Miedo, estrés, cansancio, pluriempleo son algunas de las palabras que describen la situación de los enfermeros y las enfermeras durante la pandemia del coronavirus. Algunas de las palabras más repetidas cuando se les consulta cómo es trabajar de lo que trabajan en medio de esta crisis sanitaria. Palabras que terminan en un mismo reclamo: la inclusión a la carrera profesional y una recomposición salarial para que dejen de "morir en la pobreza", para que dejen de estar dentro de un hospital 14 horas diarias para lograr un sueldo digno.
En la Ciudad de Buenos Aires se estableció un listado de profesiones de la salud en 2018. Del mismo quedó excluida la enfermería que hoy por hoy es considerada un trabajo administrativo. El problema no es sólo la falta de reconocimiento a su formación sino también económico. El no estar en esa lista les implica una merma importante en sus ingresos. Fueron a entregar un petitorio a Casa Rosada, donde los recibieron, y otro a la Legislatura, donde fueron reprimidos por la Policía de la Ciudad. Por eso, el miércoles desde ATE convocaron a un paro y movilización de enfermeros para el próximo jueves 1 de octubre. El reclamo es el mismo: la inclusión como carrera profesional, recomposición salarial y repudio a la represión. Por supuesto, habrá una guardia mínima, según contaron a El Destape.
Este medio consultó a varios profesionales sobre qué se siente ser enfermero o enfermera. Anabela Agostini trabaja en la terapia intensiva del Hospital Muñiz y aseguró que "por momentos uno se sentía con mucha fortaleza y ahora se siente cansancio. Cansancio del tiempo, de ver lo que padecen los pacientes y sus familias, el miedo de transmitir nosotros el virus a nuestras familias". Algo similar a lo que dijo su compañera, Karina Infrán: "Se siente mucha responsabilidad y miedo a llevar el virus a casa. Son varios meses de trabajar a sala llena y ahí llega el cansancio. Vemos de cerca la etapa crítica de esta patología".
Marcos Robaina, licenciado en enfermería, trabaja en terapia intensiva, se infectó dos veces con COVID-19 y describió: "No hemos tenido descanso, hemos peleado sin parar contra este virus que parece no terminar, hemos visto mucha gente sufrir, hemos visto mucha gente morir, compañeros estar en estado muy crítico y morir". Por eso están "cansados, estresados, con muchos compañeros llorando". Por eso, lamentó que no se reconozca su "trabajo, no tenemos buenos sueldos y sin embargo estamos ahí, poniéndole pecho, garra y corazón".
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Héctor Ortiz, por su parte, describió lo agotador de "cambiarse, vestirse" casi como en la NASA para poder atender. "Estoy todo el día dentro de un hospital hace 36 años. Estoy agotado y siento el agotamiento de todos mis compañeros que también tienen dos o tres trabajos". El famoso y tristemente reconocido pluriempleo.
Sandra Bosco, enfermera del Hospital Ramos Mejía, pidió terminar con la discriminación de la carrera porque el sector está "agotado, sobrecargado, tenemos que trabajar 14 horas para llevar un sueldo digno". En ese sentido, Karen Abregú que trabaja en el sector de cardiología de ese hospital, recordó que están "pidiendo solamente que nos incluyan a la ley" de carreras profesionales "más otros derechos" entregados en el petitorio.
Jorge López también es enfermero y se desempeña en el sector de neurología del Ramos Mejía y apuntó a la falta de profesionales, con una planta actual del 20 o 30% por distintas situaciones. "Esto hace que tengamos que trabajar mucho más y estamos agotados y la hora extra es de $70, no llega a $9.000 a fin de mes". Por último, Cristian Acosta, que se desempeña en el sector de terapia, describió: "Venimos cansados, agotados, estresados, cada vez somos menos y la demanda es mayor. Lo que pedimos es reconocimiento real, la inclusión a la carrera profesional y una recomposición salarial para todos los colegas. Están muriendo en la pobreza nuestros colegas en esta pandemia".