12 años sin María Cash: del brote psicótico a la red de trata, en qué estado está la causa

El viernes 8 de julio de 2011, cerca de las cuatro de la tarde, María Cash fue vista por última vez en un santuario de la Difunta Correa en la provincia de Salta y, desde aquel momento, no se sabe nada más de ella. El 15 de diciembre de este año cumpliría 42. Mientras el tiempo pasa, su mamá y sus hermanos la siguen buscando. En qué estado está la causa y cuáles son las principales hipótesis.

08 de julio, 2023 | 00.05

María del Carmen Cash tenía 29 años, vivía en Capital Federal y un 4 de julio de 2011 viajó rumbo a San Salvador de Jujuy para probar suerte y desempeñarse como diseñadora de ropa, su gran pasión. Cargó la valija y partió rumbo a la terminal de ómnibus de Retiro para dirigirse hacia el norte del país. A partir de allí, su camino estuvo repleto de irregularidades hasta la mañana de su desaparición. Testimonios, pruebas, pistas falsas, cientos de llamadas, rastrillajes y una pregunta que sigue atravesando a la investigación hasta el día de hoy: ¿dónde está María Cash?

La joven, que vivía en el barrio de Barracas, interrumpió su trayecto en varias paradas intermedias. Algunas, sin explicación. Tras su salida desde Buenos Aires, luego de aceptar la propuesta laboral de un amigo que vivía en Jujuy, decidió bajarse al día siguiente, pasadas las 11 de la mañana, en San Miguel de Tucumán. Según dijo por teléfono, había gente que "no le gustaba" en el ómnibus que la transportaba. Horas más tarde, decidió tomar un nuevo micro y bajarse en Rosario de la Frontera, pueblo ubicado en la provincia de Salta. Sin saber cómo ni por qué, un camionero la terminó trasladando hacia el sur de Santiago del Estero.

En su tercer transbordo, el amigo que la esperaba en Jujuy le compra un nuevo pasaje desde Santiago a la capital jujeña. El miércoles 6 de julio, antes de las 8 de la mañana, arribó a San Salvador de Jujuy. Testigos manifestaron que se acercó a un taller mecánico donde llamó a su amigo y coordinó con la hermana de este tomarse un remis hacia el domicilio; pero en lugar de dirigirse al destino, y tras deambular por tiempo indefinido, viajó en taxi a la salida de Jujuy y se bajó en la Ruta Nacional N°34, en las inmediaciones del pueblo Pampa Blanca (en la frontera con Salta).

Según declaraciones de diversos testigos, aquel día la vieron "haciendo dedo" cerca de las 14. Pasadas las 17, llamó a su familia desde un locutorio, donde alegó querer volver a Buenos Aires. Allí, la comunicación se corta y su familia, con gran preocupación, decide radicar la denuncia en una brigada de Salta. Ese mismo miércoles, cerca de la medianoche, Cash es registrada por cámaras de seguridad en el peaje Aunor sin su valija y con una mochila. Justamente esa mochila es la que encontrarían, días más tarde, los empleados del lugar y la entregarían a la policía tras hallar el documento de la mujer.

El último contacto y la supuesta visita médica

En la mañana del viernes 8 de julio, día de su desaparición, los Cash recibieron un "extraño" mail de María desde la terminal de Salta -o sus inmediaciones- donde solicitaba el teléfono de la hermana de una amiga que, en ese momento, vivía en la provincia. Sin embargo, pasadas las 14, volvió a quedar registrada en las cámaras del peaje Aunor, lugar en el que sube a la camioneta de la familia Causarano. Estos, al igual que muchos otros testigos, aseguraron haberla visto "con la mirada perdida". La dejan en la Rotonda de Güemes, donde volvió a "hacer dedo" , dando con un hombre apellidado Romero, que le ofrece llevarla. Es en la Ruta N° 9 donde la ven por última vez: finalmente, se baja frente a un santuario de la Difunta Correa y nunca más vuelven a saber de ella.

A lo largo de los años, recibieron más de 4.000 pistas falsas. Y si bien la familia sostiene que "no todas las pistas son malintencionadas", muchas de ellas fueron desmentidas. Las consultas médicas, son un caso aparte.

El 7 de julio, un día antes de su desaparición y previo a subirse a la camioneta de Causarano, trabajadores del Hospital San Bernardo de Salta -ubicado a pocas cuadras del peaje Aunor- aseguraron que se presentó en el lugar durante la madrugada y pidió un turno médico, aunque no se conoce el motivo de la consulta. Si bien habría esperado unos minutos en la recepción, cuando la llamaron ya no estaba. A fines de ese mes, algunos medios se comunicaron con autoridades del centro y negaron la información.

Tiempo después, Jesús Chuquisaca -neumonólogo de San Salvador de Jujuy en el Hospital San Roque- declaró que la diseñadora estuvo en su consultorio privado al día siguiente -el 8 de julio-, entre las 19 y las 19.30 hs, por una sinusitis y catarro bronquial. "No tenía ninguna alteración psicológica, se presentó sola. Le prescribí medicamentos y análisis clínicos, dijo que se los iba a hacer en Buenos Aires a donde iba a viajar ese mismo día", sostuvo.

"Este médico dice que aparece en su consultorio en pleno centro de Jujuy, muy cercano a la terminal, impecable y limpia, cuando el camionero que la deja en la Difunta Correa la ve sucia y olorosa. Ahí tenés una persona que está mintiendo", denunció su hermano a Infobae asegurando que tanto la factura como el libro el libro de visitas tienen un agregado falso. Además, señalan que es imposible que se haya desplazado del consultorio al centro de Salta en un hora y media. Ambas pistas fueron descartadas.

Una investigación repleta de pistas y sin certezas

Desde el primer momento, la familia marcó que la investigación tuvo muchas fallas. Durante ocho meses, la causa estuvo caratulada como "desaparición" siendo investigada por la Justicia de Salta. Recién a principios del 2012, el padre de la joven, Federico Cashdenunció un posible caso de trata y por eso, pasó a manos de la Fiscalía Federal N° 2 de Salta a cargo del Dr. Eduardo Villalba. Fuentes señalan a El Destape que los primeros errores "fueron ocasionados" ya que se la presentó como una persona sana y "no estaba bien, evidentemente se encontraba bajo un brote psicótico". Para argumentar dicha hipótesis, remarcan las idas y venidas de Cash en los días previos a su desaparición. 

Por otro lado, desde la Justicia indican que "hubo muchos errores y pistas erróneas, algunas con mala intención y otras no". Al mismo tiempo sostuvieron que su descripción -mujer de pelo negro y tez blanca- concuerda con la de otras miles de personas, por lo cual quienes se presentaban o llamaban asegurando que la habían visto cometían errores lógicos que desviaban el foco de la investigación principal. Pero lo que más dificultó la búsqueda fue no poder aseverar cuál era el destino que tenía María tras realizar tres transbordos en diferentes provincias.

En aquel momento se realizaron dos grandes rastrillajes en la zona de Cabeza de Buey y en la Ruta 34, analizando varias posibilidades: que se haya metido en el monte a pasar la noche, que haya sido víctima sobre la ruta de algún tipo de delito o que incluso tomara otro ómnibus y esté en otro lugar del país. "Se investigó todo: la hipótesis de trata se fue desvaneciendo, pero tampoco uno la puede descartar; mientras que declaraciones de Gendarmería ponen el foco en el brote psicótico", añaden. Este último está reflejado en el expediente: "Estaba mal vestida, desalineada, como perdida, bajaba y volvía a subir de micros, hacía dedo, ella misma abandona los documentos", enumeran.

Su familia nunca se refirió a esta hipótesis aunque, en una entrevista con Infobae, hace poco más de dos años, no descartaron que haya sufrido "algún tipo de trastorno psicológico" por las actuaciones extrañas, poco propias de ella, como si estuviese perseguida y por eso, deambulaba por diferentes lugares. "No era algo normal, algo le había pasado", aseguran. Por otro lado, entienden que puede llegar a estar sin vida y que se dificulte encontrarla porque los campos que rodean el área son intransitables. Como otra posible hipótesis, aluden que puede haber salido del país obligada, por las facilidades para cruzar la frontera.

Por su caso, desde el Ministerio de Seguridad de la Nación se creó el Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas (SIFEBU) y se dispusieron medidas, como rastrillajes y recompensas que no surtieron efecto. Se analizaron cadáveres y hallazgos: dos equipos de forenses hallaron restos en Argentina y Bolivia, pero tras ser sometidos a pruebas no arrojaron resultados concordantes con el ADN de María. También hubo reuniones con fiscales de países vecinos para entrecruzar información. Mientras tanto, la familia Cash realizó una búsqueda paralela: abrieron una causa en cada provincia en la que surgió una pista sobre su paradero.

Su papá y su hermano Máximo viajaron a Rosario de la Frontera, ciudad a la que arribaron durante el mediodía del sábado 9 de julio. Allí dialogaron con el camionero que la llevó a Santiago, personal de la terminal, la división de personas, vieron las filmaciones y reconocieron la mochila. La vida de los Cash quedó en pausa, la vista estaba puesta únicamente en encontrar a María. Su padre, Federico, viajó por todo el país tras esas pistas y en 2014, perdió la vida en un accidente de tránsito sobre la Ruta Nacional N° 152, a la altura de la localidad de Puelches en la provincia de La Pampa.

“Las primeras horas son las principales pero en esas horas no se hizo absolutamente nada. La investigación avanzó más con las averiguaciones de mi marido que con la de los policías. Mientras exista la posibilidad de que esté viva, seguiré luchando. Nunca vamos a dejar de buscarla”, dijo su mamá, María del Carmen Gallego, en una entrevista.

"Había gente que no quería que estuviésemos más en Salta, por eso quizás creemos que aparecen algunos testigos que no estaban diciendo la verdad. No sabíamos quién mentía, a propósito o no, fue traumático", dijo uno de sus hermanos tiempo después en diálogo con La Nación. Desde Buenos Aires, tras dos semanas sin novedades, atendieron cientos de llamados -a cualquier hora de la madrugada-, coordinando con la Gendarmería y cotejando las comisarías que cubrían las ciudades de los llamados para seguir cada pista.

¿En qué etapa está la investigación hoy?

La Fiscalía Federal N° 2 de Salta nunca dejó de investigar, analizar y seguir cada una de las pistas que se presentaron. Actualmente, están trabajando junto a un equipo multidisciplinario que repasa la causa para ver que no haya quedado "ni un cabo suelto" durante la investigación. Los rastrillajes en el pasado se realizaron con Gendarmería y perros adiestrados de búsqueda pero no encontraron nada. Lo cierto es que se trata de muchísimas hectáreas y eso dificulta aún más cualquier hallazgo. "Es un mar...", acotan. En caso de encontrar cabos sueltos, no descartan hacer nuevos rastrillajes con equipos más sofisticados.

"Hubo sospechas e imputaciones, no se encontraron inconsistencias entre las personas de la zona pero esto está siendo producto de análisis nuevamente", indican fuentes judiciales. Actualmente, el Ministerio Público de la provincia está a cargo del Procurador General, Pedro García Castiella, quien supo ser querellante y representante de la familia en la causa, años atrás. Por eso, los Cash esperan cambios y noticias en medio de una causa que parece, por momentos, perdida en el tiempo.

El fiscal Villalba, ante la consulta de este medio, sostiene que puede haber críticas a la investigación que realizó en este tiempo -incluso, las acepta- pero asegura que "la búsqueda nunca cesó, se circunscribió a hipótesis criminales o bien a búsquedas a través de avisamiento, denuncias, gente dijo que la vio, sectas en México". Cabeza de Buey, el Torzalito, puntos cercanos a Güemes, la pista de trata de personas y prostíbulos en Jujuy son algunos de los tantos lugares donde se buscó a María.

A 12 años del hecho, los Cash están como el primer día: sin hipótesis ni certezas acerca de qué pasó con María, dónde está o cómo desapareció. Mientras tanto, para quien aporte algún dato certero sobre su paradero hay una recompensa de 3 millones de pesos.