Soledad y miedo: internados por COVID-19 en primera persona

El Destape habló con tres jóvenes que permanecieron en terapia intensiva por complicaciones del COVID-19. El último informe del Ministerio de Salud detalló que más de la mitad de las personas internadas son menores de 60 años.  

28 de abril, 2021 | 20.55

"Mis amigos me dijeron que tuve un Dios aparte, llegué a la clínica con una saturación de oxígeno 80 por la que podría haber tenido un paro cardíaco o una trombosis en ese momento". César tiene 44 años y estuvo internado por una neumonía bilateral provocada por el COVID-19 en una clínica privado del Conurbano bonaerense, él es parte de los 56,3 por ciento de internados en terapia intensiva de todo el país menores de 60 años, de acuerdo con los datos de ocupación de camas en ese sector y de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) del mes de abril.

Con un aliento que se le va mientras habla, César charló con El Destape sobre sus días en terapia intensiva a la que "nunca creyó que iba a llegar" pero la noche del sábado 3 de abril luego de su alta epidemiológica comenzó a sentirse mal y el dolor de pecho fue más fuerte que él y terminó haciendo fila en la puerta de un centro médico para salvar su vida en medio del colapso sanitario.

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"Primero fui a una clínica pero había una demora de tres horas y yo no me podía mantener parado así que fuimos a otra, de hecho del dolor yo me agachaba porque no daba más. En la clínica donde finalmente quedé internado había una hora y media de demora y no me podía aguantar el malestar que me recosté sobre el pecho en el cordón de la calle", cuenta el joven que trabaja para una empresa privada de mensajería.

Por la gran demanda en las UTI al siguiente día me querían dar el alta pero yo aún no podía respirar, tuvimos que hacer presión para que me dejen recuperar.

César aún no se recupera del todo de la neumonía, pero por la demanda de camas los médicos le dieron el alta. "Cuando se dieron cuenta de que mi estado era grave me pusieron en una camilla y me llevaron a terapia, ahí me pusieron oxígeno y anticoagulantes para evitar la trombosis. Pero por la gran demanda en las UTI al día siguiente me querían dar el alta pero yo aún no podía respirar, tuvimos que hacer presión para que me dejen recuperar", admitió.

Ahora, ya dado de alta, César tiene que realizarse chequeos para saber qué secuelas dejó el COVID-19 en su organismo. "Siempre fui una persona que se alimentó muy bien y creí que si me contagié iba a ser asintomático pero el virus me pegó muy feo, fue terrible", confesó. "Nadie tiene nada seguro, solemos minimizar el virus pero la podés pasar muy mal. Yo agonicé con el COVID y tuve mucho miedo de no volver a casa, no sabía si al otro día iba a estar porque es algo que no podés frenar", agregó muy conmovido. "Quería respirar y no podía, sentía en el pecho mucha angustia. Se vive una fuerte incertidumbre y mucha angustia junto con la neumonía", explicó sobre las sensaciones de la enfermedad grave.

La soledad de estar internado por COVID-19 

La historia de César no es la única. Fernando, de 33 años, también estuvo internado diez días por una neumonía a causa del COVID-19. Él trabaja para una prepaga y por precaución los directivos decidieron que permanezca internado para evitar que empeore su cuadro.

Estuvo 10 días internado y fueron momentos muy cambiantes del cuadro pero no me bajaba la temperatura.

"Cuando comienzo con los síntomas aviso a mi trabajo y mi jefe me dice que me prepare una muda de ropa Cuando me trasladan para hacerme unos estudios, me encuentran unas manchitas y en ese momento me la vi negra. Estuvo 10 días internado y fueron momentos muy cambiantes del cuadro pero no me bajaba la temperatura", relató Fernando a este medio.

Fernando acababa de perder a su padre y a las semanas contrajo la enfermedad. "La internación para mí fue de mucha soledad en un momento muy difícil de mi vida, fue muy caótico. Si bien los médicos y enfermeros me atendieron muy bien, en la clínica donde estaba internado todos los pisos estaban colapsados con personas internadas por COVID-19", relató.

internados por COVID-19 en primera persona

"Fue raro, pero usé ese tiempo para hablar conmigo mismo porque al principio te empezás a desesperar pero después tenés que buscar la tranquilidad", admitió Fernando quien sostuvo que lo que más sufrió de la internación fue la soledad. "Todos los que deben internarse en pandemia están solos porque nadie puede estar con uno y eso fue lo que más me impactó, nadie te puede ayudar", describió. 

Otra historia es la de Emanuel, que tiene 38 años, y está internado en el Hospital Churruca y atravesando una neumonía por COVID-19. Desde su internación habló con El Destape y aseguró que "está tirando para no aflojar". Él, a diferencia de César y Fernando, tiene diabetes, una enfermedad preexistente que suele complicar los cuadros de la infección. "Las mejoras son muy leves pero el tiempo dirá", admitió el joven que actualmente se encuentra con respirador.

César, Fernando y Emanuel padecieron neumonía bilateral a causa de la infección del COVID-19 y son menores de 60 años que debieron ser internados en terapia intensiva. Fue la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) la que advirtió recientemente esta situación "a nivel global" tras el cambio del perfil de la edad de los casos hospitalizados, y hospitalizados en UTI, con una mayor tasa en población más joven. En un alerta epidemiológico difundido el lunes, la OPS presentó "orientaciones para las autoridades nacionales" en el que sostuvo que el aumento de las internaciones de personas más jóvenes "está relacionado con una mayor exposición y ausencia de vacunación en estos grupos".