El 18 de enero se cumplen dos años del asesinato de Fernando Báez Sosa, el estudiante de abogacía que fue atacado a golpes por un grupo de rugbiers en la puerta de Le Brique, un conocido boliche de Villa Gesell en plena temporada de verano. El joven murió por traumatismo de cráneo y los acusados están imputados por homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso de dos o más personas, un delito que tiene prevista la pena de prisión perpetua.
El ataque que a Fernando Báez Sosa le costó la vida se produjo en plena temporada de verano en Villa Gesell, minutos después de que la víctima y los acusados fueran echados de Le Brique, donde ambos grupos habían tenido una discusión. Fernando intervino para separar a sus amigos del grupo de rugbiers, lo que generó que el personal de seguridad del boliche los echara del lugar.
En la vereda frente al local bailable, Fernando recibió golpes de puños y patadas en el cuerpo y en la cabeza. Quedó inconsciente y fue asistido en el lugar por personal policial y por una turista que le realizó maniobras de reanimación cardiopulmar, tras lo cual fue trasladado en ambulancia al Hospital Arturo Illia, donde finalmente falleció. La autopsia determinó "un paro cardíaco producido por shock debido a traumatismo de cráneo".
En base a información aportada por testigos del macabro hecho, efectivos de las Jefaturas Departamentales de Villa Gesell y Pinamar encabezaron horas más tarde un procedimiento en una vivienda ubicada en la Alameda 202, a dos cuadras del boliche, en donde los rugbiers se encontraban vacacionando.
Actualmente, la causa por el asesinato de Fernando está en una etapa de instrucción suplementaria: Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Luciano Pertossi, Lucas Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz se encuentran detenidos en el Pabellón 3 de la Alcaidía de Melchor Romero y ya procesados por el juez de Villa Gesell, David Mancinelli.
Alojados en celdas de a dos, esperan el juicio que se llevará a cabo en su contra el 2 de enero de 2023. Según la acusación con la que fueron enviados a juicio, los rugbiers "acordaron darle muerte a Báez Sosa, para lo cual previamente distribuyeron funcionalmente sus roles comisivos con antelación a este".
Si bien los ocho están imputados por el mismo delito, para la fiscalía, cinco de ellos fueron quienes agredieron a Fernando y los otros tres atacaron a los amigos de aquel para evitar que ayudaran al joven cuando era brutalmente golpeado.
Fueron tantas las imágenes de cámaras de seguridad y de teléfonos celulares de turistas que registraron el ataque, que los asesinos que quedaron filmados fueron identificados en muy poco tiempo y unas horas más tarde la policía logró su detención.
Los detalles de la causa que investiga el asesinato de Fernando Báez Sosa
Durante los primeros meses de investigación, a cargo de la fiscal Veróniza Zamboni, se estableció que los acusados intercambiaron mensajes tras el fatal ataque a Fernando, a través del grupo de WhatsApp "los delboca3", en donde no se desentienden del asesinato cometido.
En aquel momento, la Unidad Funcional de Instrucción 6 (UFI) de Villa Gesell, incautó seis teléfonos iPhone, dos Huawei, un Motorola y un Samsung S10 y el contenido hallado fue volcado en dos discos extraíbles con un tamaño total de más de 10 gigas. De acuerdo con lo trascendido en aquel momento, uno de los asesinos habría filmado en alta resolución el momento del ataque.
Según informó en aquel entonces Fernando Burlando, el abogado de la familia del joven asesinado, "no solamente se filmó la golpiza, sino también la persecución que inician en su contra. (...) Es cuando van a la caza de Fernando que es cuando empiezan a filmar".
Sobre los mensajes analizados en los teléfonos de los rugbiers, uno de ellos, enviado a las 4.55 del día del crimen, incrimina a Lucas Pertossi, quien escribió: "Estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la policía, llamaron a la ambulancia... caducó".
Por su parte, Ciro Pertossi advirtió a las 6.06: "Chicos no se cuenta nada de esto a nadie", lo que la fiscal de la causa consideró que "podría tratarse de un planteo o pacto para guardar silencio entre ellos mismos sobre lo sucedido; corroborando en ella la participación de todos en el hecho, como así también la total premeditación".
En cuanto a las muestras de ADN tomadas en la escena del crimen, los cotejos determinaron el hallazgo de sangre de Fernando en la camisa de Matías Benicelli, la cual estaba mezclada con sangre del mismo. Un hisopado a la uña de un dedo meñique de la víctima reveló sangre de Blas Cinalli, otro de los implicados.
Luego de meses de investigación, la fiscal Verónica Zamboni recibió el resultado de la pericia que le realizaron a una zapatilla de lona negra ensangrentada que encontraron en la casa que alquilaron los acusados. Ésta correspondía a Máximo Thomsen.
Según la fiscal, los ocho jóvenes que serán juzgados "acordaron darle muerte" al joven estudiante de derecho, y para ello "previamente, distribuyeron funcionalmente sus roles", luego de que "minutos antes, al encontrarse en el interior del local bailable, tuvieran un altercado" con él, "quien se encontraba acompañado con su grupo de amigos".
En su pedido de elevación a juicio, Zamboni describió que Fernando fue atacado "entre las 4.41 y las 5 del 18 de enero de 2020, frente al local bailable ubicado en avenida 3 y paseo 102".
El juicio a los rugbiers que asesinaron a Fernando Báez Sosa
En octubre del 2021, el Tribunal Oral Criminal N°1 de Dolores anunció que el juicio contra los ocho rugbiers detenidos y acusados de haber asesinado a golpes Fernando Báez Sosa, recién arrancará el 2 de enero de 2023 y se desarrollará a lo largo de 22 jornadas, con la participación de más de 130 testigos.
Si bien los abogados Fernando Burlando y Fabián Améndola, que representan como particulares damnificados a los padres de Báez Sosa, como el defensor de los imputados, Hugo Tomei, habían sugerido que el debate se hiciera a razón de dos jornadas por semana a causa de las actividades que los letrados tienen en otras jurisdicciones, los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari optaron por hacer el juicio en enero de 2023, en plena feria judicial, para que no se interpongan problemas de agenda.
Entre los planteos que los jueces rechazaron, hay un pedido de la defensa de los rugbiers para que sean citados como testigos los fiscales de instrucción Verónica Zamboni y Walter Mércuri y la defensora oficial María Verónica Olindi Huespi, a quienes el abogado Tomei quería interrogar por el modo en que fueron llevadas a cabo las indagatorias a los homicidas. De hecho, fue un motivo que el abogado alegó para solicitar la nulidad de la causa.
¿Quiénes son los rugbiers imputados y sobreseídos por el crimen de Fernando Báez Sosa?
Máximo Thomsen (22)
Se formó como rugbier en el Arsenal Zárate Rugby y jugaba en el Club Atlético San Isidro desde 2017, pero fue suspendido como socio tras ser detenido por el asesinato de Fernando. Era estudiante de educación física y pretendía convertirse en kinesiólogo de alto rendimiento.
Según consignó Télam, Thomsen fue sacado por la fuerza del boliche Le Brique, señalado como "uno de los agresores de Fernando", reconocido por testigos como "el sujeto que le propinara patadas en el rostro" cuando estaba "de rodillas sobre el suelo" y quien dijo a viva voz: 'Quedate tranquila que me lo voy a llevar de trofeo'". De hecho, las pericias indicaron que fue él quien le dio la patada mortal a Fernando.
Ciro Pertossi (21)
Es otro de los acusados a los que la Justicia le atribuye mayor responsabilidad en el crimen tras haber sido reconocido por al menos tres testigos "como el sujeto que le pegó a Fernando cuando ya estaba en el piso, en su cabeza, cara, y pecho". De hecho, su participación fue documentada por el video del ataque. Dentro de las imágenes aportadas a la causa, lo identifican al "chuparse los dedos" con sangre cuando es interceptado por personal policial.
Casi una hora y media después del ataque, escribió en el grupo de Whatsapp que compartía con el resto del grupo: "Chicos, no se cuenta nada de esto a nadie".
Lucas Pertossi (22)
La fiscalía determinó que Lucas, el mayor del grupo, registró con su iPhone la secuencia del ataque, desde que fueron expulsados del boliche hasta que él mismo dejó de grabar la golpiza para agredir a un amigo de Fernando.
Diez minutos después de matar a Fernando, envió un audio al resto de los rugbiers: "Estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la policía, llamaron a la ambulancia... caducó".
Luciano Pertossi (20)
Fue reconocido por testigos como uno los "agresores de Fernando". En las filmaciones se lo observó cómo participó de la golpiza a Fernando.
En febrero de 2020, Luciano se presentó a prestar declaración indagatoria frente a la fiscal Verónica Zamboni y denunció maltratos dentro de la alcaldía Melchor Romero en donde se encuentran alojados al presente.
Matías Benicelli (22)
Fue quien abrió la puerta a la policía a las 10.30 cuando se ordenó la aprehensión del grupo en la casa que alquilaban en Villa Gesell. Un testigo lo ubicó como "agresor directo" de Fernando, al menos otro lo situó "agrediendo también a un amigo" y un restante lo identificó como quien le gritaba a Fernando "a ver si volvés a pegar, negro de mierda".
A mediados de 2020, los peritos detectaron sangre de Fernando en la camisa de Benicelli, la cual estaba mezclada con sangre del propio agresor.
Enzo Comelli (21)
Según la fiscalía, "premeditadamente" agredió a Fernando "junto con los restantes imputados, previo repartirse roles para agredir físicamente a la víctima y posteriormente matarla".
La fiscalía estableció que fue quien "le propina en la secuencia fílmica golpes a otros sujetos masculinos que se encuentran en el piso y luego observa de cerca la golpiza que recibe la víctima".
Blas Cinalli (20)
Según la imputación, "existen sendos elementos probatorios" para atribuirle "una participación criminal esencial en la comisión del hecho" y como "agresor directo de Fernando". En el requerimiento para la elevación a juicio se constató que "golpea a unos sujetos que se encuentran en el piso".
Ayrton Viollaz (22)
Es el único del grupo que no tenía teléfono celular y la fiscalía entendió que "todas la probanzas valoradas" lo "ubican claramente junto a Fernando pudiendo quizás tratarse de un agresor directo". "Se lo observa cerca de todo lo sucedido", indicó el informe final de la fiscal.
En la causa fueron sobreseídos otros dos jóvenes acusados de ser partícipes necesarios: Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi. Ambos jóvenes recuperaron la libertad por falta de mérito.