La gravedad de la situación epidemiológica en Santa Fe no da tregua, aún luego de los 9 días de fase 1 edulcorada que terminó el domingo y dejó gusto a poco, y esta semana la provincia sigue con restricciones más blandas, ya que pudieron abrir algunos rubros para tomar un poco de aire económico. Quizás tomando nota de las críticas recibidas por el envío del archivo PDF sin mensaje público de la última vez, en esta oportunidad Omar Perotti anunció con dos días de anticipación y mediante un mensaje televisivo que finalizado el confinamiento nacional se continuaría con las medidas previas que había dispuesto la provincia, incluido el cierre de las escuelas, a diferencia de lo que hicieron Horacio Rodríguez Larreta en CABA y Juan Schiaretti en Córdoba para diferenciarse de la Casa Rosada.
“Estamos en una situación crítica, tenemos muy pocas camas disponibles para atender la gran demanda de personas que requieren asistencia respiratoria. Esta situación nos lleva a tomar medidas que no nos gustan, pero debemos hacerlas para cuidar y preservar la vida de cada santafesino”, afirmó el gobernador con claridad para graficar la situación hipercrítica por la que pasa la provincia. “Creo profundamente en la educación, por eso vacunamos a todos los docentes que se inscribieron y hemos sido la provincia que más docentes vacunó, pero el tema sanitario hoy se nos impone sobre la educación”, señaló además para justificar la virtualidad escolar en todos los niveles.
Los nueve días de fuerte marcha atrás que pasaron más las prohibiciones que continúan esta semana, entre las que destaca la no concurrencia a las aulas, podrían ayudar a mejorar la situación. Desde el lunes y hasta el viernes, las clases son virtuales en todos los niveles educativos, la gastronomía puede trabajar con un máximo de 30 por ciento del aforo en sus locales hasta las 19, el comercio minorista y mayorista abrió sus persianas hasta las 17, y el rubro alimenticio y farmacias hasta las 19. La circulación está permitida entre las 6 y las 18. Los bancos seguirán con turnos atendiendo en el esquema tradicional de 8 a 13, y regresó el servicio doméstico. Sábado y domingo volverá a fase 1 y se evaluará la situación.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
Sin sabor
Para la ministra de Salud Sonia Martorano las medidas fueron insuficientes. “9 días tiene gusto a poco; lo mínimo son entre 14 y 21 días para poder generar un cambio en la curva”. En ese sentido, pidió que esta semana la población circule lo menos posible, para las necesidades esenciales. “Es momento de cuidarnos, porque ni siquiera sabemos si llegamos al pico”, dijo. “Ojalá que estemos amesetándonos, pero por lo pronto tendremos un junio super complejo, porque la agresividad es tan grande que se requiere mucha más respuesta”. La funcionaria agradeció a los equipos completos de salud, “que están al frente de esto de una manera increíble”.
Los 19 departamentos santafesinos se encuentran en rojo bajo alto riesgo, y tres de ellos están en bordó, que significa alarma. Se trata de La Capital, San Lorenzo y Rosario. "La situación es hipercrítica. Estamos yendo hacia el pico, pero no sabemos cuándo va a ser", dijo a El Destape Rodrigo Mediavilla, director del Tercer Nivel de Salud de Santa Fe, quien defendió además la decisión de abrir un poco esta semana: "Tomar medidas que no se pueden aplicar es engañarse. La gente está muy cansada. Hay que contemplar todas las aristas de la realidad y no solo las sanitarias, porque la productividad también es necesaria. Por eso es tan difícil para el gobernador congeniar este organigrama de decisiones entre lo social y la salud. Si yo le digo a la gente que no va a poder ir a trabajar, y eso significa que sus hijos no coman hoy, no me van a hacer caso", refrendó.
La estructura de camas críticas de la provincia está muy exigida y el promedio de casos sigue alto, en más de 3 mil diarios en los últimos días. Según datos oficiales, las plazas Covid de terapia intensiva de adulto con respirador osciló entre el 97% y 99% en el sector privado y entre 95% y 97% en el público en Rosario, mientras que en la provincia el porcentaje trepa al 97%. Una cifra superior al 80 por ciento ya enciende las alarmas. “Estamos ante el peligro inminente de no poder dar respuestas a esa gran cantidad de pacientes que requiere atención médica urgente”, había advertido Perotti el sábado pasado para argumentar la continuidad del cierre en algunos rubros. "Han servido las restricciones, la menor circulación en las calles bajó casi un 50% la siniestralidad, lo que ha permitido liberar camas y eso nos da tiempo, que es lo más importante", reconoció Mediavilla.
Más jóvenes
Dentro del panorama desalentador, el departamento Rosario tiene además una tasa de incidencia de casos acumulados en las últimas dos semanas de 1.033 cada 100 mil habitantes, una cifra 7 veces mayor que el indicador de 150 que marca una alerta. Otro dato de alarma es la alta positividad en los resultados de los testeos, que llega al 44 por ciento. La mayoría de los nuevos casos son adultos jóvenes, entre 20 y 30 años, los más expuestos porque son los que salen a trabajar y aún no están vacunados. Para colmo, los pacientes que ingresan hoy a una unidad de terapia intensiva (el promedio es 50 años) ocupan una cama durante un promedio de 21 días, un período más extenso que el observado en la primera ola.
Según Mediavilla, los jóvenes son los que más se contagian "porque se ha tomado la correcta decisión de vacunar a los más vulnerables de la primera era que era los abuelos. Los ancianos se siguen enfermando, pero no ocupan terapia intensiva, lo cual es un gran logro de las decisiones gubernamentales". Lógicamente, esto implica que "la población no vacunada, que son los de 30 y 40 años, son los que van a sufrir el embate de la enfermedad que es más contagiosa y virulenta". Sin embargo, marcó que también "es la población que menos acata las medidas protocolares con fiestas clandestinas y amontonamientos en lugares públicos, como los banderazos antes del clásico de Newell's y Central".
Ampliación
En este marco de colapso sanitario, la delegación local de la Asociación de Médicos de la República Argentina (Amra) pidió un "paraguas legal" del Estado frente a posibles denuncias por casos de falta de atención. “El escenario es crítico y todavía no se observa un cambio en los números. Esperamos que estos días disminuya la cantidad de contagios y más adelante también la de internaciones. Uno de los problemas que notamos es que, frente al colapso, la atención no es la ideal y eso se va a ver reflejado en una mayor cantidad de demandas”, explicó a El Destape Pablo Crispo, secretario gremial de Amra Santa Fe. “Lo que estamos pidiendo es que el Estado responda ante eso. Es lo que está sucediendo porque al no poder brindarse la atención adecuada ya que está saturado el sistema, es lógico que aquellos que padecieron eso terminen reclamándolo”, adelantó.
Por eso, en una carrera contra el tiempo para adaptar el modelo de atención a la pandemia, la provincia aplica un plan de contingencia que busca descentralizar las áreas de UTI en el territorio. El proyecto es que las localidades que tengan entre 20 y 40 mil habitantes puedan contar con su propia terapia para resolver en cercanía las situaciones críticas, y no recargar las de las grandes ciudades. Por ejemplo, en Villa Gobernador Gálvez, pegada a Rosario, la semana pasada se sumaron 8 camas que se ocuparon de inmediato. Desde marzo de 2020, Santa Fe triplicó la cantidad de camas críticas en el sector público, que pasaron de 154 a 462. De las 308 que se agregaron desde el comienzo de la pandemia, 108 corresponden a Rosario. Si se considera también la capacidad del sector privado, el total de camas de UTI llega a 1.200 en toda la provincia.