El arribo de la Primavera en septiembre trae consigo un crecimiento de actividad en las plantas y árboles que comienzan a florecer, un efecto que genera mayor sensibilidad para las enfermedades alérgicas. En nuestro país, los afectados son más de 8 millones de personas, pero existen formas de tratarlas para pasarla un poco mejor.
¿Cuales son las principales alergias primaverales?
Al desarrollarse el florecimiento de las plantas en el aire comienza a circular una mayor cantidad de polen, uno de los elementos que más congestiones alérgicas provoca en el mundo. Otro gran foco en esta época suele estar relacionado con las mascotas, ya que es un momento en que los animales mudan su pelaje y pierden su manto invernal, que llega a nuestras vías respiratorias y oculares y causa muchas molestias.
A estas dos se podrían sumar otras menos frecuentes, como las causadas por los hongos de humedad que pueden generarse en algunos recovecos de los hogares y las provocadas por las frutas de estación, que son mucho más específicas.
¿Qué síntomas generan las alergias de primavera?
Las afecciones causadas como consecuencia de las alergias primaverales son muchas y van desde la generación de eczemas y la conjuntivitis alérgica a la rinitis y el asma. Por lo tanto, los principales síntomas están asociados a la irritación, la congestión de las vías respiratorias y la hinchazón de ciertas partes del cuerpo.
En el caso de las alergias oculares, la más común es la conjuntivitis estacional, provocada por el polen y otros alérgenos ambientales que se propagan por el aire. La picazón ocular es el principal efecto, pero además se puede presentar lagrimeo, ardor, ojo rojo, fotofobia, hinchazón de párpado y hasta algunos síntomas nasales.
Por su parte, la rinitis es otra de las molestias más comunes de la época y genera problemas que afectan la calidad de vida de las personas. Según las estadísticas, 1 de cada 5 personas en la Argentina la sufre. Obstrucción nasal, disminución del olfato, secreción viscosa, irritación en nariz y garganta y sequedad en esta última. Todo esto es provocado como respuesta inmunitaria de nuestro cuerpo ante los alérgenos.
¿Cómo combatir las alergias primaverales?
Si bien muchas de estas complicaciones nos acompañarán durante toda o gran parte de nuestra vida, existen muchos tratamientos para mitigar sus efectos y pasarla mejor durante la primavera.
Los tratamientos suelen incluir antihistamínicos, antileucotrienos, soluciones salinas hipertónicas y corticoides nasales, siempre bajo la supervisión y en consulta con un médico. En los casos más severos, cuando el paciente no responde a los tratamientos, se puede llegar al tratamiento de inmunoterapia mediante vacunas.
Pero más allá de los tratamientos con medicinas, también podemos mejorar la situación y evitar el ingreso de alérgenos a nuestro organismo al tomar algunos recaudos y utilizar métodos caseros.
Algunos consejos para evitar las alergias
- Utilizar anteojos de sol para salir al exterior y evitar el contacto con el polen
- Mantener los ambientes limpios y evitar elementos como alfombras, donde puede acularse polvo, polen y pelos.
- Revisar y limpiar los filtros de los aires acondicionados.
- Disminuir el contacto con los ojos y evitar frotárselos.
- Aplicarse vaselina en el borde de las fosas nasales y al lado de los lagrimales. Este producto funciona como barrera para los alérgenos.
- Durante la noche, al comienzo de la mañana y al atardecer, mantener las ventanas cerradas.
- No tender la ropa lavada en el exterior para que no se llene de polen.
¿Cómo diferenciar el coronavirus de los síntomas de las alergias de Primavera?
Algunos síntomas de las alergias primaverales, como la congestión nasal, el dolor de garganta y las dificultades respiratorias, cobraron un nuevo significado con la aparición del COVID-19. Es que estos problemas pueden confundirse con afecciones provocadas por la pandemia.
Sin embargo, aún es posible diferenciar las alergias del coroanvirus. Principalmente, la diferencia puede hacerse en base a los otros síntomas que causa la pandemia, como fiebre, dolor corporal, pérdida del gusto y el olfato, náuseas, vómitos o diarrea.
En el clásico de los alérgicos, los especialistas recomiendan seguir el tratamiento habitual y no limitar el uso de medicamentos específicos.