En abril del año pasado Marian Gómez fue absuelta tras haber sido condenada a un año de prisión como consecuencia de la lesbofobia de la Justicia y su caso se convirtió en un hito de la lucha trans-feminista argentina. En diálogo con El Destape Web, en el Día del Orgullo, su esposa Rocío Girat reivindica la lucha por los derechos de la población LGBTIQ+, reflexiona sobre el lesboodio que aún abunda en la sociedad, habla del sesgo gay dentro de la comunidad y remarca por qué es importante el Orgullo.
Marian fue detenida en 2017 en el Centro de Trasbordo de la Línea C del subte donde se despedía de su novia. Un policía la increpó pidiéndole que dejara de fumar y, cuando quiso retirarse, el oficial Jonatan Rojo se lo impidió empujándola y tocándole el pecho: “Pibe, vos no te vas”. El policía le apoyó la rodilla con tanta fuerza que Marian casi no podía respirar.
La jueza Marta Yungano solo tomó en cuenta el testimonio de Rojo y no el de la oficial Karen Villarreal, quien no estuvo de acuerdo con el relato de su colega, así como tampoco lo estuvieron los testigos de la detención arbitraria sufrida por Gómez. Yugano escogió el aniversario número 50 de la revuelta de Stonewall (hito predecesor de la lucha de la comunidad LGBTIQ+) para condenar con un año de prisión a Marian Gómez por supuesto desacato a la autoridad.
En abril del año pasado la Sala II de la Cámara de Casación Penal, integrada por los jueces Horacio Dias, Eugenio Sarrabayrouse y Daniel Morín, revocó el fallo y así se hizo real la absolución de Marian Gómez.
¿Creés que el caso de Marian marcó un antes y un después en la lucha lesbofeminista argentina?
- Creo que el caso de Marian marcó y marca una organización desde todos los colectivos que nos hemos reorganizado. A causa de lo que nos pasó a nosotras en Constitución, han logrado agruparse entre sí para tener una red de contención en caso de que ocurra un acto lesboodiante. No sé si es un antes y un después pero para el colectivo de lesbianas, del que formo parte, es como un freno de hasta dónde toleramos la agresión.
¿Considerás que la deconstrucción que hubo en los últimos años es sincera o hay una especie de puesta en escena?
- Creo que la deconstrucción social se refleja cuando nos agrupamos y debatimos entre nosotras y nosotres. Nosotras vivimos en Avellaneda y cuando nos cruzamos con gente que no nos conoce, la lectura de esas personas no deja de ser binaria. Creo que se está fortaleciendo desde los mismos colectivos; la campaña por el aborto fue y es una buena manera de centralizarnos y sentarnos a debatir.
Es necesario que nuestra cuerpa esté en esos espacios para poder tener ese cambio, esa justicia social y ese sueño transfeminista que muches militamos. Lo que nos vamos compartiendo entre nosotras y nosotres posta que es muy rico; yo aprendo mucho de cada compañere, compañera, con les que tengo el acceso de poder intercambiar. Pero por ahí eso no sucede en otros espacios que habitamos como el trabajo, la familia, el almacén, la Constitución. Ahí todavía tenemos la pelea más ardua y se hace mucho más difícil sin ESI. Les pibis que son criados en un ambiente transfeminista son muchos más amigables a un montón de cuestiones por no tener el binarismo de género en su mente. Una ESI reglamentada y con las herramientas reales, que no sea binaria, que no esté atravesada por la Iglesia es urgente.
¿Por qué creés que genera tanto rechazo la ESI y el lenguaje inclusivo?
- Es esperable la reticencia a la ESI. Desde el momento en que el DNI no binarie fue sacado por decreto y no fueron convocades para debatir quienes no se representan en el binomio de género. Hay que hacer una solución integral; hoy en día tenés la X pero vas a hacer un trámite y seguís figurando con el nombre y el sexo asignado al nacer. Yo laburo en la Ciudad de Buenos Aires y ver esta avanzada del rechazo al lenguaje inclusivo en Prácticas del Lenguaje, que sería la invisibilización de identidades que también habitan el suelo argentino, es como ver a la derecha abrazando a la derecha: Larreta, Milei y ellos. No es casualidad que esto pase en junio, el mes del orgullo, como pasó hace cuatro años, cuando condenaron a Marian el 28 de junio por chapar con su compañera.
Marian es trans no binarie y habitar con ella la invisibilización, la discriminación, desde tomar un avión y que entre los policías se pregunten a ver quién te revisa, vivirlo en casa me hace tener una mirada un poco más sensible al respecto.
¿Qué derechos aún faltan alcanzar para el colectivo de lesbianas en Argentina?
- La absolución de Marian es muy importante para todo el colectivo y establece un límite de hasta dónde somos capaces de tolerar. Que haya sido dado de baja por el gobierno oficial el protocolo de detención que había impuesto Patricia Bullrich, que fue propuesto como inclusivo pero lo que más hacía era discriminar: a nadie hay que preguntarle qué orientación tiene, qué sos, cómo te sentís. A los heteros nadie les pregunta qué son. Me parece importante que haya sido dado de baja. Y para las lesbianas y personas vulvares que habitamos el deseo, siento que nos faltan preservativos para vulvas. Cada junio va a seguir siendo otro junio asistiendo compañeras enfermas, hasta que no tengamos una manera de protegernos y garantizar nuestro deseo. Me parece muy importante que seamos tomadas en cuenta en nuestra diversidad sexual, no somos solo consumo para el patriarcado y eso posta afecta nuestra vida cotidiana. Hemos estado en reuniones donde la mitad de las personas tenían ETS. Por más que tengamos los cupos que tengamos, hasta que no haya una inclusión real es muy difícil. Hay que seguir militando en los espacios que podemos.
¿Hay un sesgo gay dentro de la comunidad LGBTIQ+?
- Sí. No tenemos representatividad, no ocupamos lugares de poder. Hasta que no haya una trava en el Congreso, dirigiendo nuestros proyectos, no paramos. Las masculinidades, así y todo sean gays, siguen teniendo la posibilidad de pertenecer a la sociedad en lugares de poder. Ese lugar también nos pertenece por ser ciudadanas y ciudadanes. Falta un montón pero estamos en ese camino.
¿Por que es importante el orgullo?
- El Orgullo es importante primero porque me habito y soy lesbiana; y estoy orgullosa de vivir lesbiana. Hace poco pude entender la diferencia de vincularnos desde las distintas lecturas: las que habitamos el lesbianismo de la feminidad, la chonguéz, lo intersex, lo trans. Estoy orgullosa de saberme lesbiana y orgullo también es el apañe transfeminista que tanto nos ha dado a mi familia no normada; desde el abrazo, la contención y la absolución.
La absolución es nuestra, es del colectivo; no de un juez de casación. Eso es un orgullo.