le tuve que pedir a mi vieja que me lo lea . Es violento y una vulneración de la intimidad. Las personas con discapacidad visual no lo podíamos leer porque la forma en que estaba escrita la nota era como una imagen, y el lector de pantalla no lee imágenes, era inaccesible, incompatible con el lector de pantallas”. A la par que llegaban los mails empezaron a circular listas negras con posibles despidos, situación que produce incertidumbre y temor, ya que desde los gremios advierten que esto fue recién el comienzo.
“Cuando me avisaron lloré un rato pero después pensé en algo que me enseñaron las Madres de Plaza de Mayo que es que ‘Hoy se llora y mañana se lucha’, y es así hay que seguir peleándola, yo voy a salir a denunciar y hablar con todos los medios posibles”, expresa Guada quien además es parte de la organización Orgullo Disca, un frente a nivel nacional que conjuga a los movimientos de Discapacidad de todo el país, a las federaciones, familiares, prestadores, y aliados. “Actualmente estamos haciendo asambleas, algunas en congreso y otras virtuales para personas de las provincias, siempre entendiendo que la medida es colectiva y la lucha es popular. Y nosotros, lejos de ser la casta, somos militantes por los Derechos humanos, por la diversidad, y en consonancia con eso estamos en vínculo con el movimiento LGBTIQ+, las Madres de Plaza de Mayo, las personas migrantes. Creemos que lo importante es interseccionar las luchas”.
Como le sucede a casi todos los argentinos y las argentinas, Guada tiene que tener varios trabajos para sobrevivir a la crisis económica. “Además de ANDIS, hoy también trabajo en la Municipalidad de Moreno, y trabajé en la Municipalidad de Tigre. En Moreno doy capacitaciones sobre discapacidad, es un trabajo fijo, pero la verdad no me alcanza para cubrir el alquiler. Mi familia me ayuda pero no está bueno depender de ellos, no corresponde, para eso trabajo – cuenta la futura abogada - en lo personal ahora saldré a buscar trabajo, pero hay compañeros grandes que se les complica muchos el mercado laboral. Por eso la prioridad es organizarnos. La demanda no es individual, es un hecho político, yo pienso que la organización vence al tiempo, es lo importante para poder crear un sujeto político, en este caso de personas con discapacidad”.
Con respecto al contexto sociopolítico de fuerte conflictividad social Guadalupe analiza que cree que la reacción popular va a llegar pero no de forma inmediata por el apoyo que todavía Milei tiene en la clase media: “Hasta que la clase media no este movilizada no va a pasar, por más que los militantes hagamos y movilicemos, lo van a tomar como que queremos poner palos en la rueda. Mientras tanto los sectores populares van a seguir aceitando las ollas populares, los comedores. Para que se produzca una reacción tiene que tocar a más gente para que se movilicen, hoy las personas salen cuando lo tocan a uno, no cuando tocan al de al lado”.
Mientras tanto confía y apuesta a la organización a nivel nacional de los movimientos de DDHH, las federaciones, y el campo nacional y popular: “ Si no estamos unidos no vamos a poder derrotar a un movimiento tan grande como es el neoliberalismo. El enemigo ni siquiera es Milei, hay un poder más arriba que son Magnetto, las familias patricias argentinas, las corporaciones, siempre son los que tienen el poder real. Son poderes económicos inmensos que hay que combatir con lucha y organización popular”.