Tarjetas, bolsones y ollas populares: matar el hambre en tiempos de pandemia

En tiempos de pandemia, la sociedad realiza un esfuerzo mancomunado para subsistir. La ayuda del estado, siempre, es fundamental.

16 de mayo, 2020 | 13.36

La República Argentina, al igual que todos los países que componen el Planeta Tierra, está transitando por una época de emergencia debido a la aparición de una pandemia inesperada. El coronavirus ha llegado para modificar nuestras rutinas, y de ahí proviene la imperiosa necesidad de que los ciudadanos tengan que resguardarse en sus hogares. Pero no todos tienen la posibilidad de cobrar un sueldo mensual, no todos están blanqueados y muchos poseen trabajos precarios en los que, si no salen a "ganarse el mango", no podrán tener ingresos laborales.

Es ahí donde el Estado se hace presente, mediante un beneficio y un derecho para todos los argentinos en estado vulnerable. La Tarjeta Alimentar es una de las herramientas más usadas al momento de dirigirse al mercado. Quienes se encuentran dentro de la rama comercial aseguran que, en los barrios más carenciados, la mayoría de los clientes acude a abastecerse con esta herramienta impulsada por Alberto Fernández meses atrás. Sin embargo, claro está, la sociedad misma (también) está haciendo un papel fundamental y mancomunado con sus pares.

Las ollas populares se han transformado en una de los nexos más importantes entre una persona y su plato de comida. Cientos de vecinos acuden a los galpones de diferentes agrupaciones con un recipiente de plástico para llevarse su vianda. Agradecen, sonrientes, esta posibilidad que personas como ellos les dan para no continuar con el estómago vacío. La lucha es incansable y aún queda mucho por recorrer. Si hasta los colegios, jardines y diferentes instituciones educativas han sido devenidas en centros de distribución alimenticia.

Semana tras semana, llegan cajas y cajas de alimentos por parte de las autoridades para ser repartidas a quienes integran las listas de alumnos de diferentes establecimientos. Se hacen largas colas, respetando la distancia social, pero la ansiedad por alcanzar estos productos de la canasta básica los relaciona a todos por igual. Y es lógico. No son tiempos fáciles, se necesita del trabajo de todos los argentinos en conjunto.

La pandemia no sólo afecta a nuestro país, sin embargo se están haciendo esfuerzos realmente valorables para sobrellevarla. Por lo pronto, quienes más afectados están reciben una mano para salir adelante. Y para que luego, con esta etapa finalizada, se hagan valer sus derechos laborales y nunca más tengan que pasar por una situación similar.