El papel higiénico solía ser un producto indispensable en los baños de todo el mundo. Sin embargo, al día de hoy este histórico elemento de higiene personal ya no es tan utilizado y surgió una nueva alternativa para reemplazarlo, con muchos más beneficios. Esta nueva alternativa no solamente promete una limpieza más profunda, sino también un mayor cuidado del planeta.
El papel higiénico se inventó en China en el siglo VI, aunque recién en 1857 se modernizó, convirtiéndose en el que conocemos al día de hoy, cuando el estadounidense Joseph Gayetty lo creó y comercializó por primera vez. Inmediatamente, se convirtió en un producto de lujo utilizado por médicos, hasta llegar a todos los hogares. A pesar de su éxito, en las últimas horas, se viralizó en las redes sociales una inesperada noticia: que el papel higiénico ya no se utiliza en millones de lugares del mundo, y que en vez de eso, se popularizó el uso de otro producto muy similar.
Se trata de las toallitas húmedas, que además de limpiar, proporcionan una higiene más completa y además son amigables con el medioambiente, ya que vienen cada vez más biodegradables. Además, la ventaja de las toallitas húmedas es que son mucho más suaves y dejan la piel humectada. Al día de hoy, cada vez son más las empresas que trabajan en hacer que las toallitas húmedas sean más biodegradables.
Papel higiénico vs. toallitas húmedas: qué es mejor y por qué
Papel higiénico
Pros del papel higiénico
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Históricamente, fue la alternativa más biodegradable.
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Es más económico.
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Se consigue fácilmente en casi todos los negocios del mundo.
Contras del papel higiénico
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Higieniza de manera limitada, ya que no proporciona una higiene total.
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Contribuye a la tala de árboles, ya que muchos están hechos de pulpa virgen.
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Para fabricarlo, se requieren grandes cantidades de agua y energía.
Toallitas húmedas
Pros de las toallitas húmedas
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Ofrecen una higiene más completa, ya que gracias a su humedad, proporcionan un nivel mayor de limpieza y frescura.
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Cada vez se fabrican de forma más biodegradable, con fibras naturales que aceleran su descomposición.
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Son más fáciles de transportar, ya que entran en la cartera o en un bolso pequeño.
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Son muy versátiles, ya que también sirven para limpiarse las manos en situaciones en las que no se puede acudir a un baño a lavárselas.
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Son amables con la piel, ya que suelen ser hipoalergénicas.
Contras de las toallitas húmedas
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Sus paquetes tienen un impacto más negativo en el medio ambiente que los paquetes de papel higiénico.
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Son un poco más costosas que el papel higiénico.
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No se pueden tirar en el inodoro, ya que obstruyen las tuberías.
¿Cómo se iba al baño en la Antigüedad y sin papel higiénico?
Durante la Antigüedad clásica grecorromana (siglo V a. C. al II d. C.), las personas utilizaban el tersorium o xylospongium para limpiarse la zona del ano. Este elemento consistía en un varita con una esponja vegetal en uno de sus extremos. Luego de la limpieza personal, era depositado en un recipiente que contenía agua con sal o vinagre. En las letrinas o baños públicos, el tersorium era compartido por todos los usuarios. Algo similar ocurría en China, donde hace unos 2.000 utilizaban palos de madera o bambú envueltos en tela para higienizarse.
El pessoi era otro implemento de higienización usado en la Antigüedad clásica. Se trata de fragmentos redondeados de cerámica. En un artículo publicado en British Medical Journal, se informa que dada la textura de estas piezas es posible que, tras un uso continuo, pudieran haber ocasionado "irritación localizada, daño en la piel o la mucosa, incluso complicaciones de hemorroides externas".
Estas piezas, que fueron encontradas tanto en antiguas letrinas atenienses como en romanas, medían entre 3 y 10 cm de diámetro, y 0,6 a 2,2 cm de espesor. No menos curiosa es la posibilidad de que los ostraka hayan podido ser usados como pessoi. Los ostraka eran trozos de cerámica utilizados en la Antigua Grecia para escribir en ellos el nombre de la persona a quien se quería enviar al ostracismo.
Los primeros registros del uso de papel para la limpieza del ano son de China, más precisamente del siglo VI d. C. Hacia el siglo XIV, el papel para esos fines era hecho con paja de arroz. Para la familia imperial, las láminas de papel eran suaves y perfumadas. Se estima que se producían unos 10 millones de paquetes que contenían entre 1.000 y 10.000 hojas, tan solo en la provincia de Zhejiang (este).
La producción industrial moderna de papel higiénico comenzó en EEUU, en 1857. El emprendedor Joseph Gayetty vendía láminas de papel de cáñamo de Manila impregnadas de aloe, con la promesa de prevenir las hemorroides. Hacia 1890, los hermanos Clarence y Edward Irvin Scott tuvieron la idea de ofrecer el papel higiénico en rollo.
En ese entonces, la gente aún se resistía a pedir este producto en las tiendas, algo que les resultaba vergonzoso. Hacia fines de la década de 1920, el uso del papel higiénico se popularizó al dejar de ser visto exclusivamente como un producto de índole medicinal o curativo.