La Cámara de Diputados aprobó por amplia mayoría el proyecto de ley que regula la actividad del acompañante terapéutico, en una votación con 197 votos afirmativos y tres negativos. La iniciativa reúne varias propuestas impulsadas por legisladores y legisladoras de la Unión Cívica Radical (UCR), Soledad Carrizo, Virginia Cornejo; y del Frente de Todos, Daniel Gollan. Ahora le tocará al Senado dar el visto bueno para su sanción. Durante el debate Gollán apuntó que "el proyecto da cuenta de una necesidad, sostenida y militada por distintas agrupaciones y asociaciones, que es el reconocimiento nacional para estos actores de la salud que cumplen un rol esencial: son el sostén de muchas personas".
Al momento, 13 provincias ya sancionaron leyes propias sobre el tema, muchas de las cuales dispares entre sí, y esto ha sido de los motivos para avanzar con una legislación nacional, que establezca criterios comunes a los que las provincias puedan adherir, estableciendo una formación común de los Acompañantes Terapéuticos. Para el caso, el proyecto, desarrollado junto a las distintas entidades que nuclean la actividad, tiene 25 artículos, y establece que "el ejercicio profesional del acompañamiento terapéutico comprende a quienes con matrícula habilitante intervienen a través de un abordaje biopsicosocial integral, en el marco de un equipo interdisciplinario y por indicación de un profesional de la salud tratante a cargo, para facilitar la rehabilitación de la persona acompañada y prevenir eventuales recaídas".
De acuerdo al texto, los requisitos para el ejercicio son ser mayor de edad, poseer título de formación oficial en acompañamiento terapéutico otorgado por universidades e institutos de educación superior habilitados, de gestión pública o privada, así como títulos otorgados por universidades extranjeras, reconocidas por la ley argentina. Entre otras cuestiones, se plantea que la persona que realice esta profesión deberá participar en procesos de sostén y acompañamiento de personas que lo requieran y su entorno doméstico, en el marco de equipos interdisciplinarios o por indicación de un profesional de la salud tratante, así como intervenir en instancias diagnósticas, así como en las fases de tratamiento y rehabilitación de la persona acompañada.
Asimismo, deberá participar de acciones de prevención sanitaria y de promoción de la salud; brindar información al equipo tratante sobre la persona acompañada en todos los aspectos de su participación, así como intervenir en el estímulo, integración y la mayor autonomía de la persona acompañada, procurando su autovalimiento en el ámbito educativo, laboral y las distintas instituciones y entorno social comunitario que son parte de su cotidianeidad. Podrá, además, elaborar informes técnicos, evaluaciones y asesoramiento, participar como asistente de supervisiones clínicas a profesionales, acompañantes terapéuticos, y realizar tareas de docencia e investigación científica, a la vez que podrá participar en la elaboración de planificaciones de programas de salud y acción social y desempeñar funciones o cargos asignados por autoridades públicas y en procesos judiciales que requieran actividades de su competencia.
Se incluye también la obligación del Poder Ejecutivo de promover la creación de la carrera de acompañante terapéutico a cargo de Universidades e Institutos de educación superior, y la unificación de la currícula.
En ese sentido, por el interbloque Provincias Unidas, el rionegrino de Juntos Somos Río Negro, Luis Di Giácomo, señaló: "Esta Ley consagra la profesionalización dentro del equipo de salud para quienes desarrollen su actividad profesional en esta área, de ser incluidos. Son múltiples los espacios en los cuales actúan los acompañantes terapéuticos". La Izquierda, también dio su respaldo, en la voz de Romina del Plá: "Vamos a acompañar este proyecto porque es un paso; pero marcando límites, porque estamos por aprobar una ley que regula el ejercicio profesional, pero no las condiciones laborales que muchas veces son precarias y mal pagas".
Con información de Télam