El Gobierno de Javier Milei profundiza la recesión y la crisis empezó a derrumbar a las empresas más grandes del país. En este marco, la compañía Petroquímica Río Tercero (PR3) anunció el cierre de su planta de producción de su principal producto, el TDI (diisocianato de tolueno), y este domingo la situación se agravó con el envío de mails de despido y la prolongación de suspensiones de los empleados.
A través de notificaciones informales, los trabajadores comenzaron a enterarse de la decisión empresarial, mientras la industria, que emplea a 375 operarios, tiene sus plantas detenidas y está a cargo de supervisores y de personal jerárquico. Según lo informado, la determinación se da en el marco de complicaciones que tuvo para hacerle frente a la competencia de ese producto que brinda el mercado asiático, especialmente China.
De esta manera, ocho trabajadores fueron informados sobre sus despidos, mientras que otros 40 fueron dispensados, es decir, suspendidos con goce de sueldo y sin la posibilidad de ingresar a la planta. La semana pasada, la Petroquímica había reconocido que los despidos iban a ser 125, por lo que los trabajadores creen que durante el transcurso de la semana podrían llegar nuevos comunicados. La firma tiene otras unidades de producción, que siguen en actividad.
Como respuesta, los empleados iniciaron una vigilia, que incluyó el corte parcial de la rotonda de ingreso a las plantas. A las 18, el Sindicato Químico realizó una movilización en Río Tercero, a la que se plegaron otros gremios de la ciudad, agrupados en la Mesa Sindical de Río Tercero y Zona, para pedir por la reincorporación de los trabajadores despedidos y por la preservación de las fuentes de trabajo. También llegaron trabajadores de la Química Dow Argentina que se encuentran en una situación similar.
Según reveló La Voz, desde Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas (Spiqyp) informaron que el secretario general de la Gobernación, David Consalvi, se puso en contacto con dirigentes del gremio para informarles que el gobernador Martín Llaryora le pidió que acompañara a los trabajadores a la audiencia que este lunes 14 de octubre tendrán en el Ministerio de Trabajo de Córdoba.
El impacto económico y social es de carácter nacional, no solo por los despidos, sino también por el desabastecimiento de insumos clave para la industria argentina. El TDI se usa en la fabricación de espumas de poliuretano, elastómeros y revestimientos. Sin embargo, el cierre de la planta de Río Tercero obliga a importar este producto, encareciendo los costos y afectando considerablemente a las pymes que dependen de él.
Dow Argentina anunció el cierre total de sus actividades en Santa Fe
En tanto, la continuidad de la única planta de producción de poliuretano del país tras la decisión de Dow Química de sustituir la producción local con importaciones de sus plantas en el exterior. En ese contexto, la firma se niega a vender la planta y busca mantener el control del mercado argentino desde el exterior de un insumo básico para diversas industrias del país. La planta está ubicada en Puerto General San Martín, Santa Fe y su cierre afectaría a 120 puestos de trabajo directos que se amplían a unos 600 si se consideran los empleos indirectos vinculados a la actividad.
De esta manera, la decisión de la multinacional norteamericana de más de 60 años en el país obligaría a innumerables industrias locales a importar un insumo básico, incrementando costos y afectando el tejido productivo nacional. "Lo que quiere la empresa es mantener el mercado a través de las importaciones, no dejar que nadie entre al mercado del poliuretano negándose a vender la planta, y así seguir con una posición monopólica, sostener las mismas ganancias y traer el producto de Brasil, lo que no trae ningún beneficio a la Argentina y aumenta la dependencia de productos extranjeros", señaló Mauricio Brizuela, secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Petroquímicos Unidos (SOEPU). Entre las industrias argentinas que podrían verse afectadas por su habitual demanda de poliuretano se destacan la industria colchonera, farmacéutica, automotriz, de la refrigeración, de electrodomésticos, de la construcción, del calzado, de la pintura e industria minera, entre las principales.
Asimismo, se alertó que “esto produce un impacto económico, ya no solo por los puestos de trabajo perdidos y su impacto sobre la actividad regional, sino que, en un contexto económico complejo como el actual, donde se lucha por mantener el superávit de la balanza comercial y ser cauteloso con las divisas, el cierre de DOW generaría una demanda adicional de divisas” a la vez que se pierde “una industria que también es clave para la generación de divisas a través de las ventas al exterior”.