Los países centrales representados en la Organización Mundial de Comercio (OMC), se oponen al proyecto de suspensión plena de las patentes y derechos de propiedad intelectual (DPI) presentado por la India y Sudáfrica (IyS) en octubre de 2020.
Con el respaldo inicial de la Argentina, Pakistán, Venezuela, Egipto, Indonesia, Mozambique y unos pocos más, la propuesta de IyS cosechó en los meses siguientes más de un centenar de apoyos brindados por países de recursos limitados y un sinnúmero de organizaciones sociales del mundo.
El presidente de EE.UU. anunció el 6 de mayo que acompañará la propuesta de exención de propiedades intelectuales y patentes de la IyS. El planteo de Joe Biden rememora la táctica del tero. En rueda de prensa, el funcionario comunicó su respeto por las patentes y a su vez llamó a las corporaciones de la salud y a los partidarios del proyecto IyS a negociar un acuerdo que las exima. Y para terminar, en cierre hollywoodense, puso la controversia [o los huevos] en manos de la OMC conducida por el ultraneoliberalismo fundamentalista.
La contradictoria evidencia indica que EE.UU. solo pretende una exención parcial controlada por la OMC a través de los miembros correveidiles de las empresas monopólicas.
Las ´sorpresivas´ discusiones entre primeros mandatarios (Biden-Merkel-Macron, por ejemplo) representan un montaje infantil que dirimiría Ngozi Ojonko-Iweala[1], directora de la OMC, persona de confianza, lugarteniente de extensa carrera al servicio de la usura mundial. Pocos días antes de formalizarse en febrero su jefatura de la OMC, la representación comercial de EE.UU emitió la bendición clave que Donald Trump había negado: "La administración [de Washington]... se complace en anunciar su firme apoyo a la candidatura de Ngozi Okonjo-Iweala para el cargo de Directora General de la OMC… La Administración [estadounidense]… espera trabajar con la nueva directora de la OMC para encontrar otras formas de lograr la necesaria reforma sustantiva y de procedimientos de la OMC." [2]
Este efusivo respaldo del flamante presidente Joe Biden no representa una aventura con final imprevisible, sino lo contrario. El visto bueno proviene de quien cursó su carrera política defendiendo al sector financiero -incluidas las grandes farmacéuticas locales- cuya política principal propone mantener o privatizar aún más la infraestructura y el financiamiento de la atención médica básica.
Exenciones completas
La suspensión exigida a la OMC por IyS comprende todos los derechos de propiedad intelectual: patentes, conocimientos técnicos de fabricación protegidos por secretos comerciales, datos, recetas y recursos biológicos, derechos de autor y diseño industrial). Cualquier excepción le permitiría a la industria monopólica de la salud mantener el control de la producción, precio y distribución de vacunas e insumos anticovid; precisamente lo contrario de lo que el mundo necesita, moral, económica y epidemiológicamente.
Por lo tanto, el pedido de IyS que incluye la absoluta transferencia de tecnología para lograr vacunas bioidénticas, se contrapone con las actuales normas de la OMC que, en el mejor de los casos, únicamente permiten la anulación de los derechos de patente, quedando excluidos los correspondientes a secretos comerciales, de autor, procedimientos técnicos diversos, diseño industrial y otros.
La renuncia a los registros de las patentes por parte de las empresas es insuficiente para facilitar tanto el aumento de la fabricación de vacunas como para asegurar a los países su derecho a forzar la concesión de licencias para producirlas.
Las vacunas contienen un centenar de elementos complejos protegidos por DPI, fabricados en una diversidad de lugares. Para hacerse de ellos, sería necesario que las licencias también autoricen las exportaciones e importaciones de componentes desde los países fabricantes a los productores de vacuna, respectivamente. Luego, estos últimos también deberían obtener permisos para concretar sus exportaciones a terceros países.
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Exenciones inmediatas
Al comunicar la nueva posición de EE.UU. Katherine Tai, representante comercial del gobierno, reconoció el 6 de mayo que “las conversaciones tomarán tiempo y ´no serán fáciles´, dada la complejidad del tema y el hecho de que la OMC es una organización cuyos miembros solo pueden tomar decisiones basadas en el consenso.”
La OMC, compuesta por representantes de 164 estados miembros, especifica en entrelíneas el mecanismo burocrático con el que congela las propuestas perjudiciales a sus fundadores: “Todas las decisiones se adoptan por consenso... Las fricciones comerciales se canalizan a través del ´mecanismo de solución de diferencias´. En consecuencia, el entorno económico mundial se vuelve más próspero, tranquilo y fiable.” [3]
Las decisiones por consenso de la OMC determinan que el diminuto pero musculoso grupo de representantes de los países centrales apele a triquiñuelas para demorar sin límite proyectos, como el de IyS, odiosos a sus intereses.
La aceptación -explícita o silenciosa- de este hecho consumado significa que los nuevos miles de pacientes covid-19 que por minuto son víctimas de la infección deberán resignarse a morir, agonizar o salvarse hasta que el ´mecanismo de solución de diferencias´ se eche a andar, delibere en los tiempos que considere necesario y, cuando le convenga, emita el veredicto que suspenderá o no patentes y DPI, con las directrices que impongan los académicos del comercio sin fronteras.
La sola tardanza de la OMC en abordar orgánicamente la exención determinaría una nueva postergación del proyecto al que deben sumarse los diez meses anteriores de la pandemia.
Mientras se revisan las posturas en conflicto continuarán los acaparamientos de los países ricos, las restricciones a las exportaciones de complementos vacunales, los encarecimientos de los insumos monopolizados, las demoras rentables de entregas, la delegación en la ´caridad lucrativa´ de Covax, las alternativas engañosas de la OMC, etc. Es decir, continuará su curso la incontenible ola de infecciones y muertes que sufre la población mundial carente de vacunas.
La 'tercera vía' de la OMC
Con el fin de contrarrestar el proyecto de IyS, la conducción de la OMC, propuso la inmediata implementación de una tramposa ´tercera vía´ como solución ecuánime a la crisis de vacunas.
El plan de la OMC dirigido a los países con ingresos medios y pocas vacunas, recomienda negociar licencias optativas u obligatorias para la producción local, a sabiendas que ninguna de las dos obligan a proporcionar la información necesaria para fabricarlas exitosamente. Respecto a los países que acapararon vacunas para inocular varias veces a sus habitantes, la ´tercera vía´ les solicita distribuir sus sobras de la manera más rápida posible. Es decir, la ocurrente ´tercera vía´ de exterminio garantiza la apropiación general y parcial de las vacunas por el manojo de empresas y países propietarios de la salud actual y futura del planeta.
La OMC dirige a la OMS
En octubre de 1998, la Dra. Gro Harlem Brundtland, directora general de la OMS, describió con elocuencia medular la comunión de intereses entre su entidad y la por entonces recién parida OMC. Los siguientes párrafos enseñan qué bueyes nos aran: “Para desarrollar nuevos medicamentos necesitamos una industria farmacéutica innovadora, donde se incentive adecuadamente la innovación y se protejan los derechos de propiedad intelectual. La experiencia demuestra que la protección de los derechos de propiedad intelectual va de la mano con una actividad robusta de investigación y desarrollo.
“El acuerdo de la OMC sobre la propiedad intelectual… ofrece a los Miembros de la OMC una norma mínima global... Los países Miembros de la OMC están buscando la mejor manera de ponerlo en práctica.” [4]
En estos años de pandemia, tanto la OMS (con sede en Ginebra, Suiza), como su filial la Organización Panamericana de la Salud - OPS (Washington, EE.UU.), solo cumplen papeles secundarios en el ordenamiento de la política sanitaria mundial y regional. Entre ellos se destacan:
* publicitar las “innatas miserias” del Tercer Mundo,
* administrar la dádiva misericordiosa de EE.UU. y Europa,
* mantener silencio antes y durante las guerras que enferman y matan a millones por buscar “armas de destrucción masiva” o líderes irrespetuosos y
* proclamar mediáticamente los ´debería ser´ de la equidad sanitaria sin afectar las normas de la OMC, representativas de los intereses especuladores de los países centrales.
Por lo tanto, la salud internacional no es controlada ni regulada por la OMS sino por su casi homónima OMC, organismo rector del librecomercio imperial encargado de arbitrar y regular el 98% del intercambio mundial.
Ignorar las normas que matan
Las compañías que monopolizan el mercado de productos anticovid-19 disponen de la OMC para legalizar un comercio que les garantiza suculentas ganancias mientras creación, producción y distribución continúe cayendo en sus exclusivas manos.
Las empresas privadas se apoderaron de las investigaciones científicas solventadas por los estados para después vender a precios o condiciones leoninas a esos mismos estados los productos elaborados. [5]
Las primeras vacunas aprobadas en EE.UU. y por la OMS no brotaron de los alardeados programas de investigación internos de las grandes farmacéuticas. [6]
La principal contribución fue llevar los descubrimientos iniciales a través de ensayos clínicos y ponerlos en producción en pocos meses. El aprovechamiento de las corporaciones ocurre tanto en los países centrales como en los periféricos; en la Argentina, Pfizer-Biontech llevó a cabo el principal ensayo de fase III [7] a cambio de un suministro preferencial de vacunas que hasta la fecha no cumplió.
La soberbia de los países, organismos varios, empresas, funcionarios cómplices y demás por el estilo, se vería limitada con el desacato organizado a las reglamentaciones de la OMC que prohíben activar la producción mundial de vacunas e insumos estratégicos.
En nombre de sus pueblos, los países que en la OMC respaldan el proyecto de la IyS, tienen la oportunidad de ignorar las normas inescrupulosas de la entidad para emprender sus propios caminos junto a aliados industrializados.
Las grandes farmacéuticas terminarán sentándose en la mesa si se ignora la maraña de patentes al tiempo que se comparten los métodos de fabricación recabados por las entidades reguladoras y se accede a los complejos industriales para obtener información, datos y complementos vacunales adicionales.
Decenas de centros de investigación públicos o privados del mundo trabajan en el desarrollo de sus propias vacunas. En nuestra América Latina, los tres países que están a punto de concluir los ensayos en fase III representan ejemplos contundentes que aniquilan las publicitadas inhabilidades industriales y científicas de los países limitados en recursos. [8]
Los gobiernos dignos del Sur que habitamos deben decidirse por la necesaria independencia de las compañías y organismos fundamentalistas defendidos por la OMC de la exministra ultraneoliberal nigeriana Ojonko-Iweala.
La conducta de los usureros se vería limitada con la desobediencia organizada a las reglamentaciones de la OMC que prohíben activar la producción mundial de vacunas y demás insumos anti-covid estratégicos.
Y quienes acostumbran legalizar sus actos sin apartase de las reglas imperantes les bastará justificarlos con estos conceptos de la OMC incluidos en sus Normas del Comercio Mundial: “…en los mercados de los demás Miembros se otorgará un trato equitativo y uniforme a sus exportaciones, y todos ellos se comprometen a hacer otro tanto con las importaciones dirigidas a sus propios mercados. El sistema otorga además cierta flexibilidad a las economías en desarrollo en lo que respecta al cumplimiento de los compromisos.” [9]
Queda claro entonces que el “trato equitativo” a las importaciones de vacunas está determinado por las capacidades de compra, los acaparamientos innecesarios de los centrales como así también los embargos o retenciones de exportaciones en nombre de sus protecciones nacionales, como las aplicadas a la India por el presidente Joe Biden a mediados de abril.
Las reglas inhumanas deben eludirse sin necesidad de contratar abogados o técnicos contables; la decisión de inyectarnos política soberana es un impostergable desafío de los gobiernos de América Latina y de la parte nuestra del mundo al que desean imponer la ´tercera vía´ de las sobras.
La pandemia continuará si las deliberaciones políticas priorizan la felicidad de las empresas protagonistas del Imperialismo de la Salud mientras millones de personas enferman y mueren debido a la falta de vacunas. El imperio de la salud tiene que gobernar.
[1] Ngozi Okonjo-Iweala nació en una familia real en 1954.
En 2003 fue ministra de Finanzas de Nigeria. Tres años después, y por un breve período de tiempo, Okonjo-Iweala se puso al frente de las Relaciones Exteriores. Entre 2011 y 2015 dirigió el ministerio de Finanzas.
Durante sus mandatos (2003-2015) honró la ortodoxia neoliberal aprendida en Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT): echó funcionarios de la administración pública, disminuyó el gasto público y descentralizó los ingresos del petróleo (unos 50.000 millones de dólares al año) repartiéndolo entre los 36 Estados de la Federación.
[2] Plateforme altermondialiste
OMC : le refus d’une action décisive contre la COVID
par Coordination
23 de febrero, 2021
http://alter.quebec/omc-le-refus-dune-action-decisive-contre-la-covid/
[3] OMC
Normas del comercio mundial
https://www.wto.org/spanish/thewto_s/whatis_s/inbrief_s/inbr_s.htm
Página consultada (PC) el 10 de abril, 2021
[4] Consejo Ejecutivo sobre la Estrategia Revisada en materia de Medicamentos
Ginebra, Suiza
13 de octubre, 1998
http://digicollection.org/hss/en/d/Jwhozip47s/4.1.html
PC el 1 de abril, 2021
[5] El Destape
Covid-19: los insumos medicinales deben eximirse de patentes y derechos de propiedad intelectual
Rafael Bernal Castro
14 de marzo, 2021
https://www.eldestapeweb.com/sociedad/coronavirus-en-argentina/los-insumos-medicinales-deben-eximirse-de-patentes-y-derechos--20213140529
[6] Pfizer se asoció con la pequeña empresa alemana BioNTech subvencionada por el Estado alemán, AstraZeneca adquirió la vacuna casi completa de la universidad inglesa de Oxford y Moderna -empresa biotecnológica mediana de EE.UU.- obtuvo subsidios oficiales por 2.500 millones de dólares.
[7] New England Journal of Medicine
Safety and Efficacy of the BNT162b2 mRNA Covid-19 Vaccine
Fernando P. Polack, M.D., Stephen J. Thomas, M.D., Nicholas Kitchin, M.D., Judith Absalon, et al
31 de diciembre, 2020
https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/nejmoa2034577
PC el 8 de mayo, 2021
[8] Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC)
América Latina trabaja en el desarrollo de sus propias vacunas
siicsalud
https://www.siicsalud.com/covid/noticias.php/1003
16 de abril, 2021
PC el 16 de abril, 2021