La llegada de los restos del general José de San Martín a la ciudad de Buenos Aires el 24 de mayo de 1880 marcó un momento histórico y el inicio de una leyenda que aún perdura en la memoria colectiva de Argentina: la de los siete granaderos. Este relato, cargado de simbolismo y honor, destaca la fidelidad y el compromiso de estos valientes soldados con su líder y padre de la Patria.
Después de treinta años de su fallecimiento, se cumplía la cláusula establecida por San Martín en su testamento, en la que expresaba su deseo de que su corazón reposara en Buenos Aires. Este hecho dio lugar a una serie de eventos históricos, entre los cuales destaca la llegada de los restos del Libertador a suelo argentino y su posterior escolta hasta la Catedral Metropolitana.
La custodia de los siete granaderos
Según la leyenda, cuando los restos de San Martín arribaron a Argentina, fueron recibidos y escoltados por los únicos siete granaderos de su ejército que aún quedaban con vida. Estos hombres, vestidos con sus uniformes desgastados por cientos de combates, se unieron respetuosamente a la escolta de los restos del Libertador y montaron guardia ante su mausoleo durante toda la noche.
El gesto de estos siete granaderos, que aparentemente no habían sido convocados oficialmente, simboliza el honor, la lealtad y el respeto hacia San Martín y su legado. Aunque su número pueda ser objeto de debate, la leyenda de los siete granaderos sigue siendo recordada y transmitida como un ejemplo de sacrificio y compromiso con la patria.
La historia de estos valientes soldados es un recordatorio de la importancia de preservar y honrar la memoria de aquellos que lucharon por la libertad y la independencia de Argentina. A través de su gesta, los siete granaderos se convirtieron en símbolos de la dedicación y el valor que caracterizó a todo el ejército libertador.
La llegada de los restos de San Martín al país
El viernes 28 de mayo de 1880, los restos de San Martín volvían a tocar suelo argentino. Estudiantes universitarios, miembros de la Sociedad Rural, del Club Industrial, de la Sociedad Tipográfica Bonaerense, alumnos del Colegio Nacional Buenos Aires, periodistas de distintos medios, organizaciones intermedias se dieron cita junto a cientos de personalidades, como los ex presidentes Domingo Faustino Sarmiento y Bartolomé Mitre y el entonces presidente Nicolás Avellaneda, quien tres años atrás había dado el empujón necesario para que el esperado regreso se hiciese realidad.
El primer mandatario lo había anunciado el 5 de abril de 1877, aniversario de la batalla de Maipú. La leyenda de los siete granaderos perdura como un testimonio de la devoción y el respeto hacia José de San Martín y su legado. Su gesto ejemplar continúa inspirando a las generaciones futuras a mantener vivos los valores de honor, lealtad y patriotismo que caracterizaron a los héroes de la independencia argentina.
La leyenda de los siete granaderos es un símbolo de la dedicación y el sacrificio que caracterizó a aquellos hombres que lucharon por la libertad de Argentina. Su gesto, aunque simple, trascendió el tiempo y se convirtió en un legado eterno de honor y fidelidad hacia el padre de la Patria, José de San Martín. Se busca con ello, mantener vivos los valores de honor, lealtad y patriotismo que caracterizaron a los héroes de la independencia argentina.