La Corte Suprema de Justicia rechazó la apelación de Daniel Alberto Alegre, el último condenado por el salvaje homicidio de Ramón "Ramoncito" Ignacio González en 2006. De hecho, la Corte dejó firme la condena a prisión perpetua contra el acusado de haber participado en el macabro crimen contra el niño de 12 años que fue violado, torturado y empalado en Corrientes en el marco de un ritual satánico en el 2006.
Ramoncito, como conocían al niño, tenía 12 años cuando desapareció el 6 de octubre de 2006, en la localidad correntina de Mercedes, tras salir de su casa para ir a la escuela. Tras la denuncia de su madre, se inició la búsqueda y, después de 48 horas, su cuerpo fue hallado en unos pastizales, con quemaduras de cigarrillos, laceraciones, golpes, el cuero cabelludo arrancado, degollado y con signos de haber sido violado.
El fallo, ahora confirmado por la Corte, dio por probado "el padecimiento prolongado ocasionado al menor previo a su muerte, por la participación de varias personas que se aprovecharon del absoluto estado de indefensión del pequeño, que dado su estado físico de desnutrición y psicológico, no pudo oponer resistencia alguna".
La espeluznante escena en la que encontraron al niño en aquel entonces dio lugar a una investigación que permitió determinar que el pequeño, quien vendía estampitas cerca de una vieja estación de trenes, había sido captado por una secta luego de que encontraran junto a su cuerpo elementos satánicos, afrobrasileños y de magia hispano-guaraní. Según surgió del juicio, el menor fue asesinado en medio de un rito satánico.
Todos los integrantes de la banda fueron condenados en un primer juicio por el delito de "homicidio triplemente calificado, por haberse cometido con ensañamiento, alevosía y con el concurso premeditado de dos o más personas, en concurso real con el delito de abuso sexual con acceso carnal y gravemente ultrajante y privación ilegítima de la libertad".
Daniel Alberto Alegre se convirtió en el último condenado por el brutal crimen tras haber permanecido prófugo durante cuatro años, entre 2007 y 2011. Ese año fue capturado en Unquillo, Córdoba. Condenado en 2015 a perpetua, su defensa oficial, a cargo de José Nicolás Báez, presentó un recurso ante el máximo tribunal, pero en su último acuerdo los jueces Elena Highton de Nolasco, Juan Carlos Maqueda, Ricardo Lorenzetti y Horacio Rosatti dejaron firme a sentencia.