En el marco de la pandemia del COVID-19 que afectó en todo el mundo todas las modalidades de estudio en todos los niveles, el Ministerio de Educación avanza en el fortalecimiento de la educación universitaria. A través del Plan de Virtualización de la Educación Superior II (PlanVES II), una iniciativa de la Secretaría de Polìticas Universitarias, se buscará dotar a las instituciones universitarias argentinas de recursos que permitan fortalecer los espacios de formación presencial y remota, además del desarrollo y puesta en marcha de Aulas Híbridas.
La propuesta prevé una inversión de 1.500 millones de pesos e implica el fortalecimiento del software y hardware necesario para avanzar en la virtualización de la enseñanza. Cabe destacar que el PlanVES II es una continuación del programa impulsado en 2020 con el que Universidades de todo el país pudieron realizar importantes avances en materia de virtualización de sus clases.
Durante su presentación de la iniciativa, el titular de la cartera educativa, Nicolás Trotta, manifestó la importancia de “seguir fortaleciendo la respuesta del sistema educativo y el sistema universitario en un año donde el presupuesto educativo ha tenido el incremento interanual más importante de su historia”.
Qué son las aulas híbridas, el nuevo escenario de estudio
Según detallaron desde el Ministerio de Educación, las aulas híbridas conjugan de manera funcional la posibilidad de virtualidad y presencialidad, tanto en una experiencia pedagógica que aúne las dos modalidades, como también para ser utilizadas de una u otra manera.
Las aulas híbridas, en tanto, permitirán el dictado de clases presenciales y virtuales al mismo tiempo y facilitarán el material grabado para su permanente consulta; esto se suma a una serie de recursos educativos digitales que están a disposición del alumnado y facilitan la interacción con profesores y ayudantes de cátedra.
Cómo comenzó el proyecto
Según explicó el secretario de Políticas Universitarias, Jaime Perczyk, este estudio comenzó en septiembre del 2020 intentando saber de manera científica o metódica qué pasaba en el sistema universitario: hasta el 13 de marzo del año pasado el mismo se componía en un 93% de una oferta presencial, y de ese 7% a distancia, el 63% pertenecía a universidades privadas. "En una semana hubo que pasar a una educación virtual de emergencia, que se fue perfeccionando a partir de las políticas, del conocimiento y de inversión de las universidades y también por un proceso muy fuerte de inversión del Estado Nacional”, remarcó.
Al respecto, el presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), Rodolfo Tecchi, destacó el rol de las universidades públicas en pandemia: “Han demostrado que estuvieron a la altura de las circunstancias con una actividad que es, al día de hoy, todavía más intensa que la que teníamos antes de la pandemia".
Efectos de la pandemia COVID-19 en la educación
En este marco, se revelaron los resultados de las encuestas que la SPU realizó durante el segundo semestre de 2020 a estudiantes, docentes, no docentes y autoridades universitarias de todo el país.
El objetivo del estudio fue conocer los efectos que generó la pandemia por el COVID-19 en la organización de la vida académica, laboral y familiar de quienes integran la comunidad universitaria. La encuesta también pretendió recolectar información sobre las respuestas implementadas por las instituciones en diferentes dimensiones de la política educativa: la administración y gestión, el dictado de clases virtuales, la evaluación, la permanencia de los estudiantes en el sistema universitario durante la pandemia y capacitación de los trabajadores docentes y no docentes.
Uno de los datos a destacar es que el 99,5% de los docentes indicó que debió transformar el dictado de sus materias a la modalidad virtual para poder continuar con las actividades académicas y que el 87% de ellos pudo cumplir con los objetivos propuestos. Con respecto a esto último, el 61% de los docentes encuestados logró cubrir entre el 80% y el 100% de los contenidos de su materia, mientras que un 23,8% declaró haber cubierto entre el 60% y el 80% de lo planificado antes de la pandemia.
A la vez, casi 7 de cada 10 docentes encuestados (67%) respondió que estaban “satisfechos” y “muy satisfechos” con las acciones realizadas por la universidad para dar respuesta a las condiciones impuestas por la pandemia. En la misma sintonía, los estudiantes y trabajadores no docentes manifestaron similar o aún mayor conformidad (72% los primeros y 76% los segundos). En este sentido, la mayoría de las autoridades consultadas (68.5%) indicaron que las instituciones migraron entre el 80 y el 100 por ciento de sus materias a formato virtual para poder continuar con el año académico.
Por otra parte, casi la totalidad de los docentes (96,4%) optaron por evaluar a sus alumnos de múltiples maneras: mediante trabajos prácticos individuales asincrónicos (58%); evaluaciones escritas sincrónicas (49%); exámenes escritos asincrónicos (45%) y trabajos prácticos grupales (43%). La herramienta menos popular entre los docentes fue el examen oral (19%). Este dato fue corroborado por los estudiantes, ya que el 92.3% de los encuestados respondió que fueron evaluados durante el año lectivo 2020.
Por último, un dato muy positivo es que más del 80.6% de las autoridades universitarias afirma que la retención dentro del calendario académico (es decir, la cantidad de estudiantes que pudieron terminar la cursada de sus materias) fue elevada. De hecho, más de la mitad de ellos indicó que la permanencia fue casi total (entre un 80% y 100%). En cuanto a los docentes, el 37.8% de los encuestados afirmó lo mismo, mientras que un 31,4% respondió que entre un 60 y 80 por ciento de sus alumnos terminaron la cursada durante el 2020.