Mitos y realidad sobre los druidas: vistazo al antiguo linaje y prácticas místicas

03 de noviembre, 2023 | 01.33

Seguramente has escuchado el término “druidas” en los medios de comunicación, sobre todo en libros de historia y de fantasía. ¿Qué significa este término?  ¿Se trata, cómo parece, de una tribu de hechiceros?

Hemos preparado este artículo para responder a esa pregunta. Y, a la vez, terminar con algunos de los grandes malentendidos de la historia.

Lo primero que debemos decir es que los druidas eran una casta religiosa y erudita de los celtas. 

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Fungían como sacerdotes, maestros y jueces. Se les recuerda, sobre todo por su relación con los árboles como centro de sus cultos y conocimiento.

Los orígenes de los druidas

Los orígenes de los druidas son inciertos. El principal obstáculo con el que nos enfrentamos para conocer el origen de esta casta religiosa es que los celtas no adoptaron un sistema de escritura. 

Sin embargo, se sabe que, hacia mediados del siglo III a.C., se nombra de esta manera a sacerdotes. Druida significa "conocedoras del roble". Se encargaban de los sacrificios (humanos y simbólicos).

Quote: Los druidas surgieron como una casta sacerdotal entre los celtas, y fueron ganando en su vida pública.

Con el paso del tiempo, se establecieron en una zona considerada sagrada: Carnutes, el centro espiritual de la Galia.

Conexión con las antiguas culturas celtas

Los druidas, que comenzaron como sacerdotes, fueron ganando poder dentro de los primeros asentamientos celtas: lanzaban profecías, realizaban estudios astronómicos y terminaron por ocuparse de la educación y los litigios judiciales.

Sobre todo, ejercieron un gran poder debido a su jurisdicción sobre los sacrificios humanos. Ya fuera por razones religiosas o políticas, la posibilidad de ser quemado vivo se constituyó en un gran factor de control social

El dominio de los druidas sobre los aspectos de la vida celta se convirtió en un gran problema para los colonizadores romanos.

Referencias históricas a los druidas en escritos griegos y romanos 

La mayor parte de lo que sabemos sobre los druidas proviene de los testimonios de naciones colindantes y de sus conquistadores. En gran medida, de griegos y romanos. Se trata, ante todo, de miradas fragmentarias y no siempre bien intencionadas.

La primera noticia que tenemos acerca de los celtas proviene de fuentes griegas que datan del Siglo III a.C. Se trata de testimonios en los que surge la palabra Celta. Así se llamaba a los extranjeros.

Los griegos mantuvieron un largo desinterés acerca de este pueblo con el que compartían territorios. Al punto de que sus historiadores no se ponen de acuerdo en sí habitaban el Asia Menor o Irlanda.

Su más reputado historiador, Heródoto, por ejemplo, no logró precisar si los celtas vivían en el nacimiento del río Danubio, más allá de las Columnas de Hércules o en el Estrecho de Gibraltar. 

Sería el emperador romano Julio César (50 a.C.) el primero que se extendería sobre sus impresiones de la casta sacerdotal de los celtas.

En sus memorias menciona que en la antigua Galia había dos grupos de hombres distinguidos: los druidas y los nobles (equites). Los druidas eran los encargados de los sacrificios públicos y privados.

César relata que  muchos jóvenes acudían a estos druidas en busca de instrucción. También eran jueces con capacidad de decretar penas. Incluso tenían el derecho de ejercer violencia si no les obedecía o entraban en disputas con otros druidas.

Por su parte, su contemporáneo el historiador. Plinio el Viejo se horrorizó de las adicciones de los druidas: muérdago y los sacrificios humanos. 

Sobre los sacrificios escribió lo siguiente: 

“Asesinar a un hombre era llevar a cabo el acto de devoción más alto y comerse su carne era garantizar las mayores bendiciones de salud”.

El emperador Publio Cornelio Tácito a​ (55-120) también fue testigo de la fiereza druida,pero en el campo de batalla. En una de sus cartas describe el asalto a una aldea gala: 

“Los druidas cubrieron sus altares con la sangre de los cautivos y consultaron a sus deidades mediante entrañas humanas”.

El factor común de los testimonios romanos sobre los druidas es el temor ante la  amenaza existencial que representaban. 

Y es que para los romanos el poder que los druidas tenían sobre los celtas con sus ritos y las visiones apocalípticas eran, en realidad, actos de resistencia ante los conquistadores.

Estructura de la sociedad druídica

Como hemos mencionado, el emperador Julio César describió que los druidas eran una de las dos castas dominantes en la sociedad celta. Estan en primer lugar los equites o nobles, depositarios del poder económico. Los otros eran los druidas.

A los druidas se les encomendaba organizar los cultos y los sacrificios. A la par que se les consideraba capaces del don de la profecía y la adivinación. 

Con el paso del tiempo, se les concedió el dominio de los procedimientos judiciales de las sociedades gala, británica e irlandesa. Disfrutaban de privilegios por encima de los nobles: estaban exentos del servicio militar y del pago de impuestos.

Su poder llegaba al punto de que podían excomulgar a cualquier persona y convertirla en un paria social. Es decir: carne para los sacrificios.

De hecho, el historiador romano Diodorus Siculus cuenta que la influencia de los druidas era tal que podían irrumpir en una batalla y ponerle fin. 

Las prácticas y creencias druídicas

 

Esta casta celta es recordada sobre todo por la práctica de los sacrificios humanos. En concreto su famoso Ritual del roble y el muérdago. En él, se erigía una gran estatua hueca con estos materiales donde los condenados eran quemados vivos.

Estas víctimas solían ser culpables de robo y otros delitos (juzgados por los mismos druidas). Sin embargo, también se aceptarán inocentes.

Los druidas veneraban a deidades solares y acuáticas. Cada uno de estos dioses reclamaban un diferente tipo de sacrificio Teutates (ahogados), Esus /ahorcados) y  Taranis (quemados vivos)  durante una festividad llamada Triple Muerte.

Quote: Los druidas mantuvieron un control sobre los celtas gracias a la práctica de los sacrificios humanos.

Los sacrificios reafirmaban el carácter como intermediarios de los druidas entre el pueblo y las divinidades. Sus ritos les concedían el don de la profecía: podían ver el futuro a través del vuelo y el canto de los pájaros, y las hojas y maderas de los árboles. 

Conocimientos y enseñanzas druídicas

Es injusto centrar la identidad druida como una casta de asesinos. Los historiadores romanos coinciden en que se trataba de grandes filósofos y eruditos. Estudiaban el pensamiento y la ciencia natural. Se les reconoce, también, como astrónomos.

Cicerón, el jurista romano, aseguró que los druidas poseían el “conocimiento de la naturaleza que los griegos llaman fisiología”. Y que gracias a ella podían hacer predicciones mediante augurios y conjeturas.

Sin embargo, el análisis de esos logros científicos se ve obstaculizado por la renuncia de los druidas a los registros escritos.

La educación de los jóvenes druidas en filosofía y temas religiosos era secreta y tenía lugar en cuevas y bosques. Ahí aprendían un gran número de versos en un estudio que podía tomar hasta veinte años. 

Influencia de los druidas en la historia

Su transmisión oral de los conocimientos logró, por una parte, que la cultura druida no se vulgarizara. Pero, por la otra, evitó que ni uno solo de sus versos sobreviviese al tiempo. 

Este secretismo tejió un manto de misterio sobre los druidas y sus ritos y filosofía.

A la caída del Imperio Romano y el auge del cristianismo, ciertos aspectos del druidismo se irradiaron a las naciones que se establecieron hacia fines del primer milenio.

Aspectos del culto druida siguen presentes en la idea de la transustanciación y la resurrección de Cristo. Y se conservan a través de mitos fundacionales como la leyenda del Rey  Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda.

Merlín y la idea de una magia secreta que viene de la tierra y domina al mundo son herencias druidas. Otra de ellas es nuestra creencia en la astrología

Desaparición de los druidas

Si bien Julio César fue un gran estudioso de los celtas y su casta religiosa, también fue el encargado de ponerles fin en la llamada Guerra de las Galias (58 a C al 51 a C).

A la llegada de los romanos, los pueblos celtas eran numerosos y rivales. Los conquistadores aprovecharon esta falta de cohesión y comenzaron por perseguir a los druidas.

Quote: La influencia de los druidas pervive en la forma de ciertos ritos cristianos y en mitos como el del mago Merlin. 

Tras sangrientas campañas, prohibieron sus ritos e impusieron como religión al cristianismo, que de ese modo terminó por implantarse en Europa.

Mitos y realidades

Como hemos mencionado, hay varios factores que nos impiden conocer la verdad sobre los druidas. La primera es la falta de registros propios o de una tradición heredada.

La segunda es que solo contamos con testimonios externos (sobre todo griegos y romanos). Todos ellos influenciados por la extrañeza y el deseo de conquista, el prejuicio y la superstición.

Dos hechos son ciertos. El primero es que se cuenta con suficiente evidencia arqueológica para corroborar que los druidas practicaban el sacrificio humano.

Segundo: aunque hay un gran número de creencias alternativas que aseguran seguir las tradiciones druidas (como el culto Wicca y el Neodruismo), no sabemos si esas tradiciones se ajustan a la verdad histórica.

Conclusión

Los druidas son una casta religiosa y de filósofos sobre los que hay un manto de misterio. Los celtas, su propia gente, y romanos y griegos los admiraron y temieron.

Sabemos que eran grandes filósofos y estudiosos de la naturaleza. Y a la vez eran implacables sacerdotes que usaban al sacrificio humano como forma de control social.

Esperamos haber dado respuesta a tus dudas sobre estas figuras misteriosas. Si querés saber la verdad sobre otros mitos, te invitamos a seguir visitando y leyendo El Destape.