Las mujeres llevan adelante una extensa lucha a lo largo de la historia en busca de conseguir igualdad y derechos para ser respetadas y tratadas como se merecen ante la ley, igual que como ocurre con sus pares masculinos hace cientos de años. Por eso, en el Día Internacional de la Mujer se busca conmemorar la lucha del género por su participación dentro de la sociedad, su desarrollo íntegro como personas y principalmente, su emancipación o liberación en diferentes puntos y aspectos de la vida misma. Si bien se “celebra” todos los 8 de marzo, fecha institucionalizada por las Naciones Unidas en 1975, es importante conocer que esto no siempre fue así.
La primera conmemoración a la mujer
La primera conmemoración ocurrió en el continente europeo, específicamente en países como Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza. En aquella ocasión, la fecha elegida fue el 19 de marzo de 1911 donde se conmemoró el "Día Internacional de la Mujer Trabajadora". Allí asistieron millones de mujeres que pidieron por el derecho al voto, al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral. Desde aquel entonces, la idea se extendió alrededor de los países y continentes mientras que a través de una Asamblea General, la ONU declaró el día que atraviesa a las diferentes culturas y costumbres sin importar las diferencias entre unos y otros. Esto, a su vez, junto a una serie de hechos, alentó a que los movimientos de mujeres luchen por los derechos pisoteados durante tantas décadas.
Sufragio femenino, reivindicación de la igualdad, denuncia contra la opresión social, familiar y laboral, separación entre sexualidad y reproducción, defensa de la maternidad libre, liberación femenina, libertad sexual, planificación familiar y los métodos anticonceptivos fueron algunos de los conceptos por los que marcharon y todavía marchan. Pero la imagen de la mujer comenzó a realzarse mucho antes. A principios de 1909, en Estados Unidos, cuando miles de mujeres sociales marcharon en Chicago y Nueva York pidiendo mejores salarios y derecho al voto y también en 1910, en algunas naciones de Europa, donde lograron acceder a la Enseñanza Superior.
Fue el 25 de marzo de 1911 cuando se dio verdaderamente un quiebre en la historia tanto de las mujeres como del feminismo: 123 jóvenes trabajadoras y 23 trabajadores murieron en el trágico incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist en Nueva York. Las puertas de emergencia habían sido cerradas y no pudieron abandonar el edificio. Esto trajo un cambio radical en la legislación laboral del país y fue un impulso clave para la lucha por mejores condiciones laborales. A pesar de esto y la posterior declaración de la ONU, recién en 1994 pasó a ser oficial el día en Estados Unidos.
Por todas estas razones, el 8 de marzo significa un recuerdo y una reivindicación de la igualdad conseguida con el paso del tiempo, la conquista de derechos y espacios que tantas veces fueron negados y, principalmente, del comienzo de la liberación de la opresión que el patriarcado ejerce y continúa ejerciendo sobre cada una de ellas. De todas maneras cabe destacar que la lucha todavía no llegó a su fin y que las mujeres seguirán peleando por ocupar el lugar que merecen, lograr ser respetadas en todos los ámbitos y, principalmente, combatir contra las violencias y los abusos de poder que siguen presentes y latentes a pesar de los cambios.
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¿Por qué paramos?
Fue el 8 de marzo del 2017 cuando se realizó el Primer Paro Internacional de Mujeres. La iniciativa, llevada adelante por distintas organizaciones de mujeres de más de 50 países, tiene como principal objetivo la idea de visibilizar la violencia machista que siguen ejerciendo los hombres, atravesados por el patriarcado, en los distintos aspectos de la vida tanto laboral como social y personal. Esto se debe a que las agresiones -sexuales, sociales, culturales, políticas y económicas- son cada vez más recurrentes y una de las principales problemáticas que sufren las mujeres en todo el mundo.
Al año siguiente se volvió a realizar la convocatoria y se sumaron nuevos países. Por supuesto, lo mismo ocurrió en 2019. Las ideas expresadas otra vez fueron la violencia, la desigualdad de género y las diferentes formas de opresión que se mantienen vigentes a pesar del paso del tiempo. Sin la pandemia de coronavirus de por medio, en distintos puntos y diferentes ciudades del planeta, se realizan grandes marchas y movilizaciones. En esta ocasión, por la actualidad mundial, parece difícil que esto ocurra para evitar que la circulación del virus aumente. De todas formas, la lucha sigue y las voces seguirán alzándose cada vez más alto por las que están y también por las que faltan.