Las personas egoístas pueden ser difíciles de identificar, especialmente si tienen comportamientos sutiles de este estilo o saben disimularlos muy bien. Sin embargo, según la psicología existe un signo de alarma que nunca falla para darte cuenta de qué tan empática y dispuesta a escuchar a los demás es una persona, o si es más bien todo lo contrario.
Las personas egoístas se caracterizan por pasar la mayor parte del tiempo ensimismados, centrados en sí mismos y en sus necesidades, sin tener un registro del otro. Esto se puede reflejar en situaciones de la vida cotidiana, aunque de acuerdo con los expertos en psicología, hay un momento en puntual que los delata.
Cómo identificar personas egoístas, según la psicología
Según psicólogos, las personas que interrumpen constantemente al otro son las más egoístas. Es muy frecuente notar estos comportamientos en grupos de gente, por ejemplo, en una reunión familiar, con amigos o laboral. Estas personas suelen pasar por alto lo que dicen los demás, abstraerse y dejar de escuchar al otro, para luego interrumpirlos y hablarles por encima.
Esta actitud puede ser muy molesta para muchas personas, y además de egoísmo, puede reflejar que se trata de personas distraídas, con problemas para prestar atención, muy aceleradas o impacientes. También puede tener que ver con una falta de autocontrol que tienen en diferentes áreas de su vida, es decir, que son personas que tienden a la impulsividad.
Otra posibilidad es que se trate de personas sumamente inseguras, que necesitan ser el centro de atención de todas las conversaciones. Esto podría tener que ver con una profunda necesidad de sentirse validados por los demás, especialmente en personas que no llegaron a construir una autoestima sólida durante su niñez.
Qué significa acumular los platos sin lavar en la cocina, según estudios
Dejar los platos acumulados en la cocina sin lavarlos dice mucho sobre la personalidad de los individuos, según estudios realizados por científicos, psicólogos y psiquiatras. De acuerdo con los expertos, este no es un simple hábito que las personas tienen, sino que responde a una serie de patrones de personalidad que dan indicios sobre la conducta y manera de ser de las personas.
Es normal dejar los platos sin lavar en la cocina de vez en cuando, ya sea porque estás muy cansado, porque te tenés que ir a trabajar o porque no tenés ganas de hacerlo en el momento. Sin embargo, si este hábito se repite a diario y se sostiene en el tiempo, puede ser un indicador crucial sobre la personalidad de quien lo hace.
Si procrastinás tareas como lavar los platos, puede significar que tu sistema de recompensa está dañado. El sistema de recompensa del cerebro es una red neuronal que se activa cuando ciertos estímulos nos generan satisfacción. Por ejemplo, cuando hacemos una tarea placentera (como comer), el cerebro lo asocia con algo positivo y genera dopamina, ya que se produce una gratificación instantánea. Sin embargo, las personas que se vuelven adictas a este placer inmediato suelen procrastinar tareas poco placenteras, que no generan una sensación de felicidad a corto plazo, como lavar los platos.
Por esta razón, los psicólogos, psiquiatras y expertos en neurociencia recomiendan practicar posponer el placer inmediato, ya que el cerebro tiende a priorizar tareas que generan placer fácil y posponer aquellas que generan una molestia o un esfuerzo, como lavar los platos. Sin embargo, si entrenamos a nuestro cerebro para realizar estas tareas sin posponerlas tanto (por ejemplo, lavando los platos apenas terminamos de cenar), nuestro cerebro dejará de percibirlo como una actividad aburrida y recibirá satisfacción al completar una tarea, generando a largo plazo el placer de ver los platos limpios, en este caso.
Esta simple procrastinación de lavar los platos puede verse reflejado en otros hábitos de tu vida. Quizás, pospongas otras cosas más importantes, como ir a entrevistas laborales, empezar proyectos que querés, ir a lugares o eventos, o simplemente privarte de hacer cosas que deseás, simplemente por el esfuerzo que conlleva el proceso. En cualquier caso, se aconseja que empieces poniéndote metas cortas, ya que las metas muy grandes podrían abrumarte. Si comenzás de a poco, evitarás sentirte ahogado y alcanzarás tus objetivos de manera más eficiente, progresiva y sostenida en el tiempo.