La fiscal que investiga el crimen de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado a golpes a la salida de un boliche de la ciudad de Villa Gesell en enero pasado, pidió hoy que sean sometidos a juicio los ocho rugbiers detenidos por el hecho, y dispuso el sobreseimiento de otros dos que se encontraban en libertad, informaron fuentes de la investigación.
El pedido fue formulado por la fiscal Verónica Zamboni, titular de la Unidad Funcional de Instrucción 5 de Villa Gesell, ante el juez de Garantías David Mancinelli, a un día de que se cumplan diez meses del crimen y de que venciera el plazo para hacerlo.
Zapatilla, prueba clave
La fiscal Zamboni recibió los resultados de una prueba que incrimina a los jóvenes y es que la zapatilla ensangrentada encontrada en la casa de los imputados corresponde a Máximo Thomsen.
El estudio realizado por el Laboratorio Scopométrico de la Policía Federal en Mar del Plata determinó que la marca de la zapatilla estaba sobre el cuerpo de Fernando y que el calzado coincide con el pie de uno de los principales acusados del crimen, Máximo Thomsen.
Los pies de los acusados fueron identificados uno por uno con una técnica especial que incluye comparaciones fotográficas, lecturas de ondas de luz mediante un videoespectrómetro y el uso de tinta litográfica, la misma que se usa para la toma de huellas dactilares, pero con los pies.
La prueba de ADN complica a dos presos
Un peritaje de ADN determinó el hallazgo de sangre de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado en enero pasado en Villa Gesell, en la camisa de uno de los ocho rugbiers detenidos por el crimen, mientras que también fueron encontrados rastros genéticos de otro de los apresados en la uña de un dedo meñique de la víctima, según confirmaron fuentes judiciales.
El informe pericial que fue entregado a los investigadores judiciales señaló que fue hallada sangre de la víctima en la camisa del detenido Matías Benicelli (20), la cual estaba mezclada con sangre del propio agresor.
Además, determinó que en la uña del dedo meñique de Fernando fue encontrada sangre de Blas Cinalli (18), otro de los apresados.
La vida en la cárcel
Los ochos rugbiers que permanecen detenidos en la Alcaidía de Melchor Romero pasan sus días alejados del resto de la población carcelaria, aunque ya no son insultados y pasan desapercibidos, tienen un bajo perfil y reciben asistencia psicológica de profesionales penitenciarios.
Máximo Thomsen (20), Ciro Pertosi (20), Luciano Pertossi (18), Lucas Pertossi (21), Enzo Comelli (20), Matías Benicelli (20), Blas Cinalli (19) y Ayrton Viollaz (21) permanecen alojados en el pabellón 3 de la Alcaidía Departamental La Plata 3, ubicada en Melchor Romero, en cuatro celdas contiguas con capacidad para dos detenidos cada una y no cuentan con ningún privilegio.
De acuerdo a información de la agencia oficial Télam, dentro del penal, los ocho amigos se mueven siempre en grupo: de lunes a viernes, al igual que el resto de la población carcelaria, tienen permitido permanecer tres horas al aire libre, y ellos lo hacen en el patio del Pabellón 6, donde suelen caminar, sentarse al sol y compartir charlas.
"Durante las primeras salidas al patio, los detenidos de sectores cercanos insultaban a los ocho rugbiers, pero a medida que pasaron los días y con el advenimiento de la crisis sanitaria por el Covid-19, cesó cualquier tipo de hostigamiento, y ya son uno más", dijo a Télam una fuente de la investigación.
Los detenidos fueron entrevistados cuando ingresaron a la alcaidía por expertos del área de psicología, aunque luego también realizaron consultas a los profesionales ante determinadas circunstancias.