Con la llegada del calor, una de las preocupaciones que comienza a sonar es sobre el dengue, la enfermedad infecciosa causada por un virus que se transmite a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti hembra. Este mosquito adquiere el virus al alimentarse de sangre de una persona infectada y luego lo transmite a otras personas mediante sus picaduras.
Es importante destacar que el dengue no se contagia de persona a persona, como otras enfermedades, lo que ayuda a poder controlar cuáles son los focos de contagio. El Aedes aegypti es fácilmente reconocible por sus patas con marcas blancas y también es responsable de transmitir otros virus como el chikungunya y el zika. Su principal hábitat son los ambientes domiciliarios, donde el mosquito deposita sus huevos en recipientes con agua estancada.
Cuidados para personas con dengue
Si una persona fue diagnosticada con dengue, es crucial seguir las recomendaciones del profesional de salud al que se le consulte. Entre las indicaciones de los profesionales, generalmente se recomienda reposo, consumo de paracetamol para el manejo del dolor y la fiebre (evitando otros analgésicos y antitérmicos), y una hidratación adecuada. En casos de náuseas o vómitos persistentes, puede ser necesaria la hidratación endovenosa.
Para manejar la fiebre alta, se aconseja mojar la piel con una esponja o paño con agua tibia y tomar paracetamol cada seis horas, sin exceder los 4 gramos diarios. Es crucial evitar medicamentos como el ibuprofeno y la aspirina, ya que pueden empeorar la situación y se conoció que son los remedios más consumidos, por ser de venta libre. Además, se debe mantener una adecuada hidratación para compensar la pérdida de líquidos debido a la fiebre, vómitos y diarreas, si ocurren.
El dengue es una enfermedad que puede ser controlada con medidas preventivas adecuadas y una atención médica oportuna. La colaboración de la comunidad en la eliminación de criaderos de mosquitos y la atención a los síntomas son fundamentales para combatir esta enfermedad.
Prevención del dengue
La clave para prevenir el dengue radica en la eliminación de los criaderos de mosquitos. El Aedes aegypti necesita agua estancada para reproducirse, por lo que es fundamental evitar que se acumulen estos recipientes en nuestros hogares. Para ello, se recomienda seguir el lema TAPÁ, LAVÁ, TIRÁ, y GIRÁ todos los objetos que puedan acumular agua. Este enfoque simple pero efectivo ayuda a reducir significativamente la población de mosquitos y, por ende, el riesgo de transmisión del virus.