La Argentina atraviesa una epidemia de dengue de la que todavía no se ve el final. Según el último Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación, hasta el 8 de abril se contabilizaron 41.257 casos en el país pero los informes vienen con un poco de retraso y, a partir de los reportes de autoridades sanitarias provinciales, se estima que el número ya asciende a más de 50.000 casos y 42 muertes. Si bien hay años en que los brotes son mayores que en otros, el dengue es una enfermedad endémica en varias provincias de la Argentina, por lo que desde el ámbito científico se viene trabajando desde hace años para combatir la problemática a partir de diversas estrategias.
En este marco, investigadores del INTA Salta y la Universidad Nacional de Salta (UNSa), a partir de un convenio de cooperación técnica con el Ministerio de Salud provincial, desarrollaron una formulación líquida para el control del mosquito Aedes aegypti, transmisor de enfermedades como dengue, zika y chikungunya. El convenio consiste en la producción y distribución de un biolarvicida basado en una bacteria biocontroladora que tiene acción específica contra las larvas del mosquito. Ya está siendo aplicado en tres municipios y buscan escalar la producción al resto de la provincia.
“Lo que estamos aportando es una herramienta biológica para el control del vector. Actualmente existen larvicidas pero son de síntesis química. En este caso, al ser biológico, es un producto inocuo para la salud humana, la flora y la fauna, y presenta un bajo impacto ambiental”, cuenta a TSS la ingeniera agrónoma Guadalupe Mercado Cárdenas, investigadora del INTA Salta e integrante del equipo. Otro problema del empleo de insecticidas químicos es que con el tiempo generan un alto grado de resistencia, por lo que deben aplicarse cada vez mayores dosis.
Este producto tiene su origen en una investigación realizada en el Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola del INTA Castelar. Allí se trabajó en el desarrollo de un biolarvicida a partir de cepas de la bacteria Bacillus thuringiensis, variedad israelensis, para ser usado como control del mosquito del dengue. A partir del convenio entre las tres entidades salteñas, el conocimiento se transfirió al INTA Salta para avanzar en la producción de una formulación líquida que sirva para ser aplicada en la provincia.
El control biológico tiene que ver con la utilización de organismos vivos o de sus derivados para reducir las pérdidas o daños causados por plagas y otros agentes nocivos. “Siempre recalco que es una herramienta más dentro del manejo integrado de vectores de enfermedades humanas”, señala la investigadora.
En este caso, se eligió esta bacteria porque tiene la capacidad de producir una toxina que afecta y mata a la larva. “Esto interesó al Ministerio de Salud de la provincia porque a partir de su sistema de vigilancia epidemiológica detectaron que un mosquito produce 18 mil huevos por día, que luego pasarán a larva y a mosquito adulto. Por lo tanto, atacando la larva se reduce directamente la población de mosquitos”, explica Mercado Cárdenas.
El biolarvicida se puede utilizar en cualquier momento del año y se aplica sobre los cuerpos de agua donde suele crecer la larva del mosquito. Cuando la larva filtra el agua para alimentarse, ingiere unas proteínas producidas por la bacteria que actúan a nivel del intestino del insecto. Estas proteínas le producen un daño en las células que hacen que la larva no pueda seguir alimentándose y muera a las pocas horas.
La producción se realiza en el Laboratorio de Investigación y Producción de Biocontroladores, que está instalado en el Hospital del Milagro y depende del Ministerio de Salud Pública de Salta. Al tratarse de un producto que se emplea en salud humana, este ministerio es la autoridad encargada de la aplicación y fiscalización. Se evaluó la eficiencia del biolarvicida en pozos ciegos de la provincia y se comprobó una eficiencia de control del 97 % de las larvas.
Con respecto a la transferencia, por ahora no está contemplada su comercialización sino que se va a utilizar para las necesidades del Ministerio de Salud provincial. Para ello, se capacitó a los agentes socioambientales de los municipios que presentan mayores niveles de incidencia de la enfermedad, de forma que puedan aplicar el producto en los pozos ciegos de cada localidad. Debido a la alta eficiencia del producto, las tres entidades participantes decidieron ampliar el convenio con el objetivo de ampliar la cantidad de municipios beneficiados con esta herramienta de biocontrol.
En ese sentido, los investigadores trabajarán en la posibilidad de un escalonamiento industrial y la realización de los análisis necesarios para comprobar que la formulación conserve el mismo porcentaje de eficiencia. “Por ahora se está trabajando en tres municipios de la provincia pero la idea es, a partir del nuevo convenio, escalar el producto tratando de conservar la misma calidad y aplicar en todos los municipios de la provincia de Salta. Si hay interés de parte de otras provincias, es un producto factible de replicar también a escala nacional”, concluyó Mercado Cárdenas.
Con información de la Agencia TSS