El próximo brote de dengue en el país se espera para fines de octubre y principios de noviembre y hasta ahora el gobierno de Javier Milei solo adquirió 160 mil vacunas para los sectores más expuestos, por lo que las provincias tuvieron que abastecerse de fármacos con sus recursos, principalmente, donde la enfermedad es endémica. Asimismo, el Ministerio de Salud delineó un criterio tardío de una estrategia nacional de vacunación y aclaró, además, que el fármaco no es primordial contra la enfermedad por lo que cada provincia tiene su propia estrategia desde principio de año y la provincia de Buenos Aires y CABA, no son la excepción, y ya definieron los grupos prioritarios para aplicar las primeras dosis.
Mientras tanto, la ciudadanía con falta de información y temor por una reinfección comienza a optar por conseguir una vacuna en el sector privado bajo criterio de un profesional donde se ofrece cada dosis a 90 mil pesos y para aquellos que cuentan con las prepagas con descuentos que van desde un 40 hasta un 70 por ciento. Ante este panorama, ya comenzaron las primeras alertas: en los últimos días, uno de los vacunatorios privados más importantes con sedes en todo el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) ya advirtió que tiene escasez de vacunas y habrá demoras para su aplicación. Advierten un cuello de botella que pronostica un colapso inminente en los principales vacunatorios ante un brote de dengue sin una estrategia clara a nivel nacional.
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“Debido al aumento en la demanda de la vacuna contra el Dengue marca comercial Qdenga®, presentamos limitaciones temporales en el abastecimiento, por lo que cada sucursal cuenta con una cantidad diaria de estas vacunas”, anunciaron esta semana desde la cuenta oficial de Vacunar, la institución de vacunación que cuenta con decenas de sucursales en todo AMBA y atiende a gran parte de las prepagas del país.. Esta advertencia alertó sobre el inminente colapso en los vacunatorios para aplicarse la vacuna contra el dengue de forma privada. Es que una vez definidos los grupos prioritarios en el AMBA, aquellos que no están incluidos comienzan a delinear sus propias estrategias sumando al factor de los descuentos por las prepagas y obras sociales; como también las recomendaciones de los centros privados para su aplicación.
Ante este panorama, el secretario general adjunto de la asociación de médicos de la actividad privada de la Ciudad de Buenos Aires, Antonio Di Nanno, detalló en diálogo con El Destape que probablemente hay un cuello de botella que por el momento es muy parcial y advirtió que "esto podría ocurrir ante la cobertura de las prepagas a la aplicación de la vacuna". Asimismo, criticó la escasa compra de fármacos por parte del Gobierno nacional. Actualmente, las prepagas cubren un 40 a un 70 por ciento de descuento en las vacunas y aclararon que su aplicación es responsabilidad del paciente que pueden solicitarla con una orden médica. El valor de la vacuna contra el Dengue es de $94.456,76 por dosis.
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Desinformación y falta vacunas: factores para el colapso
Otro factor que podría provocar el colapsos en los vacunatorios privados es principalmente la baja adquisición de vacunas a nivel nacional y el tardío esquema de vacunación que delinearon desde el Ministerio de Salud nacional que, hace solo algunos días, anunció la distribución a las jurisdicciones de solo 160.000 dosis. Las mismas llegarán entre el 18 y el 20 de septiembre a 48 departamentos priorizados en 11 provincias, en función de la mayor incidencia de casos en base a criterios de riesgo avanzando en la población objetivo: personas de 15 a 39 años en departamentos priorizados según situación epidemiológica comenzando por etapas con la población de 15 a 19 años.
Sin embargo, la provisión del gobierno libertario parece llegar tarde junto con el plan estratégico: las provincias ya avanzaron con sus propios planes de vacunación y la compra de los fármacos desde hace meses. Además, las prepagas y centros de salud privados también promocionaron la vacuna con los descuentos para su aplicación para pacientes que presenten una orden médica.
En este marco, desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires ya se compraron 500 mil dosis contra el dengue de cara al verano 2025 y en los próximos días comienza a aplicar a las personas de entre 15 y 59 años, que hayan tenido dengue durante la temporada 2023-2024, y que habiten en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). La Ciudad Autónoma de Buenos Aires adquirió 90 mil y comenzará a aplicar a partir del 30 de septiembre a los adolescentes de 15 a 19 años; luego avanzará paulatinamente con los jóvenes de 20 a 29 años y finalmente, con los adultos de 30 a 39 años. Lo cierto es que en las diferentes jurisdicciones hay distintas estrategias en la campaña de vacunación siendo la misma zona de circulación del mosquito que provoca el dengue.
En este marco, el ministro de salud de CABA, Fernán Quirós, aclaró que en su jurisdicción la prioridad no serán aquellos que ya padecieron la infección ya que la información más reciente indica que la segunda infección es prácticamente de la misma magnitud que la primera. "Hay una convicción generalizada de que la segunda es muchísimo más grave, [pero] la información científica de mejor calidad no muestra eso. Lo que dice es que la segunda infección es más o menos como la primera, y si tuviera alguna gravedad mayor, es infinitamente pequeña, con lo cual también lleva a cierta tranquilidad a la sociedad, porque está todo el mundo que tuvo dengue con un miedo tremendo", apuntó. A su vez, remarcaron que “la vacunación contra el dengue no está indicada para pacientes inmunodeprimidos, embarazadas, menores de 4 años y mayores de 60 años”.
Sin embargo, esta información tampoco condice con lo que detalla la página de Vacunar respecto de que la vacuna actualmente está indicada a partir de los 4 años con esquema de dos dosis (0 y 3 meses) para todos aquellos individuos que hayan o no padecido una infección previa por cualquiera de los serotipos del virus dengue. De esta manera, deja al libre albedrío que el grupo de mayores de 60 años se vacune por voluntad propia tras la consulta de su médico cabecera ya no hay datos de seguridad ni de eficacia para este grupo etario.
Ante estas contradicciones sobre la vacuna contra el dengue y el tardío lineamiento nacional, la ciudadanía comienza a preguntarse cuál es la mejor decisión si ya tuvo dengue y cuál es la gravedad de volverse a infectar. Otra de las incógnitas, es por qué un profesional de la salud puede indicar la vacuna a un mayor de 59 años y se la puede aplicar de forma privada cuando en algunos gobiernos locales lo contradicen. Mientras tanto, el gobierno nacional parece especular y el secretario de Calidad en Salud, Leonardo Busso, sostuvo que el registro de aplicación en el NOMIVAC, el Registro Federal de Vacunación Nominalizado, de estas vacunas, las adquiridas por las provincias y las aplicadas por el sector privado “es el insumo más importante para estudios de impacto, efectividad y seguridad de vacunas de fase IV”.
Parecería que la liberación al mercado de la salud comienza a reflejarse también en la campaña de vacunación contra el dengue donde ante la falta de una estrategia de salud nacional permite la especulación de la compra de vacunas en los sectores privados a costa de la prevención de una enfermedad que alerta otro brote histórico en el país y principalmente en el AMBA. Un cuello de botella que pronostica un colapso inminente en los principales vacunatorios ante un brote de dengue sin una estrategia clara a nivel nacional.