Tras la muerte de Diego Maradona, ex compañeros, futbolistas y políticos recordaron con cariño distintas anécdotas junto a El Diez. En las últimas horas, se volvió viral la emotiva historia de un joven al que Maradona lo obligó a quedarse en su palco durante la Copa Davis de 2016 en la que Argentina salió campeón.
Se trata de Mati Joli, un joven que tuvo la oportunidad de presenciar la final de la Copa Davis de Croacia contra Argentina al lado de Diego Armando Maradona. Conversaron, se abrazaron y festejaron juntos el triunfo de la celeste y blanca en el partido que finalizó 2-3.
Joli había ingresado al palco de Maradona cuando Argentina iba perdiendo, pero con el paso de los minutos comenzaron a remontar. “Pibe, ahora vos te tenes que quedar acá”, fueron las palabras que le dijo El Diez al joven y que quedarán para siempre en su memoria.
La historia completa
Con la mochila cargada de ilusión, fanáticos del tenis, junto a mi papá, emprendimos viaje a Zagreb, para ver juntos la final de la Copa Davis. Pero nunca nos hubiéramos imaginado que, en el mismo hotel, e incluso puerta con puerta, dormiría D10S. Desde que llegó, pasé horas sentado esperándolo. Estaba resignado. No podía entender como estando tan cerca, ni un mínimo autógrafo había conseguido...
Pero bueno, vamos a lo importante. Llegó el Viernes y, cómo era de esperar, la serie terminó empatada 1-1. En cada festejo, desde la hinchada, miraba de reojo a su palco, y deseaba poder estar ahí con todas mis fuerzas. Al día siguiente, jugamos el dobles. Partido complicado. Perdimos en 3 sets y, de a poquito, cada vez eran menos las chances de poder salir campeones.
Amanecimos el Domingo en medio de un ambiente tenso y, en la recepción, a lo lejos, vi a una persona que acompañaba a Diego en su viaje. Automáticamente y sin pensar me acerqué a él. Le pregunté si me podía sacar una foto, pero me dijo que ya se estaban yendo para el estadio, que ahora era imposible. Desilusionado, partimos para la cancha junto a mi papá. Del Potro acababa de perder los primeros dos sets, y era inminente la derrota; así que, en el descanso, nos acercamos al VIP.
Es ahí cuando milagrosamente levanto la mirada y ese mismo hombre que estaba en el hotel, de pronto estaba a mi lado. Tan sólo una mirada bastó para que me diga: “Vení, entrá conmigo”. Así que, ahora sí, si están listos, acompáñenme a revivir el mejor día de mi vida:
Me temblaba todo. Estaba soñando despierto. Tenía al Diego enfrente mío y no sabía cómo reaccionar. En el momento que llegué, le sirvieron la comida. Pensé: ¿cómo lo iba a interrumpir? Así que me quedé a un costadito y dejé que el tiempo pase. De repente, Juan Martín empezó a remontar y yo ya, despacito, había encontrado mi lugar. Mi celular explotaba de mensajes y mi corazón de felicidad.
Pero la mejor parte aún estaba por llegar. Del Potro se llevó la victoria y yo un abrazo que jamás me voy a olvidar. Respiré. No lo podía creer. Me abracé con el 10 y le pedí la foto que tanto anhelé. Mi objetivo estaba cumplido. Era hora de volver a festejar con mi papá. Y si no me quieren creer, los perdono. Pero, en ese momento, el Diego me dijo: “Pibe, ahora vos te tenes que quedar acá”.
Ya nada me sorprendía. Le dije que iba y volvía. Y así fue. Fui, abracé a mi papá y regresé. No había momento para explicaciones. Volví a entrar al palco, y me esperaba la butaca a su lado. Del Bonis comenzaba a pelotear y nuestra ilusión crecía cada vez más...
Y no me quiero seguir extendiendo. Todos sabemos cuál es el final. Charlé, disfruté, me emocioné y festejé con el más grande de la historia. Te extraño, Diego. QEPD.