Médicos de la fundación Ineco advierten por las secuelas desconocidas que deja el coronavirus en las personas y sostienen que día a día se encuentran con patologías derivadas del virus. Además de los problemas musculares, enumeran otros inconvenientes como la cefalea, accidentes cerebrovascular, niebla mental post Covid-19, crisis convulsivas y alteraciones en el movimiento con inestabilidad, debilidad, fatiga y dolores musculares.
En este sentido, los especialistas de la salud mental enumeran que los síntomas van desde dolores de cabeza persistentes, trastornos en el sueño, ansiedad y depresión, hasta problemas motores en los pacientes más críticos con internaciones prolongadas, como algunas de las consecuencias que deja el virus en el cuerpo humano.
Máximo Zimerman, director médico del centro Cites Ineco y especialista en Neurorehabilitación, asegura que la sintomatología muchas veces está vinculada con la enfermedad, pero otras veces, con el período de internación prolongada: “Resulta importante tener en cuenta que gran parte de los pacientes post-Covid-19 presentan una estancia prolongada en unidad de cuidados intensivo, pudiendo presentar una degeneración axonal primaria de las fibras motoras y sensitivas acompañada con degeneración de fibras musculares, esta alteración es conocida como ‘Polineuropatía del paciente crítico por COVID-19’”.
Dentro de la variedad de síntomas residuales dentro del espectro neurológico que ve día a día en su consultorio, el profesional describe como los más frecuentes a la cefalea discapacitante -presente en el 37% de una serie de 3.732 pacientes-, accidente cerebrovascular, niebla mental post-Covid-19, crisis convulsivas y alteraciones en el movimiento con inestabilidad, debilidad, fatiga y dolores musculares.
En esta línea, según un estudio elaborado por Rita Rubin, hasta un 10% de los pacientes que tuvieron Covid-19, presentan síntomas prolongados independientemente de la gravedad con la que padecieron la enfermedad. Asimismo, se pudo comprobar que la edad promedio que se ve afectada por estas secuelas son los 40 años, siendo las mujeres y los trabajadores de la salud los más perjudicados.
Siendo la niebla mental una de las secuelas más frecuentes, Julián Bustin, Jefe de la Clinica de Memoria y Gerontopsiquiatria de Ineco, afirma que la misma “se trata de una condición compleja y discapacitante que no les permite a los pacientes mantener sus actividades cotidianas, ya que incide tanto física como mentalmente” y sostiene que para reducir el impacto funcional de las secuelas cognitivas y los aspectos emocionales es importante poder abordar al paciente en tiempo y forma, aplicando el tratamiento adecuado.
En ello adhiere Zimerman quien asegura que resulta importante que al momento de estructurar el tratamiento de estos y de los casos más severos, se realice abordaje interdisciplinario y coordinado por un equipo de rehabilitación neurológica.