El diario The New York Times destacó un estudio argentino que demostró que el uso del plasma en pacientes mayores de 65 años administrado a pocos días del inicio de los síntomas de COVID-19 reduce el impacto de la enfermedad sobre la población vulnerable.
"Un pequeño, pero riguroso ensayo clínico realizado en la Argentina ha descubierto que el plasma sanguíneo de los pacientes de COVID-19 recuperados puede evitar que los adultos mayores se enfermen gravemente con el coronavirus, si reciben la terapia a los pocos días de la aparición de la enfermedad", informó el diario estadounidense.
Según The New York Times, los resultados, publicados el miércoles en el New England Journal of Medicine, "son algunos de los primeros en señalar de manera concluyente los efectos beneficiosos del tan discutido tratamiento". Desde hace cinco meses, miles de pacientes han recibido infusiones de plasma en Estados Unidos.
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El doctor Boghuma Kabisen Titanji, un médico de enfermedades infecciosas de la Universidad de Emory que no estuvo involucrado en la investigación, habló con el diario estadounidense y, al ser consultado sobre el ensayo argentino, dijo: "Es más o menos lo que hemos estado buscando, en términos de tener realmente evidencia".
Este estudio clínico que coordinó la Fundación Infant es uno de los primeros en demostrar que la terapia tiene algún beneficio y la utilidad terapéutica del suero de plasma rico en anticuerpos de pacientes recuperados contra el virus SARS-CoV-2 como intervención precoz (versus placebo) para debilitar el curso normal de la enfermedad en los adultos mayores con y sin otras afecciones, como diabetes, hipertensión, insuficiencia renal, enfermedades pulmonares u obesidad.
Fernando Polack, que lideró el equipo de investigación y es director de la fundación, había afirmado en noviembre que "este estudio describe la primera estrategia en el mundo para detener la progresión del SARS-CoV-2 con una intervención económica, universal, no sujeta a patentes, probadamente segura y que puede administrarse en forma ambulatoria en unidades de atención sin necesidad de hospitalización".
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Del estudio participaron 160 mayores de 65 años que hacía menos de 48 horas que habían empezado a tener síntomas como fiebre, dolor de garganta, alteración del olfato o el gusto, entre otros. Los investigadores tenían no más de 24 horas para trasladarlos a alguno de los hospitales o sanatorios de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires designados para la transfusión del plasma.