Más de 400 rescatistas y bomberos siguen trabajando en la remoción de escombros y en la búsqueda de los desaparecidos en el derrumbe del Hotel Dubrovnik de Villa Gesell mientras la Justicia investiga qué provocó la tragedia en la que hasta ahora hubo dos muertos –Rosita, ex dueña del lugar y un jubilado de 87 años–, una mujer (79 años, pareja del jubilado que perdió la vida) herida y al menos, un total de seis desaparecidos. Durante la tarde del miércoles y por más de 7 horas, los cuatro albañiles declararon ante la fiscal a cargo, Verónica Zamboni y apuntaron contra los arquitectos y los nuevos dueños del lugar.
Uno de los testimonios que tomó mayor relevancia es el de Sergio Daniel Paco, uno de los trabajadores, quien relató que su equipo de trabajo empezó “a trabajar en remodelaciones desde el mes de junio. Hicimos cambios de ventanas y puertas balcón desde el piso 1 al piso 10”. En ese relato, el trabajador le aseguró a la fiscal “nosotros fuimos contratados por el dueño que se llama Antonio”; confirmando así que el hotel había sido vendido y que las obras corresponden a la nueva administración.
En pleno relato, el constructor fue consultado acerca de la paralización de la obra que efectuó la Municipalidad de Villa Gesell en el mes de agosto y que el mismo constructor firmó. “Fui notificado de la paralización de la obra, lo notifiqué al dueño y al arquitecto por WhatsApp y me dijeron que continúe con la obra, que sigamos hasta que no venga una orden de arriba”, relató Paco y confirmó que le dijeron que los problemas de la obra con el Municipio “lo tiene que arreglar Paula”.
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Para la Justicia, Paula es una de las arquitectas que ya fue identificada y que se presentó espontáneamente ante la fiscal Zamboni en las últimas horas. En su exposición aseguró que ella sólo se encargó de las obras habilitadas, entre la que estaba la remoción de un tabique para la modernización de un ascensor la cual se realizó en el frente del hotel, una zona que no se derrumbó y que quedó sin daños en medio del desastre. Parte de su relato se contradice con el testimonio de Paco, que aseguró que la arquitecta daba las órdenes de trabajo también en la estructura que colapsó. “Venían una vez por semana o dos veces; al principio la arquitecta María Paula no vino por un mes o un mes y medio porque estaba de vacaciones. Después venía y se encontraba en el lugar con el dueño Antonio”, aseguró.
En el mismo sentido, otro de los trabajadores que declaró fue Celso Paco Pérez. El constructor aseguró que sus empleados “no pasan la noche en el lugar” y describió los trabajos en el Hotel. “Sacábamos aberturas, colocamos los premarcos. Después venían los carpinteros”, aseguró el empleado. En su relato contó: “Nunca tocamos una viga ni una columna. Nosotros no teníamos nada que ver con la obra del ascensor”, lo que dio la pauta a los investigadores para avanzar en esa hipótesis. “Pensé que se podían caer los balcones”, dijo el constructor en su relato y cuando le consultaron por qué, explicó que “en algunos lados había rajaduras en los revoques, los pintores lo tapan con masilla y lo pintan”, detalló. Por último, insistió con las responsabilidades y aseguró: “Nosotros no somos culpables, trabajamos bajo mandato de la arquitecta y el arquitecto”.
El tercero de los detenidos en prestar declaración fue Diego González que le contó a la fiscal Zamboni que era como un changarín de la obra y que “estaba viviendo en el subsuelo, esa zona no se derrumbó”, explicó. Aseguró que cuando sintieron las vibraciones salieron corriendo del lugar y vieron que “todo estaba tapado de nubes, no se veía nada y salimos con la luz del celular”. El albañil le dijo a la fiscal que “me tenían como una mascota, me enseñaron a preparar material y lo más pesado fue subir arena al estacionamiento”, explicando así las tareas que desarrollaba. En cuanto al desarrollo de la obra, González aseguró que “de la municipalidad fueron una vez cuando estaban construyendo en ascensor, creo que esa obra la habían suspendido pero no éramos nosotros eran otros obreros”, lo que le permitiò a la Fiscal seguir la pista de la instalación de un ascensor para lo que habrían tocado partes vitales del edificio. Allí los investigadores quisieron profundizar en preguntas sobre esa instalación y el albañil les contó que había otro grupo en la obra “que se encargaba de las cosas más pesadas” entre las que estaban “las vigas para colocar el ascensor”.
En el mismo lugar donde se alojaba Diego González estaba otro compañero que también fue detenido y declaró ante la fiscal. Se trata de Miguel Choque, quien detalló ante la Justicia como fueron los momentos donde escucharon el estruendo y llegaron a escapar corriendo del lugar poco antes del derrumbe. “Yo estaba durmiendo y me despertó mi compañero Diego González. Apenas me levanté, escuché temblores y sentía que algo se venía hacia mí. Yo pensaba que no me salvaba”, relató angustiado. Según su declaración, los investigadores entienden que detrás de ellos hubo otros compañeros que quisieron escapar del lugar y no lo lograron. En cuanto a los trabajos en el lugar, al igual que su compañero, el albañil aseguró ante la fiscal que “nunca rompimos una estructura ni una base. No sé cómo pudo pasar esta desgracia”, añadió.
Después de analizar los detalles de las declaraciones, la fiscal avanzó en la imputación de los cuatro empresarios que figuran como dueños del hotel entre los que se encuentra Antonio Arcos Cortés, el hombre al que todos identifican como quien daba las órdenes de las obras. Además, también imputaron a los arquitectos que firmaron pedidos de obra y que fueron identificados como quienes organizaron, junto con Antonio, cada uno de los pasos y modificaciones que realizaron los obreros. Mientras tanto, alrededor de 400 rescatistas trabajan en busca de los desaparecidos y la remoción de escombros en una carrera contrarreloj.