¿Los mosquitos con dengue prefieren la sangre "dulce"?: los factores que te convierten en un imán para las picaduras

Distintos expertos enumeran los factores que hacen que algunas pieles sean más proclives a recibir picaduras que otras. A su vez, refuerzan la importancia de la prevención para evitar que se propague la enfermedad.

25 de octubre, 2024 | 00.05

Mientras el boletín epidemiológico reportó más de 48.000 casos de dengue en lo que va del año, distintos especialistas coinciden en que existen factores que pueden hacer más atractivos a los mosquitos: comidas, factores climáticos, lugares de reunión y hasta una famosa bebida alcohólica que se consume en plena época de verano. Con la temporada de calor al acecho, se espera que esta enfermedad supere un nuevo récord, por lo que es pertinente saber si es real el mito de que los Aedes aegypti "prefieren" algún tipo de piel sobre otra.

Uno de los mitos más extendidos es que los mosquitos tienen predilección por un tipo de sangre específico, siendo el tipo O el más mencionado. “Si bien existen estudios que sugieren que los mosquitos pueden detectar ciertas sustancias químicas emitidas por la piel que varían según el tipo de sangre, esto no significa que una persona con un grupo sanguíneo específico tenga garantizado ser un blanco para el mosquito. Hay varios estudios que sugieren que el grupo de sangre preferido es el O, aunque todos los casos investigados se dieron en un entorno de laboratorio”, comenta la Dra. Sylvia Fischer, Doctora en Ciencias Biológicas de la UBA, Directora del Grupo de Estudio de Mosquitos de la FCEN-UBA, Investigadora Principal de CONICET y profesora en el Departamento de Ecología, Genética y Evolución de la FCEN-UBA.

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“Los mosquitos se guían principalmente por el dióxido de carbono que exhalamos, el calor corporal y ciertos compuestos de nuestra piel, factores  que varían en función de la genética, la dieta y otros elementos ambientales”, comenta por su parte, la Dra. Mónica Foccoli, jefa de la División Infectología del Hospital de Clínicas de la UBA.

Comer ajo, no tomar cerveza, ¿esa es la cuestión?

Por otro lado, existe la idea, de que adoptando una dieta que incluya ciertos elementos estos funcionen como un repelente natural de los mosquitos. Es el caso con la idea de que consumir ajo o suplementos de vitamina B puede repeler a los mosquitos. El mito gira en torno a que consumir estas sustancias alteraría el olor del cuerpo, haciéndolo menos atractivo para los insectos. “No hay evidencia científica sólida que respalde esta afirmación. El mejor método para evitar picaduras sigue siendo el uso de repelentes tópicos aprobados y la eliminación de criaderos de mosquitos” remarca Foccoli.

Fischer sostiene que se vio que por ejemplo el consumo de cerveza incrementa la atracción de las hembras de mosquitos Aedes y Anopheles. Según estudios realizados esto podría estar relacionado con los cambios en la química corporal y el aumento del dióxido de carbono que se exhala tras beber alcohol. 

Aunque estar al aire libre te expone más a los mosquitos, “es un mito pensar que dentro de casa estás completamente a salvo. "Los mosquitos son perfectamente capaces de entrar en los hogares, especialmente si hay ventanas o puertas abiertas, y pueden estar activos en interiores, especialmente si tienen acceso a fuentes de agua estancada para reproducirse”, explica Foccoli.

Lo que realmente atrae a los mosquitos

Mónica Foccoli sostiene que el cambio climático y la expansión de la urbanización están permitiendo que el mosquito Aedes aegypti, responsable de la transmisión del dengue, se expande a nuevas áreas. Sin ir más lejos, se ha desplazado desde el norte del país hasta la zona de Rio Colorado, rio que determina el límite entre las provincias de Mendoza y Neuquén 

Este insecto se ve atraído no solo por el tipo de sangre, sino también por otros factores como el calor, la humedad, la transpiración y el uso de desodorantes o perfumes. Por eso, la especialista subraya la importancia de las medidas preventivas deben centrarse en evitar la picadura y la reproducción del mosquito, más que en la idea de que ciertos tipos de sangre son más propensos a ser atacados.

“Eliminar los criaderos de mosquitos resulta clave para que estos esfuerzos se mantengan durante todo el año, incluso en invierno, para evitar que los mosquitos encuentren lugares donde depositar sus huevos. La vacunación contra el dengue, es una herramienta complementaria de prevención, pero no sustituye las medidas de control ambiental ni soluciona la problemática de base”, sostienen las especialistas.

"El dengue es una amenaza para la salud pública global. Hace poco más de 20 años la enfermedad era endémica en 9 países. Hoy lo es en más de 100. Distintos factores como el cambio climático, el aumento de las áreas tropicales o subtropicales, la urbanización anárquica han hecho que el área de distribución del mosquito Aedes aegypti se haya ampliado enormemente. Y donde esté este mosquito, hay dengue. Esto hace que la Organización Mundial de la Salud lo haya puesto entre sus prioridades" sostiene la infectóloga.

Por último, la especialista remarca que la carga real de enfermedad generada por el dengue está muy subestimada. Sabemos que de cada cuatro pacientes con la infección, solo uno va a desarrollar síntomas, lo que hace que tres de cada cuatro pacientes sean asintomáticos. Es a partir de los pacientes con síntomas que consultan a los sistemas médicos y que se notifican que calculamos el número de pacientes infectados. Se estima que la mayor parte de las personas van a cursar una enfermedad leve, que algunos pacientes van a requerir internación en un hospital y otro grupo va a fallecer por la enfermedad.