Rosario baja la curva y mira las fiestas con cauto optimismo

Un estudio del Conicet prevé 30 casos diarios para fin de año, pero solo si se mantienen las restricciones. Perotti llamó a la población a mantener los cuidados para pasarlas en familia.

05 de noviembre, 2020 | 19.20

Rosario superó los 10 días con un descenso marcado en la cantidad de contagios por coronavirus: está por debajo de los 1.000 casos diarios, luego de cuatro semanas con valores por encima o alrededor de esa cifra. Es la primera vez, desde la subida que comenzó en agosto, que se observa un descenso sostenido de la curva. El sistema sanitario se descomprimió, se salió de la situación de saturación con casi el 100 por ciento de camas ocupadas, y ahora se mira al verano, y particularmente las fiestas de fin de año, con otra cara más optimista, aunque las autoridades son cautelosas.

En este marco, el investigador de CONICET y docente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) Ernesto Kofman, elaboró una proyección matemática cauta pero optimista que estima que los casos seguirán bajando hacia fin de año, siempre y cuando se sostengan las restricciones. El científico dijo que la primera simulación que había realizado a fines de julio arrojaba que los casos subían hasta mediados de octubre, y comenzaban a bajar, por lo que el descenso de la curva "era esperado", aunque la baja es más pronunciada que lo que estimaba.

¿Por qué de repente empezó a caer la curva sin que haya habido una brusca vuelta atrás? Kofman lo atribuye, en primer lugar, a que un porcentaje importante de la población está inmunizada, porque según los datos oficiales ya se contagió el 5%. "Por cada caso detectado hay 5 que se escapan, porque hay muchísimos asintomáticos, por lo que es probable que entre el 25% y el 30% de la población de Rosario ya esté inmunizada. Con este nivel de contacto social, que no es tanto, es suficiente para que la curva vaya bajando", afirmó a El Destape.

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¿Inmunidad?

Esto no significa que se haya producido inmunidad de rebaño, que requeriría un porcentaje de más del doble de gente que haya tenido el virus (70%) o la existencia de la vacuna, sino que los contagios se ralentizan porque mucha gente ya se infectó. El número reproductivo básico (R0), que indica a cuántas personas en promedio le "pasa" el virus cada infectado, oscila en la ciudad entre 1,5 y 1,7. "Esto significa que dos personas le tiran el virus a tres, pero una de esas ya estuvo infectada. Pero además cada vez hay más contagiados, entonces eso hace que no crezcan. No porque haya menos contacto social, sino porque hay suficiente inmunidad para que los que se enferman no contagien a más gente", explicó.

Kofman cree que se llegó a este descenso "con lo justo", ya que "las sucesivas idas y vueltas provocaron que el virus avance a la mitad de la velocidad normal". Sin restricciones, para el investigador, "el pico hubiese sido más alto, más rápido y con más muertos". Sin embargo, marcó que "llegamos al borde de la capacidad del sistema de salud, porque las medidas de vuelta atrás que se tomaron en septiembre se hicieron a último momento y deberían haberse tomado antes, cuando apenas empezó a crecer la curva".

Respecto de las proyecciones, pronosticó que de mantenerse los comportamientos sociales y no abrirse más actividades, para fines de noviembre Rosario estaría en los 200 casos diarios, y llegaría a 30 por día en las fiestas de la última semana de diciembre. "Por supuesto es muy lejos para estimar a tan largo plazo, y tendrá que ver con si se van a tomar medidas de apertura o no", refirió. Ya que, en su opinión, de producirse descuidos en las conductas o flexibilizarse demasiado los rubros, hay peligro de que se produzca "un amesetamiento prolongado en 200 casos diarios hasta marzo".

La infectóloga Carolina Subirá, integrante del grupo asesor del gobierno provincial en COVID-19, coincidió en ese diagnóstico: "Si se continúa con los protocolos actuales, la curva de contagios tenderá al descenso". La especialista refirió que en la última semana se registró una disminución en el nivel de ocupación de camas críticas en Rosario, luego de tener picos del 97%, bajando a 78% en el sector público y 85% en el privado. También en las camas generales, que solían ser un problema, ahora estamos con 45 por ciento disponible en el privado y 79 en el público”, precisó.

Dentro de este panorama favorable, la profesional dijo que es positiva la disminución en el número de contagios, y que estos números podrían llegar a consolidarse a la baja, pero aclaró que "hoy vemos a los internados que se han contagiado en los últimos 15 días. Para ver el descenso de internados tendremos que esperar dos o tres semanas en función de los contagiados actuales y ver cuál será el impacto”, argumentó.

Se abre una luz

Ante estos números, esta semana el gobernador Omar Perotti dejó abierta la posibilidad de poder llegar a compartir las fiestas de Navidad y Año Nuevo en familia, pero para ello apeló a la población a ser "responsable" y cumplir con los cuidados sanitarios. Si eso se cumple, advirtió, "vamos a tener la posibilidad de llegar a una Navidad más parecida a la que nos gustaría". Hoy los encuentros están suspendidos, así que si bien el mandatario fue cauto, es un avance.

Desde el entorno del rafaelino deslizan que la idea es no azuzar a la gente de antemano, porque podría provocar reuniones anteriores a esa fecha. "Es normal ser cuidadosos. Va a depender de la situación sanitaria: si llegamos más o menos bien, alguna habilitación se puede pensar. Pero si llegamos torcidos, olvidate, nadie se va a arriesgar" comentó en off un asesor, quien además recordó que faltan 50 días y esa cantidad de tiempo para medir una realidad epidemiológica "es una enormidad". "Imaginate que llegamos al 20 de diciembre con 20 o 30 casos diarios, algo se va a abrir. Serán reuniones pequeñas, pero con ese número nadie va a dejar cerrado. Pero si llegamos con 200 o 300 casos ¿Vos qué harías?", dejó picando la pregunta retórica la fuente gubernamental.