En medio de la segunda ola del COVID-19, este martes Argentina recibió una noticia esperanzadora con el anuncio por parte del sitio oficial de Sputnik V, del Instituto Gamaleya, sobre la producción de la vacuna en nuestro país. "Argentina se ha convertido en el primer país de América Latina en iniciar la producción de Sputnik V", adelantaban a través de un vídeo.
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Es así que el laboratorio Richmond consiguió el visto bueno para producir de forma masiva la vacuna rusa y ya fabricó 21 mil dosis de prueba del fármaco para que sean evaluados en Rusia y de ser aprobado, comenzar en junio con su producción para distribuir en todo el territorio nacional y hasta exportar a países de América Central y América Latina en una etapa posterior.
Es que, previo a su producción masiva, la empresa farmacéutica deberá obtener la aprobación de las dosis de la vacuna Sputnik V fabricada en su planta de la Argentina. El Instituto Gamaleya deberá analizarlas y aprobar su calidad, y a partir de su visto bueno se comenzará su producción en una de sus plantas ubicadas en el partido de Malvinas Argentinas, en la provincia de Buenos Aires.
Memorándum de entendimiento para producir la vacuna Sputnik V
Lo cierto es que para lograr el acuerdo para poder producir la vacuna, el laboratorio Richmond firmó previamente un memorándum de entendimiento junto a Management Company of Russian Direct Investment Fund (RDIF), quien representa al Instituto Gamaleya. El acuerdo tuvo como objetivo que el laboratorio argentino desarrolle una nueva planta de vacunas en nuestro país, que contempló -entre otras- la vacuna de COVID-19.
“A partir de la firma de este memorándum de entendimiento, comenzaremos a trabajar de forma inmediata e invertiremos una suma superior a los 60 millones de dólares, para alcanzar el objetivo de que en el plazo de un año se estén produciendo las vacunas en la Argentina”, afirmaba en ese momento Marcelo Figueiras, presidente del laboratorio.
Este desarrollo se realizó en cooperación con el fondo soberano ruso mencionado y con la participación de Hetero Labs, laboratorio de amplia trayectoria internacional instalado en la República de la India, que es socio estratégico de Richmond desde hace más de 25 años.
Tras la firma del memorándum de entendimiento entre el Fondo Ruso y el laboratorio Richmond para fabricar la vacuna en el país, se recibió el aval oficial del gobierno argentino y ruso, en especial para permitir que la fórmula, propiedad intelectual del Instituto Gamaleya, sea compartido con un laboratorio de Argentina y se comience a producir fuera de su país de origen. Es así que la semana pasada, el ministro de Economía, Martín Guzmán, había viajado a Moscú el viernes, en forma sorpresiva para acelerar las negociaciones.
Previamente, desde el gobierno de Alberto Fernández habían dado apoyo técnico y financiero a Laboratorios Richmond. El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, había anunciado el otorgamiento de un crédito para capital de trabajo por $ 29.978.089 financiado con el Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP). Además, de brindar asistencia financiera a través del Programa Soluciona, por un total de $ 13 millones.
El proyecto VIDA del Laboratorio Richmond
Asimismo, el miércoles pasado el laboratorio Richmond presentó su Proyecto Vacuna de Inmunización para el Desarrollo Argentino (VIDA), que consta de un fideicomiso financiero que se destinará a la construcción de una nueva planta de productos biotecnológicos que demandará una inversión de 70 millones de dólares.
Luego, Figueras viajó a Moscú para reunirse durante la semana con técnicos y funcionarios rusos sobre la transferencia de tecnología que haga posible la fabricación de la vacuna, y supervisar las pruebas sobre las dosis que enviaron desde Argentina.
"Para Laboratorios Richmond representa un hito y un desafío industrial, científico y sanitario de proporciones. Pero fiel a sus valores empresarios honrará con responsabilidad la concreción de esta iniciativa que para muchos parecía imposible, acercándonos a un país donde la salud no sea un privilegio de pocos, sino un derecho de todos", celebró el Laboratorio Richmond.