Este sábado se conoció que tanto el fiscal de la causa como también la querella solicitaron el procesamiento de prisión preventiva para los tres policías acusados por el brutal homicidio de Lucas González. Recordemos que el 17 de noviembre pasado, el joven futbolista de Barracas Central fue asesinado en la Ciudad de Buenos Aires mientras volvía de entrenar en el club junto a sus amigos.
El fiscal, Leonel Gómez Barbella y el abogado de la familia, Gregorio Dalbón acusan al inspector Gabriel Iassi, el oficial mayor Fabián López y el oficial Juan José Nieva -todos ellos prestaban servicios en la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4 en CABA- por los delitos de "homicidio cuádruplemente agravado por alevosía, por placer, por el concurso premeditado de dos o más personas y por ser cometido por funcionarios policiales en abuso de su función". Al mismo tiempo se resalta el "desprecio por la vida" en todos ellos.
Cabe recordar que en la causa también hay otros siete (7) policías acusados, entre los que figuran dos comisarios y un subcomisario por presunto encubrimiento del crimen. Por otro lado, en el informe donde los antes mencionados solicitan los procesamientos, quedan a la vista las pruebas claves de la causa: filmaciones de las cámaras de seguridad, testigos que declararon y dieron pistas sobre cómo fue el hecho e informes de peritos.
En el dictamen, el fiscal Barbella manifestó: "La intervención policial ha estado marcada desde un inicio no sólo por la arbitrariedad sino también por una manifiesta ilegalidad, escogiendo el camino del delito para consumar una detención ilegal, matar a un joven e intentar matar a otros tres con sus armas reglamentarias, privarlos ilegítimamente de su libertad y falsear lo actuado en el hecho". Mientras que Dalbón dejó en claro: "No fue un enfrentamiento, fue una masacre".
Dalbón dejó en claro: "No fue un enfrentamiento, fue una masacre"
Al mismo tiempo, la querella sostuvo: "En la génesis de los hechos, se advierte una pésima maniobra policial alejada de toda lógica de actuación de los protocolos de cualquier fuerza de seguridad, para aprehender a supuestos malhechores, como pretendieron hacer creer en sus falsas declaraciones". Mientras que, por otro lado, asegura que "muy posiblemente la verdadera intención era detenerlos mas adelante para extorsionarlos, coaccionarlos y/o cualquier otra forma de conseguir dinero bajo cualquier pretexto, pero ciertamente entre varias posibilidades ninguna lícita".
El resto de los acusados por alterar la escena y hasta plantar un arma en el lugar de los hechos son: Juan Romero, el subcomisario Roberto Inca, el comisario Fabián Du Santos, el principal Héctor Cuevas y las oficiales Micaela Fariña y Lorena Miño junto al oficial Sebastián Baidón -último en entregarse-.