En la calle no te sentís segura, pero un taxi no es ni cerca un lugar de refugio. Abrir la puerta. Subirse a un auto de un desconocido. Mandar un audio a una amiga y tu ubicación en tiempo real. “Estoy yendo”. El tan común: “Avisame cuando llegues”. ¿Cuántos chats leímos de chicas que se subían a un taxi y nunca más volvían a su casa?. El miedo es real y cotidiano. Y eso no es vivir tranquilas.
Según datos del Gobierno de la Ciudad, hasta marzo de 2019 de los aproximadamente 39.800 conductores de taxi que estaban habilitados en la Ciudad, sólo 1125 eran mujeres. Hoy, por suerte, hay más opciones gracias a las redes de mujeres que se organizaron para brindar un servicio más seguro tanto para ellas como para sus pasajeras.
Todas coinciden en que su trabajo nació por culpa del miedo. Como es el caso de She Taxi, la aplicación que se usa en Rosario, Córdoba y Santa Fe en la que solamente aceptan conductoras mujeres o de la comunidad LGBTIQ+. “La gota que rebalsó el vaso fueron los testimonios de acoso sexual”, afirmó María Eva Juncos a El Destape, que es quien creó She Taxi en 2016 sin mucho apoyo y hoy le da trabajo a 600 conductoras.
Juncos es taxista desde hace 10 años. En varias oportunidades las pasajeras les pedían el número de teléfono a ella y a todas sus colegas. “Queremos que nos lleven mujeres”, les decían. Hoy, gracias al boca en boca, She Taxi se convirtió en una aplicación muy querida y usada. Aunque también odiada por los taxistas, que reclaman que “les sacan trabajo”.
Durante años se instaló la ridícula idea de que las mujeres “eran más irritables” al volante, “más distraídas” o que, sencillamente, manejan peor. Hoy, ellas luchan para terminar con estos estereotipos y para que la brecha entre las licencias que se entregan a hombres y a mujeres, se achique. ¿Es casualidad que haya más varones al volante, o es otra consecuencia del machismo que existe en la sociedad?
Los oficios ya no tienen género y la inclusión está en trabajar en igualdad de condiciones. Las chicas de la Red Transfeminista de Transporte también entendieron que uniéndose podían tener más trabajo. Y así lo hicieron hace 4 años, creando su página de Facebook y de Instagram. Gracias a su iniciativa, todos los días las 20 conductoras que trabajan en la Red hacen fletes, viajes y moto-mensajeria.
“La red lo que te da es una contención, queda todo delimitado en el ámbito de mujeres entonces eso te da tranquilidad”, afirmó Tere Silva, encargada de coordinar todos los viajes de la Red, a El Destape. Lo mismo dijo Vero Rojas o, como le gusta que le llamen, “Vero la motoquera”: lo fundamental de su trabajo está en la confianza y la sororidad: “Sabes que del otro lado vas a encontrar una par”.
“Nació la Red porque realmente se viajaba mal, siempre te encontras con un hombre violento y una situación horrible, un baboso. Los babosos sobran”- Vero Rojas de la Red Transfeminista de Transporte.
Ahora bien, hay un problema notorio. “Tenemos mucha demanda y poca oferta”, reconoció María Eva Juncos de She Taxi y destacó la impactante brecha entre la cantidad de hombres que tienen matrícula para transportar gente y la cantidad de mujeres. “Es necesario que cada vez que se den licencias se sepa esta situación de que de 6000 conductores, 200 son mujeres”, indicó. Hoy la ley es 50 y 50, “o nada”, dicen las taxistas. Pero la lentitud hace que el cambio sea prácticamente imposible.
Mientras tanto, hay mujeres y personas de la comunidad LGBT que siguen sin la posibilidad de trabajar. “Tenemos el trabajo y la plataforma, a nosotras nos faltan conductoras”, afirmó Juncos y resaltó que los años pasan, y “no vemos desde el Estado la iniciativa para que la situación mejore”.
“Es parte de nosotras salir. Si queres tomar, tomas. Nadie tiene derecho a hacerte generar miedo”- Miriam Domínguez de la Red Transfeminista de Transporte.
Ya no es un caso aislado y ellas lo saben. Son mujeres que entienden que hay una necesidad allá afuera y se hacen cargo de la situación, también para conseguir independizarse económicamente. Mujeres como María Maru Odorizzi, que ante la dificultad de trabajo que sufrió en cuarentena creó Fem Remis y hoy la eligen para hacer viajes en Lomas de Zamora. Y así existen tantas otras, que de manera autogestiva aportan su grano de arena para que el momento de viajar sea cómodo y seguro, porque nunca tuvo que dejar de ser así.