El crecimiento de casos en Rosario, Santa Fe, no solo golpea al sector privado como la industria, el comercio y la gastronomía, sino también a los servicios públicos, que sufren un gran estrés por la concurrencia de una suba exponencial de contagios con el período de vacaciones. Así, la tercera ola ya afecta al 10% de los colectiveros y al 15% de los taxistas, pero también tiene un impacto similar en los recolectores, los trabajadores municipales, el correo, el personal de la empresa que brinda el suministro de agua potable y la de energía eléctrica.
Sin embargo, de algún modo es una suerte que la tercera ola haya llegado en enero, un momento de bajo movimiento en Rosario, porque al menos en cuanto al transporte la época estival es de baja demanda en la ciudad. Por lo tanto, el sistema aún no se ha resentido, y la situación es por el momento manejable. La Unión Tranviaria Automotor, el gremio de los choferes de colectivos, calcula en un 10 por ciento el promedio de bajas por COVID-19, y afirma que, al ser verano, la oferta de servicio en calle no se ha visto afectado a pesar de las vacaciones y las bajas.
Desde la Secretaría de Movilidad del municipio aportaron que la demanda por estos días es más baja que los veranos anteriores, y llega al 55% de pasajeros respecto a un enero prepandemia. En noviembre del año pasado se habían alcanzado casi el 80% de los viajes, pero en el receso estival bajó más de lo que se esperaba. Esto se debe a que hay mucha gente que no va a trabajar porque permanece aislada, o que se tomó vacaciones en enero y antes lo hacía en otro mes del año. Esperan que la situación comience a mejorar antes de que aumente la demanda, que sube paulatinamente en febrero y llega a la normalidad mediados de marzo.
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Por el lado de los taxistas, hay un 15% de conductores que no están cumpliendo el servicio por permanecer contagiados o aislados por contacto estrecho, pero por ahora el servicio no está afectado como sucede en lugares como Córdoba, porque la demanda es baja. "Hubiese traído problemas con el cronograma de diciembre, pero Rosario no es una ciudad turística, por lo que en enero no vamos a tener ese problema", subrayó a El Destape Marcelo Díaz, de la Cámara de Titulares de Taxis de Rosario. El trabajo cae abruptamente en la segunda quincena del mes, y vuelve a recuperarse en febrero, cuando estiman que la situación sería mejor.
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Al límite
En cuanto a los recolectores de residuos, hay aproximadamente un 10% de contagiados, con varios aislados, y están sacando trabajadores del barrido para ponerlos en la recolección, y evitar así resentir el servicio. La empresa más afectada es Lime, que opera en zona sur, seguida por la estatal Sumar y en tercer lugar Limpar. En algunos lugares, la recolección se ve afectada, pero el gremio está trabajando junto a las firmas para solucionarlo a lo largo de esta semana. "Empezaron con el sistema de burbujas en cada empresa, pero parece que no basta. Es más masivo que el año pasado. Se está hablando con los directivos para reponer a los compañeros que se van cayendo", comentó Marcelo Andrada, titular del sindicato identificado con Hugo Moyano.
Por el lado de los trabajadores municipales, estiman que hay entre un 15 y 20% de personas aisladas, pero la cifra es dinámica y varía según los sectores, con algunos más complicados que otros, en medio de un período de licencias. En Salud no hay una cifra alta de contagiados, y los servicios se están manteniendo con esfuerzo, pero hay muchos contactos estrechos. En los sectores operativos hay un índice bastante alto, con Parques y Paseos con una gran cantidad de trabajadores con COVID-19, y una disminución de un número importante de cuadrillas. En cuanto a oficinas, informaron que en algunos casos pueden haber cerrado algunos días, pero no tiene impacto en cuando a la prestación de los servicios, que no se ha detenido en ningún lado.
Por otra parte, el Sindicato de Empleados de Correo reveló a El Destape que han explotado los casos durante el fin de semana, y el promedio está entre el 10 y el 15%. Producto de esta situación, tuvieron que cerrar oficinas comerciales, mientras aparecían también muchos positivos en la planta logística. Por eso están implementando, como el año pasado, una división de los horarios de los carteros en dos turnos, para que no tengan contacto entre sí, pero aún así se produjeron bajas. En los sectores de mayor concentración de gente, trabajan en burbujas por la misma razón.
Atención al público
En este marco, otras reparticiones públicas también están sufriendo bajas producto del avance de la cepa Omicron. Desde la Empresa Provincial de la Energía informaron que este lunes eran 402 aislados en toda la provincia, entre operarios y administrativos, que representan un poco más del 10 por ciento por ciento de la dotación. En Rosario y zona de influencia eran 220 aislados, de los cuales 78 son positivos, y el número viene en aumento. Sin embargo, la atención presencial sigue en pie.
La situación en Aguas Santafesinas llevó a que se suspendiera esta semana la atención presencial a usuarios en las oficinas, ya que había 149 personas afectadas entre confirmados, sospechosos y aislados preventivos, un 10% del total del personal. El cierre tiene que ver con cortar una posible puerta de ingreso del virus, pero de todos modos, desde la empresa confiaron que la mayoría de las gestiones y reclamos están ingresando desde hace tiempo a través de WhatsApp y el sitio web.
Desde La Bancaria observaron en los últimos días que se han incrementado "considerablemente" los casos positivos, lo que tiene que ver con los contactos estrechos entre compañeros de trabajo. Esto ha provocado que en distintos bancos se haya visto mermada la atención, y se han cerrado sucursales momentáneamente hasta que puedan volver a trabajar. "Estamos constantemente en contacto con la distintas comisiones internas, para garantizar que se cumplan los protocolos que se tienen que cumplir", dijo Sergio Rivolta, secretario adjunto del gremio.