"El program", uno de los nuevos contenidos que pueden verse en la cuenta de Instagram de El Destape, dialogó con un trabajador de Rappi, quien contó su experiencia laboral en el marco de la pandemia del coronavirus. La empresa explota a sus empleados y el malestar se intensificó en los últimos meses.
"No nos están considerando ni siquiera como trabajadores esenciales, porque nosotros nos exponemos a todo: a la lluvia, la inseguridad, etc. Aparte, la gente cuando bebe no ve bien cuando está manejando y nos llevan por delante", relató el trabajador. En ese mismo sentido, reveló: "A veces la aplicación nos pregunta si el pedido está bien o si pasó algo con el cliente. Ahí uno se pone muy caliente".
Notablemente indignado, contó: "Si me atropellan, primero preguntan por el producto, luego por el cliente, sabiendo que puedes estas tirado en el suelo ensangrentado". Y agregó: "La lógica es que después se resuelve y se averigua si el delivery está bien".
"Si el pedido no llegó y eran 3 mil o 4 mil pesos, se lo cargan a la persona y te lo descuentan de un seguro que no te cubre absolutamente nada. Entonces los que trabajamos en esto, argentinos, haitianos, venezolanos, colombianos... nosotros mismos somos nuestro propio seguro", explicó. Asimismo, ejemplificó: "En estos días le pasó algo a un muchacho, nosotros mismo agarramos la bicicleta, entre todos pusimos dinero, compramos la medicina".
MÁS INFO
A modo de conclusión, expresó: "Las empresas no dan la cara, jamás la van a dar. No lo dieron en este contexto de pandemia, no lo dieron antes y ahora menos se les notó esa sensibilidad humana de estar pendiente de lo que le pasa a un delivery en la calle".
Abusos y más abusos
La Subsecretaría de Acciones para la Defensa de Consumidores, dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo, procedió contra Rappi, Glovo y PedidosYa por incorporar en sus términos y condiciones cláusulas donde se deslindan de responsabilidades frente a los consumidores. Además, para acceder al servicio, los clientes desistan de derechos que son irrenunciables y se encuentran garantizados constitucionalmente.
Cuando alguien ingresa a Rappi y Glovo se acepta contratar al trabajador del delivery, en vez de a la empresa prestataria del servicio, lo que desde el Gobierno precisaron que es un contrato de mandato. De esta manera, las compañías buscan eludir todo tipo de responsabilidad por daños que pudieran ocasionarse en la relación de consumo. Glovo, además, exige la renuncia al derecho a revocación en productos no perecederos, lo que significa que los consumidores no pueden devolver el producto si no están satisfechos con la compra.
Peor aún, la empresa establece que cualquier reclamo y consigna deberá realizarse en los Tribunales de Barcelona o ante la Corte Española de Arbitraje de la Cámara de Comercio. Esto se encuentra prohibido por la legislación argentina, que exige que la jurisdicción sea idéntica a la zona de residencia del consumidor.