Las medidas económicas implementadas por el presidente Javier Milei generaron rápidamente una profunda crisis productiva y económica que se vio reflejada en el aumento de la pobreza, las miles de fábricas cerradas y el fuerte crecimiento del desempleo.
En ese contexto, una histórica fábrica de ladrillos y pisos que funcionaba hace más de 50 años emitió un comunicado en el que confirmaba el cierre de sus puertas apuntando directamente a la caída de las ventas y el mal presente económico que atraviesa el país. La construcción fue uno de los sectores más golpeados por la política de la motosierra.
La empresa Loimar comunicó a través de sus redes que el directorio tomó "la decisión de parar" y frenar la producción en su planta sin fecha para retomar en caso de que lo hiciera. De esta manera los empleados de la empresa de Tandil quedaron con la incertidumbre de no saber qué será de su futuro.
"Loimar S.A., propietaria de la fábrica de ladrillos y pisos ubicada en el Camino a Base Aérea, presente en la ciudad hace más de 50 años, comunica que se ha visto obligada a detener la producción de su planta", expresa la empresa en su comunicado y señala que apagó tanto su horno para hacer ladrillos cómo el que utilizaban para los pisos.
La empresa acusó al panorama nacional por el cierre de su fábrica
Además, apuntaron directamente contra la crisis económica generada por el gobierno de Javier Milei: "La caída de la demanda durante 2024, un precio deprimido y costos de producción en alza, sobre todo por aumentos en la tarifa de electricidad e insumos, volvieron insostenible la operación".
Por último expresaron la idea de "poder retomar su actividad cuando el mercado se recupere y las variables económicas lo permitan". Al no poner una fecha y ante el futuro incierto que vive Argentina, no se sabe si la planta volverá a funcionar como lo hizo por más de cinco décadas. Según trascendió, la empresa tenía deudas de entregas con varios corralones de la ciudad pese a que ya les habían pagado.
Cabe señalar que si bien la crisis es trasversal a casi todos los sectores, la construcción fue de los más golpeados y la que más rápido sintió el cimbronazo de las decisiones del presidente Javier Milei, ya que al terminar con la obra pública puso en jaque a cientos de miles de trabajadores y a muchas compañías que se dedicaban a esta actividad.
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