La noche del 6 de julio de 1976, en plena dictadura cívico-militar, un grupo de personas detenidas en el penal de Villa Las Rosas, en la provincia de Salta, fue trasladado a la provincia de Córdoba. Pero este traslado resultó ser una trampa mortal. En medio de un apagón en la cárcel, las víctimas fueron sacadas a la fuerza y llevadas a un paraje despoblado llamado Palomitas. Allí, sin ninguna posibilidad de defensa ni escapatoria, fueron ejecutadas y sus cuerpos manipulados para simular un enfrentamiento.
Hoy, en el día que se cumplen 47 años de la Masacre de Palomitas, recordamos uno de los episodios más oscuros y siniestros de la última dictadura militar.
¿Qué sucedió en la Masacre de Palomitas?
Durante el año 1975, el gobierno nacional argentino emitió decretos destinados a "neutralizar y/o aniquilar" a aquellos considerados subversivos, es decir, a aquellos que no estaban de acuerdo con las políticas nacionales. Esto llevó a detenciones y encarcelamientos de militantes sociales, personas sospechosas de tener ideologías de izquierda o pensamientos revolucionarios, así como estudiantes y profesionales.
Ya bajo el yugo de la dictadura cívico-militar en 1976, Carlos Alberto Mulhall, coronel del Ejército, se convirtió en la máxima autoridad de la provincia de Salta. Durante este tiempo, se violaron sistemáticamente los derechos humanos y se privó de cualquier tipo de derecho a los presos políticos.
El 5 de julio de 1976, el coronel Mulhall envió un listado al juez federal de Salta con los nombres de 9 personas detenidas en el penal de Villa Las Rosas que serían trasladadas a la provincia de Córdoba. Al día siguiente, las personas fueron sacadas del penal en medio de un apagón. Los detenidos sospechaban que el traslado significaba su muerte, ya que estaban preparados para enfrentar tal situación debido al aislamiento al que estaban sometidos.
Las víctimas fueron llevadas en camión hasta Palomitas, un lugar despoblado en la provincia de Salta, donde fueron ejecutadas y luego se manipuló la escena para simular un enfrentamiento. Los cuerpos fueron dinamitados y se destruyó toda la evidencia en la unidad policial cercana.
Las víctimas de esta masacre que se encontraban dentro de la "nómina del personal subversivo muerto y prófugo” detallado en el comunicado de Mulhall a la justicia federal eran: Alberto S. Sabransky, Rodolfo P. Usinger, María A. Luque y Georgina G. Droz, quienes militaban en Montoneros. Roberto L. Oglietti, Evangelina M. Botta, José V. Povolo, María del Carmen Alonso de Fernández, Celía de Avila y Benjamín Leonardo Ávila estaban enrolados en el Ejército Revolucionario del Pueblo y padecerían el cautiverio desde fines de Junio. Pablo Eliseo Outes sería el último que ingresaría a Villa Las Rosas tras un corto exilio en Venezuela.
¿Qué pasó luego de la Masacre de Palomitas?
La masacre fue cuidadosamente planificada como parte de un plan de exterminio de personas consideradas subversivas. Los responsables mostraron ensañamiento y cobardía al actuar en la oscuridad, torturar a las víctimas y dinamitar sus cuerpos. Las víctimas fueron enterradas en diferentes lugares, pero los cuerpos de Georgina Droz y Evangelina Botta nunca fueron encontrados.
La causa por la masacre había quedado impune en el tiempo, hasta que se reabrió en 2002 y para 2003 los responsables fueron condenados a reclusión perpetua. Sin embargo, la impunidad judicial también fue señalada, y en 2015 se confirmó la prisión preventiva para el ex juez federal Ricardo Lona, considerado cómplice del terrorismo de Estado.
En conmemoración del 45º aniversario de la Masacre de Palomitas, organizaciones sociales, organismos de derechos humanos, sobrevivientes y familiares de las víctimas se reunieron en la plaza "Héroes de Palomitas" ubicada frente al Penal de Villa Las Rosas. Hoy un monolito recuerda a las víctimas en el lugar donde fueron asesinadas como un recordatorio de este oscuro episodio en la historia reciente argentina.