En el marco de las indagatorias por el crimen de Lucas González, dos de los tres policías de la Ciudad acusados de asesinar del adolescente confesaron ante la Justicia ser los autores de los disparos contra el auto en el que la víctima iba con tres amigos por el barrio porteño de Barracas. Se trata del oficial mayor Fabián López y el oficial José Nievas, quienes declararon luego del inspector Gabriel Isassi, quien negó haber disparado.
Al igual que Isassi, los imputados declararon ante los fiscales Leonel Gómez Barbella y Andrés Heim y aseguraron haberse bajado del auto Nissan Tiida de la Brigada de Investigaciones de la Comuna 4 al grito de "policía" y con los chalecos identificatorios puestos, y que también hicieron sonar la sirena, aunque no encendieron las luces azules del rodado porque no funcionaban.
Los tres efectivos de la Policía de la Ciudad prestaban servicios en la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad y se encuentran detenidos en Madariaga desde el viernes pasado acusados del delito de "homicidio agravado por haber sido perpetrado por miembros de las fuerzas policiales abusando de sus funciones", el cual prevé la pena de prisión perpetua en un futuro juicio oral.
Este lunes los fiscales también tomaron declaraciones a los tres amigos de Lucas que sobrevivieron al operativo montado por los efectivos y que hasta llegaron a ser encausados hasta que el juez de Menores que intervino en el inicio del caso los sobreseyó. Los adolescentes de 17 años tuvieron las entrevistas con personal de la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (Dovic), dependiente del Ministerio Público, y luego declararon de manera virtual desde 9.30, según detallaron sus familiares a Télam.
Para el martes, en tanto, fueron convocados a declarar los padres de Lucas, Cintia López y Mario González, quienes el viernes último, junto a su abogado, Gregorio Dalbón, convocaron a una marcha sin banderas políticas para pedir justicia en la puerta de los tribunales situados en Talcahuano 550 para hoy a las 19.
El crimen de Lucas González
El asesinato de Lucas González ocurrió luego de que cerca de las 9.30 del miércoles 17 de noviembre el joven y sus tres amigos salieran del club Barracas Central -donde el primero jugaba y los restantes habían ido a probarse- y fueran interceptados por los policías sin identificar, por la que intentaron huir al pensar que iban a robarles.
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De acuerdo a la pesquisa judicial, los efectivos dispararon y balearon a Lucas, para luego detener a sus amigos tras querer simular que se trataba de delincuentes a los que interceptaron cuando querían robar un kiosco.
Lucas murió a causa de un impacto de proyectil de arma de fuego en el cráneo que le provocó una "hemorragia meningoencefálica" y, además, presentaba un surco en el pómulo derecho de una segunda bala, según reveló la autopsia. El fallecimiento del joven fue el jueves 18 en el hospital El Cruce, de Florencio Varela, adonde fue trasladado en grave estado procedente del Hospital Penna.
Los restos de Lucas fueron velados el pasado sábado a la tarde en una cochería de Florencio Varela y el domingo fueron inhumados en el cementerio Parque Iraola de Hudson.